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Ghislaine Maxwell o el ejemplo de que nadie es impune, aunque lo crea

Proveniente de una adinerada pero venida a menos familia de Londres, y luego la mejor amiga del multimillonario Jeffrey Epstein, Ghislaine Maxwell fue declarada culpable de cinco de los seis delitos imputados, incluyendo tráfico sexual de menores. La defensa asegura que apelará

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Hubo una época en que la noble británica Ghislaine Maxwell y el empresario Jeffrey Epstein gozaban de tantas adulaciones y tanto esplendor que probablemente se creyeron inalcanzables y por encima de las leyes. Y en sus fiestas, sobraban menores de edad como objetos sexuales, además de otros delitos.

Este miércoles 29 de diciembre, Maxwell, de 60 años, fue encontrada culpable de delitos sexuales en Estados Unidos, incluyendo el tráfico de menores para Jeffrey Epstein y condenada a cárcel.

Ghislaine Maxwell
Las hermanas de Ghislaine Maxwell, Christine e Isabel abandonan la corte de Manhattan tras el veredicto. Foto Scott Heins/Getty Images/AFP

Epstein, de 66 años, se suicidó en la cárcel en 2019 mientras esperaba su propio juicio por delitos sexuales.  Maxwell fue detenida al año siguiente e imputada por cargos con origen entre 1994 y 2004. Ella siempre se ha declarado inocente.

Niñas de 14 años

Dos de las presuntas víctimas de Epstein declararon que tenían tan solo 14 años cuando Maxwell supuestamente comenzó a prepararlas y a hacer arreglos para que le dieran «masajes» a Epstein, que terminaron en actividad sexual.

Una, identificada solo como «Jane», detalló cómo Maxwell la reclutó en un campamento de verano y la hizo sentir «especial». Dijo que los encuentros sexuales con Epstein se volvieron rutinarios, y que a veces Maxwell estaba presente.

Otra, llamada «Carolyn», recordó que por lo general le pagaban 300 dólares después de encuentros sexuales con Epstein. A menudo se los entregaba la propia Maxwell.

Una tercera presunta víctima fue Annie Farmer, ahora de 42 años, quien dijo que Maxwell le acariciaba los senos cuando era una adolescente en el rancho de Nuevo México, propiedad de Epstein.

Culpable de casi todo

El jurado de 12 miembros en Nueva York la encontró culpable de cinco de los seis cargos que se le imputaban. La sentencia penal va desde los 5 hasta los 40 años y se conocerá posteriormente. La fecha aún se desconoce.

Ghislaine Maxwell,
La sede de la corte, en Manhattan, donde se delivera el caso. Foto SPENCER PLATT / GETTY IMAGES via AFP

Maxwell estuvo sentada y en aparente calma en la sala del tribunal de Manhattan, mientras la jueza Alison Nathan leía los veredictos de cada uno de los seis cargos.

Nathan agradeció por su servicio al jurado, que deliberó durante cinco días completos. Y resaltó que los miembros actuaron con «diligencia».

La jueza suspendió el procedimiento a las 17H10 (2210 GMT) del miércoles y Maxwell salió detenida de la sala del tribunal como en los demás días del juicio.

Posteriormente, el abogado de Maxwell, Bobbi Sternheim, dijo que su equipo legal ya estaba trabajando en una apelación y que estaban «seguros de que ella será reivindicada».

«Creemos firmemente en la inocencia de Ghislaine. Obviamente, estamos muy decepcionados con el veredicto», reconoció Sternheim a los periodistas afuera del tribunal.

«Depredadora sofisticada»

La fiscalía la describió como una «depredadora sofisticada que sabía exactamente lo que estaba haciendo».

La fiscal Alison Moe afirmó que Maxwell era «la clave» del plan de Epstein para atraer a las jóvenes para darle masajes, durante los cuales terminaría abusando sexualmente de ellas. Y Maxwell «fue el cómplice de Epstein», sostuvo Moe.

El equipo de defensa de Maxwell respondió que había «falta de evidencia» para condenar y cuestionó la capacidad de las demandantes para recordar eventos de hace un cuarto de siglo.

El equipo también argumentó que Maxwell estaba siendo utilizada como «chivo expiatorio» de los crímenes de Epstein después de que él eludió la justicia.

La abogada de Ghislaine Maxwell, Bobbi Sternheim, aseguró que apelarán. Foto Bryan R. Smith / AFP

Maxwell se negó a subir al estrado durante el juicio, pero hizo una breve declaración al juez. «Su señoría, el gobierno no ha probado su caso más allá de toda duda razonable, por lo que no es necesario que testifique», dijo.

El príncipe Andrés está salpicado

Virginia Giuffre, quien alega que Epstein la prestó para tener relaciones sexuales con sus socios ricos y poderosos, incluido el príncipe Andrés de Gran Bretaña, después de que Maxwell presentara a la realeza al empresario, recibió con agrado el veredicto en un comunicado en Twitter.

«Mi alma anhelaba justicia desde hace años y hoy el jurado me dio justamente eso. Recordaré este día siempre», expresó Giuffre, quien no fue demandante en el caso.

«Espero que hoy no sea el final, sino un paso más en la justicia. Maxwell no actuó sola. Otros deben rendir cuentas. Tengo fe en que lo serán», agregó.

El príncipe Andrés ha negado la acusación pero no ha accedido a declarar en tribunales.

El príncipe Andrés está acusado de participar en fiestas sexuales con menores. Foto Lindsey Parnaby / AFP

Maxwell aún enfrenta dos cargos de perjurio relacionados con el testimonio que dio en 2016 en un caso de difamación presentado por Giuffre.

El peso de llamarse Maxwell

La historia de Ghislaine Maxwell, que nació en lo que dicen «cuna de oro» está llena de altibajos económicos. La británica carga una herencia difícil, la de una familia dominada por la abrumadora personalidad de su padre, Robert, ahogado en el mar en misteriosas circunstancias, dejando atrás un rotundo escándalo financiero y la caída de su imperio de prensa.

Ahora Ghislaine Maxwell retoma la triste tradición familiar de ser el centro los titulares. En la década de los noventa, los Maxwell llenaron páginas de los principales diarios.

El padre Robert Maxwell tiene una vida digna de una novela. De hecho, se han escrito varios libros sobre él.

Un misterioso padre

Hijo de campesinos judíos eslovacos asesinados por los nazis, se unió a la resistencia a los 16 años. Acabó incorporándose al ejército británico, que le dio su nombre.

Llegó a Gran Bretaña en 1940 sin un centavo y creó uno de los grupos de prensa y comunicación más grandes del mundo.

En distintos momentos, se ha sospechado que trabajaba para los servicios secretos británicos, israelíes y soviéticos.

En su momento de máxima gloria, en la década de los ochenta, llegó a emplear a 16.000 personas en su conglomerado empresarial, que incluía al grupo británico Mirror, la editorial estadounidense MacMillan y las escuelas de idiomas y publicaciones Berlitz.

Diputado laborista de 1964 a 1974, figura autoritaria y cacique con métodos controvertidos, frecuentó a las grandes figuras políticas de la época como Reagan, Bush padre y Gorbachov.

«Podía ser extremadamente encantador pero también verbalmente muy brutal. A veces, tiránico», recordaba su hijo y colaborador Kevin Maxwell.

¿Suicidio o asesinato?

Su vida acabó de forma abrupta, al caerse de su yate, el Lady Ghislaine –en honor a su querida hija– y ahogarse frente a las Islas Canarias en noviembre de 1991.

Nunca se supo qué había ocurrido realmente: ¿suicidio? ¿accidente? ¿asesinato? Para Ghislaine Maxwell, «no se suicidó». «No encaja con su personalidad», explicó a la revista Hello en 1997. «Fue asesinado».

Su muerte dejó al descubierto un agujero de más de 400 millones de libras en los fondos de jubilación de sus empleados. Los utilizó para rescatar a las empresas deficitarias de su imperio.

Para la familia, este fue el segundo golpe y el inicio de un brutal descenso a los infiernos. En un mes, «Bob» pasó de ser un genio de los negocios a un estafador.

Los Maxwell formaban parte de la clase alta de Londres hasta que se descubrió un enor,e fraude a un fondo de jubilados. Foto Oleg Magni / Pexels

La madre Elisabeth Maxwell, francesa de familia protestante, conoció a su marido poco después de la guerra. Estuvieron casados 46 años. Tuvieron nueve hijos.  Ella nunca dejó de defenderlo, lo que la dejó indefensa y sin recursos.

«Era un hombre enorme, enorme en todo el sentido de la palabra, un hombre con un corazón enorme. Por eso la gente lo envidiaba», le dijo a The Times en 1991, recordando su pobre juventud y sus padres asesinados por los nazis. Murió en Francia en 2013, a la edad de 92 años.

Los hijos Maxwell

Dos de los hijos de Maxwell trabajaron de cerca con él, Ian y Kevin, este último número dos en el imperio de su padre.

Ambos debieron rendir cuentas en su lugar después de su muerte, durante un largo juicio por complicidad en fraude.

Después de haber pasado una juventud dorada e insolente en la City, Kevin entró en la historia judicial como responsable de la mayor quiebra de Gran Bretaña, valorada en 406 millones de libras.

Obligado a vender su casa en Chelsea, un distrito exclusivo de Londres, se retiró con su mujer Pandora y sus cuatro hijos a su cabaña cerca de Oxford.

En el juicio, la esposa declaró que Kevin  se estaba planteando dejar el negocio justo antes de la muerte del patriarca por los frecuentes enfrentamientos que tenía con su padre. «Quería ser libre y permitirnos vivir una existencia más normal».

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