Igbert Marín Chaparro levanta huelga de hambre tras visita de la ONU
La Oficina de los Derechos Humanos de la ONU logró que se atendieran algunas demandas del preso político que, desde su detención, denuncia torturas y tratos crueles en los calabozos de la Dgcim. Este teniente coronel es uno de los casi 200 militares que el régimen de Maduro mantiene presos por razones políticas
El militar venezolano Igbert Marín Chaparro, preso político y teniente coronel del Ejército, levantó la huelga de hambre que empezó el 21 de diciembre pasado, tras una visita de la Oficina de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos. Así lo informó la ONG Coalición por los Derechos Humanos y la Democracia.
«La Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de Naciones Unidas en Venezuela informó que ingresaron a constatar el estado de salud del teniente Igbert Marín Chaparro. Este decidió levantar la huelga al llegar a un acuerdo», indicó la organización.
Su abogado, Alonso Medina, expresó que las autoridades venezolanas se «comprometieron» a atender algunas de las demandas del militar. Sin embargo no detalló cuáles.
Igbert Marín Chaparro está detenido en la sede de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) desde marzo de 2018. Es uno de los casi 200 militares que, por razones políticas, el gobierno de Nicolás Maduro mantiene presos.
Previamente, Medina informó que a Igbert Marín Chaparro le hicieron este jueves un reconocimiento médico forense por parte de la Fiscalía General. Hasta el momento desconocen los resultados del mismo.
«Recordemos además que el teniente coronel se encuentra recluido en los calabozos en la sede de la DGCIM. Estos, al día de hoy, están siendo administrados por el Ministerio de Asuntos Penitenciarios», señaló el abogado.
Torturas y tratos crueles
Recordó que Marín Chaparro ha denunciado en «forma reiterativa» y desde su detención la «violación de los derechos fundamentales, las torturas, los tratos crueles de los que ha sido víctimas, la falta de atención médica oportuna, la violación al debido proceso».
Esas son las razones por las cuales empezó una huelga de hambre.
Medina indicó que tras 17 días en esta protesta, el teniente coronel perdió aproximadamente 6 kilos y que solo estaba recibiendo líquidos.
El abogado también protestó por la «poca eficiencia» que demostraron organismos nacionales como la Defensoría del Pueblo en este caso.
Marín Chaparro informó de su protesta a través de una carta difundida por la ONG Justicia Venezolana, en la que denunció que sufre «tratos crueles inhumanos y degradantes» en la DGCIM, donde se encuentra detenido desde marzo de 2018.
Además, pidió que la Oficina de la Alta Comisionada de la ONU, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), el encargado de negocios de la Unión Europea y el nuncio apostólico de la Santa Sede visiten «la casa de los sueños», nombre con el que se refiere a una celda de castigo.
En el país caribeño hay 252 militares procesados por razones políticas, de los que 180 están presos, según datos de Justicia Venezolana.
La ONG Coalición por los Derechos Humanos solicitó a la Cruz Roja Internacional y a otras instancias nacionales e internacionales que intervengan en el caso del militar Igbert Marín Chaparro, preso político detenido desde 2018 en los calabozos de la Dgcim. Es uno de los 180 militares que el gobierno de Nicolás Maduro tiene presos por razones políticas
Con vigilancia y miedo, Cuba ayudó a Venezuela a rediseñar sus fuerzas armadas y el servicio de inteligencia militar. La agencia de noticias Reuters reveló cómo dos acuerdos permitieron a La Habana redefinir la seguridad venezolana desde 2008.
Los familiares de los presos políticos detenidos en la Dirección General de Contrainteligencia Militar, Dgcim, en la zona de Boleíta, municipio Sucre, estado Miranda, denunciaron que este fin de semana les negaron el acceso a la visita y que no les ofrecieron ninguna información en torno a las condiciones de sus allegados, hecho por el cual temen por su integridad física y no descartan que pudieran ser víctimas de torturas, como ocurrió con el capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo, asesinado en los calabozos de este lugar de reclusión ubicado en Boleíta.