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La OMS advierte que el coronavirus podría quedarse para siempre

Una crisis sin precedentes. El coronavirus podría convertirse en una enfermedad con la que la humanidad tendrá que aprender a convivir. La cifra global de muertos se acerca a 300.000.

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El nuevo coronavirus podría no «desaparecer nunca» y convertirse en una enfermedad con la que la humanidad tendrá que aprender a convivir, advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS), mientras la cifra global de muertos se acerca  a 300.000.

Más allá de su terrible número de víctimas humanas (4,3 millones de casos y más de 295.000 muertos), la pandemia ha dejado en punto muerto buena parte de la economía mundial. A medida que los países comienzan a levantar gradualmente las restricciones para tratar de frenar la epidemia detectada en diciembre en China, la OMS emitió un mensaje de alerta el miércoles.

«Tenemos un nuevo virus que penetra en la población humana por primera vez y, por lo tanto, es muy difícil decir cuándo podremos superarlo», dijo Michael Ryan, director de emergencias sanitarias de la OMS, durante una conferencia de prensa virtual desde Ginebra. «Este virus puede volverse endémico en nuestras comunidades, puede que nunca desaparezca«.

Otro elemento preocupante revelado por un estudio es que el coronavirus podría transmitirse no solo tosiendo o estornudando, sino también hablando. Las microgotas de saliva generadas al hablar pueden permanecer suspendidas en el aire en un espacio cerrado durante más de diez minutos, según un estudio publicado el miércoles en la revista PNAS y que destaca el probable papel de esta vía en la propagacion de la pandemia.

Washington continúa culpando a las autoridades de Pekín por la crisis provocada por la pandemia. Estados Unidos, el país más afectado del mundo con más de 84.000 muertes, 1.800 en 24 horas entre el martes y el miércoles, acusó a China de tratar de espiar a sus investigadores dedicados a la lucha contra el nuevo coronavirus.

Acusaciones de pirateo durante el coronavirus

Según Estados Unidos, el sector de la salud, así como el farmacéutico y el de la investigación, son «blanco» de China, que, a través de piratas informáticos, estudiantes o investigadores, trata de robar su trabajo sobre una vacuna, algún tratamiento o incluso sobre nuevas pruebas de detección de la COVID-19.

Antes de que Washington lanzara públicamente estos ataques, la prensa ya los había publicado, lo que provocó la respuesta de Pekín, que los tildó de «rumores y calumnias».

Durante semanas, el presidente  de Estados Unidos, Donald Trump, acusó a China de haber ocultado la magnitud de la epidemia, que apareció a fines de 2019 en la ciudad de Wuhan, con lo que facilitó su propagación.

Según un alto funcionario de salud despedido recientemente por el presidente, Rick Bright, Estados Unidos no estaba lo suficientemente «preparado» para hacer frente al coronavirus.  Sin una respuesta coordinada, añadió, habrá un «resurgimiento de casos en otoño» y «el de 2020 será el invierno más oscuro de la historia moderna».

El jefe del Banco Central de Estados Unidos, Jerome Powell, advirtió que el daño a la primera economía mundial infligido por de la pandemia podría ser «duradero» y que sería necesaria una nueva ayuda, además de los aproximadamente 2.900 millones de dólares de apoyo aprobados por el Congreso.

En Estados Unidos, como en el resto del mundo, los gobiernos tratan de encontrar el difícil equilibrio entre las medidas destinadas a detener la propagación de la enfermedad y las de revivir sus economías.

Este artículo fue publicado originalmente en The Objective.

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