Venezuela

La Universidad Central de Venezuela cumple 300 años en penurias

La UCV "celebra" 300 años con unos salarios de chiste para los profesores, aulas casi vacías e instalaciones sucias y destruidas. A última hora, Nicolás Maduro ordenó que la arreglen y destinó para ello un presupuesto 40 veces mayor que el que recibió a la universidad para su funcionamiento en 2021. La rectora tampoco lo hace mejor y solo dice que "no se rinde". Las sombras la están venciendo

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Universidad Central
Federico PARRA / AFP |Esteban ROJAS / AFP

Profesores con salarios reducidos al ridículo, alumnos que eligen entre «comer o estudiar» y joyas arquitectónicas en grave deterioro. Así está la Universidad Central de Venezuela, la más emblemática del país, que cumple 300 años en medio de penurias y arrinconada por la crisis.

El olor a pintura fresca impregnó en las últimas semanas el aire del campus de la Universidad Central de Venezuela (UCV), pública, mientras obreros cargaban sacos de cemento en estas 200 hectáreas declaradas por la Unesco Patrimonio de la Humanidad. Sin embargo, la recuperación de esta institución no es solo cuestión de concreto.

«Uno ve un estado general de decadencia justamente cuando la universidad se acerca a su tercer centenario. Uno no puede creer que llegó a un punto tan bajo», lamenta Daniel Terán, historiador con doctorado egresado de la UCV, cuyo sueldo como docente en esta casa de estudios es de apenas 11 dólares mensuales. Con eso solo puede comprar dos kilos de carne de res.

Daniel Teran le da clases a unos poquísimos alumnos. Foto  Federico PARRA / AFP

Este hombre de 43 años sobrevive con múltiples trabajos: da clases en universidades y colegios privados y hace traducciones e investigaciones para proyectos académicos extranjeros.

«Sigo solo por vocación», dice Antonio Silva, profesor de Informática de 51 años. Su salario oscila entre 8 y 10 dólares al mes. «Colegas en Latinoamérica pueden ganar 2.500, 3.000, 5.000 dólares».

Universidad Central
Profesor Antonio Silva Sprock. Foto Federico PARRA / AFP

Según la ONG Observatorio Venezolano de Universidades, uno de cada tres profesores dejó de hacer tres comidas diarias.

Aulas semivacías

Cátedras desiertas, sin docentes, es la consecuencia lógica. La Universidad Central, según sus autoridades, perdió 1.200 de los 9.000 profesores (activos y jubilados) que tenía en nómina hace cuatro años, en un país que mezcla inflación y recesión y cuyo PIB per cápita cayó a 1.541 dólares según el FMI, por debajo del de Haití.

«Es normal por los salarios, las condiciones. Yo no los juzgo», comenta resignada la estudiante Rianny Rincones.

Universidad Central
Rianny Rincones (25) dice que algunos estudiantes tienen que escoger entre comer o ir a clases. Foto Federico PARRA / AFP

La situación de los alumnos es similar, con pupitres vacíos por la migración de cinco millones de venezolanos -la mayoría jóvenes-, de acuerdo con la ONU. Hay aproximadamente 35.000 estudiantes de pregrado en la actualidad en la UCV, un tercio menos que en 2015.

«Muchos escogen entre comer y estudiar», observa Terán.

Promesas vanas

La UCV se fundó el 22 de diciembre de 1721 como Real y Pontificia Universidad de Caracas, cuando Venezuela era colonia española. Su actual campus, obra maestra del arquitecto Carlos Raúl Villanueva, se construyó entre las décadas de 1940 y 1960.

El gobierno de Nicolás Maduro emprendió obras en octubre para «la recuperación del patrimonio» de la UCV. «Tenían abandonado esto», declaró el presidente a la televisión estatal.

Universidad Central
A la UCV se la come el descuido. Foto Daniel Hernández

Invirtió 40 millones de dólares, casi el doble del presupuesto aprobado para la UCV para 2022 y más de 40 veces del autorizado para 2021. El dinero asignado, además, se transfiere en bolívares, disolviéndose por la depreciación constante de la moneda local.

Cecilia García Arocha, cuestionada rectora de la Universidad Central desde 2008, dijo en entrevista con la AFP que el presupuesto estatal aprobado ni siquiera se ejecutó este año.

La asignación «fue disminuyendo y disminuyendo hasta no entregar absolutamente nada», se quejó García Arocha, de 68 años.

El 75% de lo aprobado para 2022 corresponde a pago de personal docente, obrero y administrativo. Solo 3% a gastos de funcionamiento, según la Dirección de Planificación y Presupuesto de la UCV.

Derrumbes e inseguridad

La infraestructura se ha resentido. Un tramo del techo de un corredor de 300 metros en la UCV colapsó el año pasado, sin dejar heridos en una universidad paralizada por la pandemia de covid-19.

UCV Unesco

Y la inseguridad acecha. El Instituto de Medicina Tropical de la UCV, referencia en la investigación científica venezolana, fue robado más de 80 veces en seis años.

«La universidad tiene cuerpo y alma», dice Paulina Villanueva, profesora jubilada, hija del arquitecto que ideó el campus. «El cuerpo es la Ciudad Universitaria y el alma es la UCV con sus docentes y alumnos. Tú no ganas nada si tratas de recuperar el cuerpo y dejas abandonada el alma», agregó en referencia a las obras.

UCV
Foto de archivo tomada en 2020 en el campus de la UCV. La maleza crece como la desidia. Foto Daniel Hernández

En la precariedad, las facultades de la UCV se las arreglan con ingresos propios y donaciones. No cobran matrícula de pregrado. Sí de postgrado.

La universidad también alquila espacios. Juegan en sus estadios dos de los equipos de béisbol más populares de Venezuela, Leones del Caracas y Tiburones de La Guaira, y el mayor campeón del fútbol local, el Caracas FC.

Intervención

El representante estudiantil Miguel Barone declaró a la prensa que las reparaciones en la UCV son «un caballo de Troya» para una intervención gubernamental.

La UCV y las universidades denuncian un «asedio» más allá de lo presupuestario.

Una sentencia judicial congeló las elecciones de nuevas autoridades en las universidades públicas en 2011, cuestionando el registro de votantes. Siguen en el limbo.

El rector de la Universidad Simón Bolívar, otro ícono académico venezolano, murió este año y el Consejo Nacional de Universidades -adscrito al ministerio de Educación Universitaria- nombró sin votaciones a un sucesor.

«La UCV no se rinde», promete una carta del rectorado en el tricentenario.

«No hay una intervención en la cual entran los militares, suspenden las clases y hay tiros, muertos, heridos o desaparecidos», expresa Terán. «Estamos viendo una intervención a cuentagotas».

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