Venezuela

Maestro, un oficio devaluado en la Venezuela dolarizada

Hoy, 15 de enero, se celebra el Día del maestro. Se conmemora, habría que decir porque es poco o nada lo que pueden celebrar en un contexto tan adverso en el que hasta vender café en la calle resulta más rentable que dar clases

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Docentes

Hoy es 15 de enero y según el calendario se celebra el Día del maestro, pero más allá de festejar, los docentes venezolanos mantienen una posición de lucha por sus reivindicaciones sociales, especialmente en el pago del salario y mejor atención en el área de salud, así como condiciones óptimas en sus lugares de trabajo en estos tiempos de pandemia. Dicen que seguirán en las calles, reclamando sus derechos.

Luis Castillo (nombre ficticio), 55 años de edad, desde que tiene memoria se ha dedicado a dar clases, primero a los niños de su comunidad en Caracas y luego en las aulas, después de haber recibido su licenciatura en el Instituto Pedagógico de Caracas.

Luis hizo estudios superiores, entre ellos post grados, maestrías y varios diplomados. Su experiencia lo llevó a recorrer escuelas privadas y públicas, siempre con la convicción de que su deber era ayudar a educar a los niños, que representan el futuro del país.

Actualmente este docente se encuentra alejado de las aulas de clase: se dedica a vender café en una esquina, en donde asegura que se gana en un día el salario que le ofrecen por un mes en una escuela pública.

“Vendedor de café, es mi nueva profesión. Al principio de iniciar mi nueva actividad me daba vergüenza, con una mezcla de rabia, que mi familia, mis amigos, mis alumnos y los representantes, se enteraran de adónde fui a parar”, contó Castillo: “Ahora lo que siento es indignación, pero no tengo otra, hay que buscar el dinero para mantener la familia”.

Muchas de las personas al pedirle un guayoyito para combatir el frío mañanero, se ponen a conversar y se quedan maravillados del nivel intelectual y lo actualizado con las noticias del vendedor de café: “Yo solo les respondo que me gusta leer y me entero del acontecer diario, por la información que encuentro en internet, no les cuento que soy docente, para no llenarlos y llenarme más de desesperanza”.

maestro

El presidente del Sindicato Venezolanos de Maestros, Edgar Machado, señaló que el caso del profesor Luis Castillo, es el de cientos de docentes en Venezuela, quienes han emigrado de las aulas a la economía informal, pues el salario que devengan no les alcanza ni para pagar el pasaje de traslado a sus lugares de trabajo.

“Cada día la situación del docente venezolano es más crítica, nuestra profesión está devaluada”, apuntó Machado: “No solo no tenemos los salarios dignos que señala el artículo 91 de la Carta Magna, sino tampoco una seguridad social que nos permita cubrir los gastos de cualquier enfermedad, o pagar un sepelio digno a la hora de morir, pues en ambos casos ya son comunes las recolectas para sufragar estos gastos, que son cotizados en dólares”.

Indicó que la situación de los docentes venezolanos, se ha tornado más crítica desde hace dos años con la llegada de la pandemia.
“Desde los distintos sindicatos hemos advertido que en Venezuela no se encuentran dadas las condiciones para las clases presenciales. Primero por la pandemia, segundo por las pésimas condiciones en las cuales se encuentran los centros educativos. En el país existen 28 mil centros educativos nacionales y las autoridades solo han logrado refaccionar unos 5 mil, el resto presenta serias carencias entre ellas la más importante que es el servicio de agua potable, baños dañados, falta de insumos y mobiliario”.

En cuanto a la propuesta de contratar a los docentes jubilados para que vuelvan a dar clases, Edgar Machado señaló que la solicitud se basa en el déficit de educadores que han emigrado a la economía informal.

Asegura que son muchos los docentes jubilados que ya han señalado no aceptarán la propuesta, pues en su vejez, cuando pensaban que podrían descansar, la situación económica, las bajas pensiones los han obligado a buscar otros trabajos.

Aura Marina (nombre ficticio) es una docente jubilada, que llegó hasta el más alto escalafón en su profesión, pero ante la apremiante situación de cubrir los gastos de sus medicamentos, se ofrece para cuidar niños.

“Actualmente me han contratado para cuidar un niño a una pareja joven que trabajan en la calle, me señalaron que la remuneración son 50 dólares mensuales y que estoy en periodo de prueba por 15 días para ver cómo es mi desempeño”, explicó Aura Marina: “Yo creo que la experiencia de haber criado tres hijos y ayudado con mis cuatro nietos, me ofrece el respaldo para que me den el trabajo de niñera, pero mi verdadera vocación en educar, labor que no puedo ejercer por los bajos salarios que ofrecen”.

Indicó Edgar Machado que los representantes de los 17 sindicatos que agrupan a los maestros entregaron el nuevo proyecto para la discusión del contrato colectivo, en donde aspiran, por ejemplo, que un bachiller no docente con una carga académica de 40 horas de clase pase de un salario actual de 25,13 bolívares a una asignación mensual de 718, 26 bolívares para el mes de octubre. La propuesta requiere que se ajusten los salarios de forma mensual, para que un docente IV pueda llegar a percibir 1.433,93 bolívares para el último trimestre del año.

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