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Muere otro refugiado venezolano al llegar a Chile a pie

Este es el cuarto venezolano que muere llegando a Colchane, una de las 10 localidades más pobres de Chile, en la frontera con Bolivia, a donde llegan centeneras de refugiados.

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Chile

Un migrante venezolano falleció la madrugada de este miércoles tras ingresar a Chile cruzando a pie por la frontera norte con Bolivia, en un tortuoso recorrido por el altiplano andino rumbo al desierto de Atacama.

El venezolano, identificado como Domingo Jesús Vivas González, de 51 años, falleció de madrugada «en el trayecto que une la capital regional de Colchane y Pisiga Carpa», informó el municipio de Colchagua. Este es un pequeño y empobrecido poblado hasta donde comenzaron a llegar miles de venezolanos desde fines del año pasado.

«Tras ingresar irregularmente al país, al ver las luces de un vehículo huyeron, desplomándose su acompañante a los pocos metros», informó el municipio, que obtuvo el testimonio que uno de los migrantes le entregó al personal médico.

El médico de Colchane, Luis Fromentin, dijo que el hombre estaba muerto al lado de carretera «sin causa primaria aparente de fallecimiento».

El ingresó a Chile desde Bolivia junto a su esposa y su hijo, de 10 años, por un paso no habilitado.

Travesía extrema

Al cruzar a pie por el altiplano, a más de 3.700 metros de altura, los migrantes sufren temperaturas bajo cero en las mañanas y en las noches, ráfagas de vientos de más de 30 km/h al atardecer, y un sol abrasador durante el día.

Desde 2014, unos 500.000 venezolanos se han afincado en Chile escapando de la crisis política y económica en su país y se han convertido en la colonia extranjera más numerosa.

En 2018, el gobierno de Sebastián Piñera puso en vigencia una visa de responsabilidad democrática para los venezolanos que quieran establecerse legalmente, pero se habían aprobado sólo cerca de un 27% de las solicitudes.

Colchane, es una de las 10 localidades más pobres de Chile. Ya han muerto cuatro migrantes al llegar allí.

Entre enero y la primera semana de febrero, una ola migratoria duplicó la población de 1.700 habitantes de esta pequeña localidad indígena del norte de Chile. Y los venezolanos siguen llegando en grupos reducidos, suscitando un creciente rechazo entre los locales.

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