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¿Por qué me pongo triste en Navidad?

Los recuerdos se potencian cuando se acercan a las fiestas decembrinas. Pareciera que este mes trae un activador de la nostalgia, una especie de lista de repaso del año. ¿Cómo superar esa emoción de tristeza y de soledad en una época en la que también podemos construir nuevas y mejores experiencias? Aquí lo analizamos

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La Navidad llega cargada de recuerdos. Solemos hacer un repaso de lo vivido en el año que termina, de las personas que ya no están con nosotros, de lo que no pudo ser. La nostalgia se convierte, para muchos, en un lugar común hasta el punto de decir: es que no me gusta la Navidad, cuando en realidad no es la fecha sino los recuerdos que ella trae consigo.

El psicólogo Jonathan Olivera conocido por su cuenta en Instagram @soyhumanologo, explica que “la Navidad siempre nos invade de recuerdos, muchos de estos no siempre son tan gratos, a veces incluso recordamos experiencias duras, difíciles que aún no hemos logrado trabajar o de cierta manera  acomodar. Cuando estos recuerdos llegan, al estar desprovistos de herramientas para afrontarlos, hará muchas veces que nos quedemos fijados en ellos”.

Este 2021 ha resultado aún más atípico que su antecesor, la pandemia ha dejado una huella en todos, las cifras de fallecidos superaron lo imaginable y la aparición de nuevas variantes nos mantiene en alerta. A esto sumamos la crisis migratoria de países como Venezuela que ha separado a familias, distanciado a los efectos y dejado a un importante grupo sobre todo de adultos mayores solos.

Qué hacer con la nostalgia

“Habrá mucha tristeza, nostalgia, porque muchos conviven con esta tristeza cada día, muchos incluso con una depresión en curso al verse sin hijos, en una pandemia y aislados de muchas cosas”, señala el especialista y aclara que el problema es cuando al quedarnos fijados no nos permitimos sino sentir la tristeza o el dolor.

Olivera acota que “sucede lo mismo con la añoranza o nostalgia, esto pasa cuando recordamos lo que hoy no tenemos o no está en nuestra vida, esta sensación no desaparece pero podemos dar paso a otras sensaciones que tengan una asociación con la navidad. Es problemático encerrarnos en lo que hoy no está, sin medir antes lo que hoy tenemos, sin poder aprovecharlo, sino por el contrario rechazarlo solo porque no es igual”.

El especialista destaca que es fundamental ante estos  escenarios que la familia logre reagruparse. “Muchos hijos deciden retornar en Navidad para estar con sus seres queridos, pero quienes no, necesitan proponer la idea de que estas familias que tienen tantas ausencias, puedan agruparse con otras y así acompañarse en las fiestas. Un factor protector sin duda es la relación con otros y permitírnoslo más allá del patrón que traemos de cada año, es terapéutico”.

La digitalización también es una herramienta útil y necesaria para cerrar estas brechas. Hoy disponemos de canales, medios para mantenernos conectados a distancia, hacer uso de estas herramientas tecnológicas puede aminorar esa sensación de soledad y de separación.

“La soledad hay que verla desde lo conceptual ¿Realmente estás solo o sola? A veces esto también es producto del aislamiento, muchos deciden encerrarse en su dolor y omitir relacionarse con otros, se atrincheran con el dolor pero luego se quejan de cierta manera de lo solos que pueden verse”, advierte el psicólogo Olivera.

En el caso de quienes emigraron  necesitarán fomentar relaciones con otros para poder tener un espacio de acogida en las navidades, al igual que quienes se quedan. “Crear un círculo de apoyo es saludable, más aún si son también inmigrantes e incluso de la misma nacionalidad, esto ayuda a que esa nostalgia no se sienta con el mismo impacto que se sentiría si nos impedimos relacionarnos con alguien y preferimos estar solos en navidad”.

Y la soledad…

Las emociones de este tipo se validan y se aceptan, no para entregarnos al malestar sino para también ayudarnos a no generarnos un malestar mayor e innecesario, “innecesario porque no genera nada productivo aislarnos si precisamente vernos solos es lo que nos produce tanto malestar”, dijo Olivera.

Agregó que claramente estas son cosas que se pueden construir a lo largo de un año, pero que muchos omiten y recuerdan solo cuando empiezan estas festividades, habrá nostalgia, tristeza, pero es imperativo elegir qué hacer con ellas en el enfoque de ayudarnos a no caer en una espiral de dolor. “Todo esto termina por ser hábitos saludables en salud mental y es algo en lo que todos necesitamos trabajar durante todo el año”.

“Es importante que sepas que lo que vives son recuerdos, son difíciles pero no están pasando hoy, lo que recuerdas pasó, tu historia sigue escribiéndose, también puedes crear nuevas experiencias en una época que no necesita estar impregnada siempre por el pasado”, recomienda.

El psicólogo señala que es importante “revisar qué necesitas hacer para crear experiencias nuevas que te permitan tener otros recuerdos en estas fechas y si no tienes a nadie tal vez sea momento de dar prioridad a la construcción de nuevas relaciones , nuevos vínculos, personas que puedas ir conociendo, con las que puedas ir construyendo nuevas experiencias durante todo el próximo año”.  Esta es también según el experto, una forma de cambiar las cosas.

Sin duda cada día es una oportunidad para reconocer cómo te sientes, mirar a tu alrededor que es tu presente y mantener el contacto incluso en medio de la distancia.

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