Gastronomía

¿Quién es Javier Casais, el genio detrás de Granier?

Granier ha abierto 7 tiendas en Caracas en solo en cuatro meses y medio y “está previsto acabar el año con dos más”, dice Javier Casais Carracedo, la mente creativa de toda su propuesta y quien se mudó durante un año a Venezuela para aprovechar lo que considera un inmenso potencial de mercado. En el país tienen 550 empleados

Publicidad

Los últimos meses el público caraqueño ha descubierto un nuevo concepto en panaderías. A un ritmo de casi una tienda por mes, la franquicia española Granier ha dejado de ser la panadería del barrio -su eslogan original en la Madre Patria- para convertirse en sitio de moda de la capital venezolana.

El chef español Javier Casais Carracedo es el responsable de inaugurar las nuevas tiendas Granier. Después de abrir varias tiendas en Europa llegó a Venezuela donde piensa quedarse cerca de un año, considerando el inmenso potencial que la marca española tiene en el país.

Se han abierto siete tiendas Granier en cuatro meses y medio y “está previsto acabar el año con dos tiendas más” señala el chef. Además, se espera que continúe la expansión fuera de Caracas. Inaugurarán tiendas en Valencia, estado Carabobo, y Lechería, Anzoátegui, que ya están firmadas.

Casais confirma lo que se dice en la calle: “El impacto ha sido muy bueno acá en Venezuela”. Toda la bollería del menú de la franquicia “funciona, le gusta al consumidor venezolano. Puede haber algún producto poco solicitado, pero aun así se vende también. Es normal que alguno se quede un poco atrás” continúa.

Insumos globales, producción local

Granier importa toda la materia prima “pero los productos se elaboran aquí en nuestros obradores y se mandan a las tiendas”. Con este proceso la franquicia quiere mantener siempre la misma calidad en toda la mercancía. “Eso marca la diferencia. Es el mismo sabor de un croissant en todas las tiendas Granier del mundo”, dice el chef.

Como es de esperarse, en un menú tan amplio y que se reproduce fielmente en todas las tiendas de la marca -solo en España cuentan con 300 locales-, algunos se levantan como triunfadores. Es el caso de las Crestas de manzana o los Frappuccinos. “Son los más vendidos y aceptados” según Casais.

El panadero sale al paso de los rumores aclarando que “toda la producción se hace acá, con mano de obra venezolana”. Apunta que se toman en cuenta elementos como tratamiento del agua y ajuste de fórmulas para adaptarlas a los temas de presión atmosférica o altitud que influyen en el proceso de leudado de las masas.

Con un producto que, asegura Casais, es 100% natural y se fermenta diariamente en un proceso de 12 horas, aunque sea más lento el proceso, obtienen un pan más liviano. “Por eso es tan exitoso entre los consumidores”, confiesa.

“Todo llega a las tiendas formado y se hornea en cada local. Así se garantiza que quede siempre igual. Es decir, se consigue la estandarización, pero acelerando el proceso y disminuyendo la estructura de producción”, comenta. Además, enviar productos listos podría afectar su calidad al momento del consumo.

Los productos arriban a las tiendas en bandejas recubiertas con papel film. Se llevan a la fermentadora o se hornean directamente según los requerimientos de cada masa.

Dulces diferencias

Lo primero que hizo Casais al llegar a Venezuela fue ir a varias panaderías de Caracas para ver como es el producto. Entre ellas visitó la famosa Pan 900, curioso por los golfeados de los que tanto le hablaban.

De su gira salió sorprendido porque sentía que todos los dulces, panes y bollería se hacían con la misma masa, mientras que ellos elaboran una masa distinta según el producto a ofrecer. Quizá allí radica uno de los secretos del impacto de la marca: “Ninguno de nuestros dulces se parece a otro”.

Como elaboran una gran variedad de masas al principio, cuando hay pocas tiendas, los costos son más elevados. Por ello sienten la necesidad constante de expansión de la cadena en cada país. Es la forma de mantener variedad con costos controlados.

Casais puntualiza que mantienen calidad con precios muy accesibles en todas sus tiendas.

Triunfa la tradición

“No he pensado en introducir en las tiendas venezolanas bollería que combine dulce y salado. Me parece un poco extraño, así que nos vamos a regir por los mismos parámetros de todas las tiendas del mundo”, refuta el panadero. Y complementa: “Somos una franquicia española y nos regimos por eso. En Granier no inventamos”.

Sin embargo, la exigencia del mercado local, la ola del espíritu navideño y una de las tradiciones más arraigadas en el venezolano promedio, lo ha sacado un poco de su idea original, y ahora Granier ofrece su versión de pan de jamón.

“Aquí es una cultura y los franquiciados de Venezuela lo pidieron. Se hicieron ajustes a la masa, con el apoyo de los obradores venezolanos de nuestra plantilla y usando jamón Plumrose”, explica el panadero.

“Es el pan de jamón de siempre con un toque diferente en la masa. De resto todo es igual para mantener la aceptación”, afirma.

Por supuesto, una marca española no puede dejar de ofrecer los roscones de Reyes, también con toda la materia prima importada, pero amasados, horneados y rellenos en el país.

“Se harán con nata, masa brioche al estilo español y frutas confitadas”, agrega Casais. “Somos españoles y tenemos que tenerlos. Allá es como el pan de jamón para ustedes”.

Granier tiene tiendas en España, Inglaterra, Italia, Bélgica, Portugal, México, Costa Rica y Venezuela. Pronto encenderán hornos en Panamá, República Dominicana y Estados Unidos (Miami).

En Venezuela, Casais estima que cuentan con unos 550 empleados, y hace el cálculo según la cantidad de gorritos que se encargaron para celebrar la Navidad: 600.

“Hay que trabajar, pero estar bien y feliz, en un ambiente de buena energía y cariño. Queremos que nuestro personal esté bien”, termina.

Publicidad
Publicidad