Opinión

Reflexionar para ser feliz

El coach Ricardo Adrianza invita a tomarse unos minutos de reflexión cada noche, para mejorar continuamente en todos los aspectos. La evaluación de las actitudes y emociones enseñarán el camino para la superación personal

Publicidad
reflexionar

No todos los días son iguales. Pero lo que no debe faltar en el ocaso del día, es que nos cuestionemos y demos un espacio para reflexionar.

Nos pasa a menudo, en todos los ámbitos de la vida, que constantemente esperamos e imaginamos resultados, y el transcurrir de los acontecimientos diarios nos lleva al punto de partida. No avanzamos o, mejor dicho, no obtenemos lo esperado. Eso es frustrante y como siempre hemos dicho, anticiparte no es la mejor opción. De allí la importancia de la reflexión.

No pretendo concluir que imaginar o visualizar sea siempre una conducta contraproducente, pero sí recalcar que la práctica de la reflexión posterior de lo que nos pasa es un acto obligatorio que a la postre derivará en nuevas posibilidades para equilibrar nuestras emociones y posturas, y que incentivará el mayor número de emociones positivas posibles en los días por venir con la lógica consecuencia de conectarte con ese sentimiento de bienestar que estará al alcance de tu mano cada día.

reflexionar adrianza
Foto Andrea Piacquadio / Pexels

Muchos piensan que planear ser feliz es la vía. Déjame decirte que si hay algo que no podemos planear a priori es la felicidad. Más bien, ser feliz es una consecuencia de nuestras acciones y de la forma como enfrentamos lo que nos sucede. Sin embargo, planear a través de la reflexión, que no es otra cosa que incorporar momentos que trastoque tus emociones de manera positiva, si tiene el impacto anhelado. Y precisamente en esto es en lo que nos debemos sujetar para soltar las angustias que supone relacionarse en un mundo imperfecto, lleno de incertidumbres.

En el tránsito a los brazos de Morfeo suelo tomarme minutos de calidad para calificar mi día. Me cuestiono duramente y muchas veces la calificación es desalentadora. Pero les aseguro que este ejercicio reflexivo nocturno me permite enderezar la carga y objetivos los días siguientes. Y, por qué no decirlo, intentar ser mejor persona que el día anterior. Si tengo que disculparme, lo hago. Si omití algún comentario o agradecimiento, lo hago. Esto, entre muchas acciones correctivas que podemos incorporar a través de la reflexión. ¡No hay mejor ejemplo de humildad que rectificar!

Foto Ron Lach / Pexels

Por ello mi insistente recomendación de esa evaluación intrapersonal tan necesaria y compartir cómo reflexionar más y mejor:

Escoge un buen momento

Busca el momento adecuado para conectarte con tu Yo crítico. Ignora el tiempo que invertirás en la evaluación y céntrate en lo importante.

Respira, recuerda, y sitúate como un espectador para que tu evaluación sea lo más consciente y objetiva posible.

La calidad de las emociones

Conecta con las emociones que te deja cada recuerdo o reflexión.

reflexionar adrianza
Foto Thirdman / Pexels

Generalmente, cuando percibimos que la calidad de la emoción no es buena, es la mejor referencia para que desde esa sensación, entender que nos hemos equivocado y darle paso a planear los correctivos.

Las preguntas necesarias

Cuestiona tus acciones y analiza que pudiste hacer mejor o de otra manera. ¿Qué cambiarías? ¿Qué pudiste encarar de mejor forma? ¿Fuiste humilde? ¿Te comunicaste bien?

Esas son preguntas poderosas que te llevarán a reflexionar y concluir de la mejor manera.

La decisión del día

Concluye y cierra el día con una decisión, que no debe ser otra que ser una mejor versión de ti el día siguiente.

Debemos entender que, para que existan imponderables, el asunto es de dos y si queremos avanzar hay que darle oportunidad a la conciliación.

Actúa

Ponte en acción. Pide perdón si es necesario o solicita feedback de tu interlocutor.

Cuando lo hacemos, con humildad, la empatía crece y los malentendidos se esconden. Lógicamente estas acciones, entre otras, alimentarán tus emociones positivas y te reportarán bienestar.

No todos los días son iguales, pero es imperativo dejarles nuestro sello. Compite contigo día a día e insiste en corregir los entuertos que nos va dejando el paso de los días.

Te garantizo que, desde ese escenario, serás una mejor persona y cuando lo somos, irremediablemente estarás aceitando tus acciones para acercarte a lo que definimos como felicidad.

reflexionar adrianza
Foto Maria Orlova / Pexels

La felicidad es así. Con el tiempo, todo suma. Las cosas que puedas hacer para aumentar tu felicidad son obvias y pequeñas y solo requieren un poco de disciplina. Pero tienes que reflexionar cada día para disfrutar de sus resultados.

Publicidad
Publicidad