Viciosidades

7 reacciones para sobrevivir a los charleros

Después de conocer estos tips, no habrá manera de sentirse intimidado en presencia de estos trabajadores de tiempo completo

FOTOGRAFÍA: Dagne Cobo
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En cualquier ciudad de Venezuela, la vida del peatón promedio está llena de riesgos desde el momento que sale de su casa. Mientras se traslada hacia su lugar de destino, en su mente va repasando todos los puntos estratégicos para salir ileso de la “selva de concreto” sin morir en el intento.
Por supuesto, entre estos puntos están los clásicos que son esconder las pertenencias (celular, cédula de identidad y unos bolivitas ultra devaluados) en sus partes privadas, caminar a paso de cohete, poner cara de malote, mirar hacia los lados cada diez segundos y tener el bolso cruzado no importa lo que pase.
Listo, por ahí vamos bien. Sin embargo, ¿qué sucede cuándo nos montamos en el autobús o en el metro y vemos a un charlero? Sí, un charlero. Dícese de una persona que vende chupetas Bom Bom Bum (u otro producto de moda) más barato que en cualquier establecimiento comercial, o que pide limosna en el transporte público con un aspecto muy intimidante.
Ciertamente, la mayoría solo optamos por ignorarlos y rezar siete Padre Nuestro para que no se les ocurra atracar “la unidad colectiva”. Asimismo, estos personajes suelen comenzar su discurso con un “¿Dónde está una Venezuela activa y educada que me dé los güenos días?”. Y cuando uno escucha esa frase, es imposible no sentirse un poco aterrado (o irritado) porque nunca se sabe con qué cuento te van a salir.
No obstante, en vez de mostrarnos amedrentados por sus discursos que van desde que acaban de salir de la cárcel, que tienen cinco hijos desnutridos en la casa, o que simplemente prefieren pedir dinero antes de volver a cometer “actos delictivos” otra vez, debemos tomar cartas en el asunto. Por ello, acá te dejamos siete reacciones para sobrevivir a los charleros que puedes aplicar como mecanismo de defensa. Recuerda que así como a los perros, debes evitar mostrarles tu miedo si no quieres ser atacado.
1. El dormido
Esta táctica es una de las más fáciles puesto que no requiere de mucho esfuerzo. Solo consiste en cerrar tus ojos y fingir que estás muy cansado. En caso de que estés sentado, puedes deslizar tu cuerpo hacia adelante y echarte un camarón ficticio hasta que la tormenta pase.

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2. El serio
Esta reacción es un poco arriesgada, pero funciona. Consiste en aumentar la intensidad de tu cara de malote con la que saliste de tu casa y evitar el contacto visual con el charlero. Si tienes cara de bebé Nenuco, probablemente no te será muy útil porque te verás muy cuchi y eso es lo que estamos evitando, ¿no?

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3. El culto
Esta reacción es la favorita de los intelectuales y requiere un poco de Dirección de Arte de bajo presupuesto. Lo único que debes hacer es sacar un libro (o periódico) en mal estado y comenzar a leerlo con devoción. Créenos: el 90% de las veces, los charleros se alejarán no porque les dé pena interrumpir tu lectura, sino porque obviamente la gente que lee no tiene plata.

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4. Del gremio
Esta consiste en aparentar que tú también eres uno de ellos, es decir, otro charlero. Este es recomendado a aquellos peatones en nivel avanzado que saben imitar a la perfección la jerga de estos personajes. Al momento de ofrecerte el producto, puedes comprarle uno y decirle que está muy bueno y que encontraste otro sitio donde la docena la venden barata. Con esto te los metes en tu bolsillo limpio, y tendrás el éxito asegurado.
5. El BFF
Si eres muy sociable y si de chiquita fuiste la reina de carnaval de tu liceo, probablemente convertirte en la mejor amiga del charlero es tu mejor opción. Cuando el viaje es muy largo, los charleros suelen quedarse un tiempito extra buscando a alguien con quien conversar y ese alguien puedes ser tú. Para el final de la charla, lo más seguro es que te regalen un dulcito por ser tan generoso. Eso sí, te recomendamos aplicar esta técnica siempre y cuando el charlero esté vendiendo algo, de lo contrario no tiene ninguna razón de ser.

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6. La víctima
Hacerte la víctima puede resultar muy sencillo, pero la verdad es que requiere de dotes actorales de primera clase. Esta reacción consiste en pelear con el charlero si éste se molesta contigo por no responderle los buenos días o por no recibirle el producto. A través de dicha reacción puedes justificar tu enojo contándole la triste historia de tu vida (que a nadie le interesa), la cual suele ser más dramática y desastrosa que la del mismo charlero. Posteriormente, el tipo le «bajará dos” y sentirá compasión por ti. Esta técnica es usada mayormente por señoras de la tercera edad.
7. El alma bondadosa
Si eres de aquellos que aún cree en la paz mundial, esta reacción es la indicada para ti. Solo debes actuar de buena fe, comprarle el producto o darle la limosna al charlero. Esta puede ir acompañada de una invitación a cualquier iglesia cristiana de tu preferencia, una palabra de aliento, un folleto de los Testigos de Jehová o una harina P.A.N que te costó más de doce horas de cola. Esto es un tiro al piso.

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Como ven, estas reacciones son una alternativa para sobrellevar el temor y te permitirán salir airoso de un momento tan incómodo, donde en cuestión de segundos comienzas a cuestionarte el destino de todo el dinero que recaudó, o si el charlero solo está robándote amablemente.
Lo cierto es que después de saber estos tips, no habrá manera de sentirse intimidado en presencia de estos trabajadores de tiempo completo. De antemano, sabemos que algún día nos los agradecerás.
De nada.]]>

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