8 tipos de "hinchas" del fútbol

El Pastelero 

En nuestra tierra se define como un supuesto hincha que no apoya a los equipos nacionales. Pero el «pastelerismo» es, ciertamente, el que en la política cambia de partido tipo Ricardo Sánchez -de quien no sabemos si es aficionado a nada – Pero se atribuye también al cambio de escudo de vez en vez. No es común ver ese sentimiento reversible en la pugna Real Madrid – Barcelona… o Barcelona – Real Madrid. Pero crean. Los hay. Y bastantes.

La jevita del Caracas FC 

«Siempre te alentaré». Se «medio» sabe los cantos. Quiere ser «borracha y atorrante» pero no lo es, menos mal. Quiere ir a la Sur del Olímpico (sede del Caracas) ¡Sì tiene aguante! Al son de la guaracha, ron, cerveza y la caleta le va al Caracas buscando que le regalen «otra estrella»- que no se da desde el año 2010-. No se sabe si la moda de ir al estadio se ha profundizado desde aquella vez en que se jugaba contra Gremio de Porto Alegre. Ella no tenía idea. Puro Copa Santander Libertadores.

El que va solamente a beber

La etílica del personaje no le resta sabiduría ni experiencia por el deporte rey. Pero la verdad es que no le importa lo que pueda pasar en los noventa minutos. Por culpa de la bebida tiene una posesión visual de partido de 20% a 30% debajo de los demás. Atina en el interés de momentos clave en los cuales se debe brindar. Canta goles antes de que sucedan. Pita offsides acertados. Cualquier fuera en la banda es motivo para darse un guamazo. Imagínense un corner. Un penal implica fondo blanco al menos.

 El bicho de la Juventus

Ejemplar único en cualquier grupo. El “calcio” lo hace soberbio. Ni la edad de Buffon – ídolo- ni la corrupción del club importan. Ni que Vidal se haya ido al Bayern o que Pirlo, quien fuese del Milan, haya cedido ante los años a punta de tiro libre. La Juve aclama tifosi como este ejemplo caraqueño, sobrado, peleón fastidioso y que canta y llora por la vecchia signora. La Liga Española le vale madres. Pero no tanto el Real Madrid.

El que no sabe un carajo 

Es el típico carajo que porque vio Fútbol Total y quiere integrarse de buenas maneras – o de malas – al grupo futbolero no logra atinar a ninguna eventualidad, ni por historia, experiencia o contexto al predio de aficionados que tiene alrededor. Sea por no seguir ligas, partidos o peñas. Sólo sabe que Messi y Cristiano hacen cuñas de ropa y tienen billete. Sus opiniones poco acertadas suelen crear silencios incómodos dentro de la reunión.

Los Intensos Rivales 

Clásicos, derbys y rivalidades hacen de las suyas en cualquier reunión para ver el partido. El clásico es lo peor que puede haber. Los espectadores se contienen. Guardan las mangas y las tobilleras. A pesar de que es notorio un chaleco de parrilla, la situación suele irse de las manos por razones obvias. ¿Hablamos de Madrid- Barça en Champions? ¿Juve – Milan en Calcio? Todo lo anterior resulta un juego sub 8 comparándolo con un Galatasaray – Fenerbaçe, River- Boca – donde reinan los gases– o un Caracas – Táchira, donde hay plomo si hace falta.

El «Tano Pasman»

El descenso de River Plate a una división menor no pudo ser mejor promocionada que por un hincha de larga data como el Tano Pasman. Un hombre que pudo romper lo que no se podía romper. Un fatídico juego contra Belgrano le estallaba al pobre viejo. Aturdía toda una casa y todo un barrio a punta de improperios. Miles de personas veían una pasión de verdad en las redes sociales. Estar en la «B»  no era un juego en ese momento. Así se sienten, dentro del amor propio, muchos hinchas en todo el planeta por la cagada que puede estar cometiendo su equipo.

El Director Técnico

Además de explicar lo que se debe o no hacer dentro del campo – televisivo –, el espécimen es capaz de analizar la jugada sin ningún tipo de repetición. Puede vislumbrar, tipo Juan Pablo Varsky, movidas anteriores a cualquier jugada o sencillamente “lo que pudo ser o no”. Suele dejar mal parados al resto de los panas por su vanidad futbolera técnica. Así no tenga razón. Porque «el fútbol es el fútbol».