Mujeres

#EntrevistaUB: Carla Tofano o cómo la provocación se lleva en la piel

Hace algunos años podíamos escuchar su voz desde el programa Ciudad Glam que transmitía 100.7 Ateneo y donde nos inspiraba a todos a soñar con una “Caracas posible” que nunca llegó. Lejos de los micrófonos, hoy vive en Londres y se dedica -a tiempo completo- a posar desnuda en escuelas de arte como London Fine Arts y Art Academy. Pero esta entrevista no se trata de verla desnuda ni de pedirle sus señas en las redes sociales. Para eso, tienes que tomarte un avión

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Niña terrible de la Caracas noventera, femme fatale, locutora, columnista provocadora, «trend setter» antes de que se hubiera acuñado el término, vanguardia, house, salsa, metralla rosa, urbe, Ateneo 100.7. Las mil facetas de Carla Tofano son como prendas de vestir exóticas que al fin y al cabo siempre la conducen hasta un mismo lugar: el deseo incontenible de transmitir ideas, de manifestar libertades y de hacer notorio el enigmático y fascinante universo de lo femenino.

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Ninfa electrónica con piel de guayaba y labios de coco, desde hace más de 6 años vive en la ciudad de Londres en donde se ha reinventado -una vez más- como modelo artística para estudiantes de arte y dibujo.

Su curvilíneo cuerpo desnudo se reproduce incesantemente en cientos de papeles que vuelan por las calles del Reino Unido. Negada a reconocerse como “modelo”, asegura que se trata de un ejercicio introspectivo de meditación que dista mucho de cualquier tipo de banalidad.

No aguantamos la tentación de contactarla al descubrir sus fotos en las redes, ahí posando, infinita, divina, rodeada de incisivas miradas de prospectos pintores de caballete y paleta. Una estampa alucinada de la antigüedad. Y definitivamente un refugio de extravagancia y buen gusto, tras el ataque de las nalgas de Kim Kardashian, la invasión de tetas por Instagram o la inescrupulosa epidemia de twerking con celulitis.

Así responde Carla Tofano a nuestras preguntas.

-¿Estás dedicada de lleno al modelaje artístico?

-Si, desde hace un par de años me dedico al modelaje artístico en forma casi exclusiva, y es definitivamente la ocupación a la que más horas del día le dedico. Desde que comencé, modelo sobre todo para escuelas de arte que entrenan a sus estudiantes con el estilo de las escuelas de dibujo clásico, -tipo Atelier- escuelas que durante el boom modernista estuvieron casi en peligro de extinción en lugares como Latinoamérica.

«El entrenamiento académico de este tipo de dibujo requiere un nivel de dedicación y compromiso inmenso por parte de ambos, modelos y artistas, debido a la cantidad de horas que son necesarias para completar cada singular dibujo.

«Con este tipo de escuela de arte figurativo, que en Londres han existido desde siempre, trabajo un montón: London Atelier Of Representational Arts, Art Academy, London Fine Arts, son algunas de las escuelas que regularmente me emplean. Sin embargo, también modelo para artistas en sesiones de estudio privadas (lo cual conlleva una dinámica totalmente diferente), y también modelo para un sin número de sesiones organizadas por grupos independientes, que tienen lugar en diferentes espacios de la ciudad -desde tiendas y bares hasta centros comunitarios-, y que ofrecen la posibilidad de dibujar durante dos o tres horas, a cualquiera que pueda estar interesado y que no siguen ningún rigor pedagógico específico, sino que más bien generan sesiones «free style», sin tutoría académica específica.

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«Es una actividad que la gente adora porque ayuda a relajarse y al mismo tiempo es gimnasia para la mente. Dibujar al vivo afila y refina la capacidad de observación, y fortalece la conexión entre motricidad y pensamiento de un modo que es además entretenido. Pocas cosas son más difíciles que intentar reproducir en dos dimensiones lo que observas en tres, sin embargo, la gente creativa adora el reto. En Londres la escena del dibujo al vino, o Life Drawing es inmensa. No terminas nunca de conocerla en su absoluta totalidad».

-¿Es un trabajo?, ¿es un hobbie?

-En mi caso y en el de muchos otros modelos profesionales que conozco y admiro es un trabajo. Quien lo ve como un hobbie generalmente se estrella rápido. Mantener una pose estéticamente atractiva por 30 o 40 minutos sin moverte no es tan fácil como a simple vista parece, y hacerlo todos los días durante seis horas o más, lo es aún menos.

«Quizás por eso solo quienes realmente cuentan con las cualidades físicas y mentales para lograrlo sobrellevan el reto. Yo vivo del modelaje artístico y me lo tomo tan a pecho como puedoPuntualidad y rigor en el ejercicio de este trabajo son claves si quieres que la gente te aprecia y te emplee de nuevo. Es un trabajo que te ofrece relativa independencia de horarios y que te permite conectar con esferas de la ciudad muy interesantes y con las que de otro modo sería difícil tener acceso. Es un oficio que en lo personal disfruto mucho y me da alas, pero definitivamente no es un hobby, es un trabajo. Uno tan duro y tan gratificante como cualquier otro.

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-Háblame de alguna modelo que te inspire

-Casualmente -y sabemos que las casualidades no existen- las dos modelos cuyas trayectorias e historias crean más fascinación en mí son Gala Dali y Elizabeth Siddal. Ambas musas de quienes fueran además sus grandes amores. Gala fue esposa primero de Paul Eluard y luego de Salvador Dali, y Elizabeth, poeta, artista y modelo inglesa, fue inmortalizada por los artistas del movimiento Pre-Raffaelita, y fue la esposa de Dante Gabriel Rosetti, uno de mis favoritos entre todos los pintores de esa significativa y relevante hermandad de pintores. La vida de ambas me atrae inmensamente quizas porque ambas vivieron el arte desde la propia creación, pero también a travez del romance y la pasion erótica de los creadores que las escogieron como musas.

-¿Existe un proceso místico para lograr el elevado grado de concentración que se requiere para estar desnuda e inmóvil frente a incisivos observadores?

-Si existe para otros yo lo desconozco y de paso no lo practico. Si puedo decirte que para mí retraerme por horas en mi propio mundo de ideas y deseos es muy fácil. Yo disfruto el silencio introspectivo y así como puedo ser socialmente muy proactiva, también hay aspectos de mi que se conectan muy placenteramente con la intimidad de mi mundo interior. Mi meditación, mi única preparación mística para la vida o el trabajo es el ejercicio mismo de la vida y el trabajo.

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-¿Eres miembro fundador de Art Model Collective?

-Si, un proyecto que inicie con otra modelo, Manko Sebastian, y que ha dado frutos impresionantes en muy poco tiempo. Tenemos menos de un año de existencia en Londres y nos diferenciamos del resto de la oferta del mercado porque ofrecemos sesiones con siempre más de un modelo en inmóvil acción. Muchas veces con dos, preferiblemente con tres, y siempre creando puestas en escena bastante teatrales y visualmente impactantes en las que los cuerpos más que estar uno al lado del otro, se entretejen e interactúan unidos. Hemos logrado crear experiencias para los sentidos realmente creativas y súper estimulantes, y como modelos que ofrecen sesiones de arte autogestionadas, la retribución a todo nivel es muy satisfactoria. Estas sesiones nos ofrecen a los modelos que participamos, la oportunidad de tener una retribución económica más justa en cada sesión y un mayor control de la dirección artística de las sesiones.

-¿Alguna vez, hace muchos años, hablabas, desde tu programa de radio en la emisora Radio Ateneo 100.7 de una «ciudad posible» que era en aquel entonces Caracas. ¿Esa esperanza remota crees que sea realizabe todavía?

-En cualquier circunstancia -no importa cuán árida esta sea- la esperanza viene a lugar y reclama su espacio a través del deseo de quienes se atreven a tener ilusiones. Sin embargo, en Caracas existen por lo pronto, tantas cosas tan inmediatas que enmendar solo para hacerla una ciudad medianamente habitable de nuevo, que las que fueron alguna vez las fantasías de un colectivo ávido de gerenciar opciones alternativas, quizás hoy parezcan completamente superfluas. Sin embargo, en todas las circunstancias, no importa cuán opresiva la realidad oficial parezca, existe espacio para la divergencia y la ficción.

«La ciudad posible a la que mi programa de radio ‘Ciudad Glam’ apostaba parecía bastante poco indispensable ya entonces -a mediados del 2000-, sin embargo, el deseo nos hace divinamente ciegos a quienes no nos importan solo las cosas a simple vista importantes. Yo espero que en Caracas siga habiendo lugar para el tipo de ceguera de la que sufrió nuestra generación».

-¿Cómo fue el proceso de ir perdiendo el pudor, para una mujer que nunca se dedicó por completo al modelaje, por ejemplo?

-Es interesante. El simple hecho de definirme a mí misma cono ‘modelo’ todavía me genera un ruido horrible. Sin embargo, me salva el hecho de saber que para modelar para artistas realmente no importan las medidas de tu cuerpo, ni la talla de tu sostén, ni la edad de tu piel. Importa lo que eres capaz de comunicar, importa lo cómoda que te sientas sin ropa, importa lo hábil que seas creando posturas que expresen quién eres de un modo atractivo e inspirador. Yo fui siempre bastante pudorosa: nunca me sentí cómoda al desnudo en frente de nadie, ni siquiera en frente de mí misma mirándome al espejo. Quizás por ese motivo, siempre he tenido fascinación por la ropa y por vestirme mucho más que por desvestirme.

Este trabajo realmente llego a mi vida por accidente, pero ha sido fabuloso darme cuenta que yo necesitaba explorar el lado de mí misma que con el modelaje artístico se me ha desvelado. Yo veo esta oportunidad como un encuentro con el drama que me habita, un encuentro con la mujer que soy en términos de expresión gracias al entendimiento del cuerpo como una herramienta de poder y liberación, pero también como una herramienta de auto descubrimiento y aceptación. El territorio de la seducción siempre me ha interesado.

Alguna vez me interesó desde el ejercicio intelectual y la palabra, pero cuando sentí que el poder seductor de mi verbo había sido mutilado por el cambio de idioma, me empecé a buscar y encontrar a través del lenguaje del cuerpo como medio y como mensaje. Comprendí que siendo latina tenía una relación con mi cuerpo y el deseo que podía convertir en ganancia y que me encontraba en un lugar tan desasistido e inadecuado en general, que explorar mi propia desnudez en cuerpo y corazón dejo de atemorizarme.

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¿Cuál aprendizaje te ha dejado esta nueva etapa de tu vida?

-No estoy segura. Creo que he aprendido a aceptarme a mí misma imperfecta.

¿Qué opinan tus hijos y familiares sobre tu nueva faceta, tus amigos?

-Ha sido un proceso extraño. Muchos de mis amigos -no me lo dicen pero yo lo intuyo- temen que sea otro encuentro con la banalidad que siempre me ha atraído tanto, y por la que pareciera -a simple vista- siempre me dejo arrastrar. Otros lo han entendido después de comprender que en mi condición de inmigrante ha sido la salvación de mis cuentas por pagar, y después de entender que vivo de este oficio mientras no consiga nada que signifique una natural evolución o movilización hacia una nueva faceta de mi vida económica/profesional/aspiracional. Algunos me apoyan integral y felizmente, y otros me condenan moralmente. Parte de mi familia me condena en silencio, la otra mitad me observa con curiosidad, como esperando un desenlace final. Supongo que sienten que lo que hago ahora es solo una pataleta de la niña terrible que me habita. Mis hijos me aman, han crecido conmigo y yo jamás les he mentido, quizás por eso no les queda otra que entenderme. No les resulta fácil entenderlo, pero especialmente porque saben que la moral colectiva es proclive a cuestionarlo.

-¿Hace cuanto vives en Londres?

-Vivo fuera del país desde agosto del 2008 -creo- y en Londres desde el 2010.

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¿Has vuelto a Venezuela recientemente?, Qué opinas del rumbo que pueden llegar a tomar las cosas en los próximos meses?

-La última vez que estuve en Venezuela fue hace tres años, quizás un poco más, y ya estaba todo muy desmejorado a todo nivel. Siempre estuve muy desconectada del acontecer político noticioso, incluso viviendo allá, en Venezuela.

«Soy una persona de naturaleza soñadora y eso me hace muy evasiva de los problemas reales del mundo. Me cuesta mucho conectar con un tipo de mundo noticioso que no sé leer. Que no entiendo. Que no me habla a mí. Sin embargo, escucho con atención lo que opinan los demás y trató de entender lo que sino fuera por el afecto que me une a la gente y los lugares no comprendería. Leo y escucho lo que piensan los venezolanos que viven dentro y los que viven fuera, para hacerme una idea propia de las cosas. Honestamente el futuro inmediato de Venezuela me asusta. Por primera vez -desde que todo este proceso de derrumbamiento de las endebles estructuras que ya teníamos comenzara a tener lugar- tengo realmente miedo. Todos los venezolanos -especialmente los que viven a diario la absurda realidad del país- tienen un desgaste que no es poca cosa. Solo nosotros entendemos y podemos explicar los matices de nuestra esquizofrénica realidad, y estamos frente a un conflicto que requiere mucha cabeza fría, habilidad estratégica, fuerza física y entereza espiritual para poder hacerle frente. El futuro de Venezuela -desde mi atemorizada visión- se asoma como un cuento de terror.

-¿Sigues vinculada al periodismo de alguna manera?

-Yo nunca estuve demasiado vinculada al periodismo como tal porque siempre fui bastante mala en llegar a la noticia a tiempo. Sin embargo, yo tengo un modo muy intuitivo de vivir la comunicación y de entender en algunas áreas lo que será noticia antes de que lo sea. En mi caso la comunicación es un proceso orgánico, muy natural, y la verdad ya quiero volver a la experiencia de ser vehículo de la información desde algún medio. Estoy de hecho escribiendo desde no hace mucho de nuevo mi columna Metralla Rosa, con la que me iniciara en Urbe, desde un periódico en español que circula desde hace algunos meses en el Reino Unido, y que apuesta por un periodismo de la diáspora anti ghetto. El nombre del periódico es MÁS Reino Unido y me alegra ser parte del equipo fundador.

-¿Al periodismo en en el país?

-El problema que tengo en la actualidad visualizando cualquier afiliación profesional con Venezuela, es que por el momento, y comprensiblemente, toda información relevante necesita estar vinculada única y exclusivamente a la noticia política. Y yo de la noticia política no soy ni siquiera buena espectadora.

-¿Qué piensas de los Millenials, de la juventud del mundo, de la juventud venezolana?

No pienso acerca de la juventud porque me siento joven. ¿Simpático no?

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-¿Existe algún tipo de despertar sexual que acompaña a este renacimiento como modelo desnudista?

-Yo trabajo con mi cuerpo desnudo pero se supone que en mi caso el cuerpo se despoja de toda carga erótica para convertirse en forma, luz y linea. Sin embargo, aunque es cierto que bajo la presión de una sesión de dibujo la gente ve una forma que necesita plasmar sobre un lienzo o un papel, no soy tan ingenua para creer que no hay mucho de sensualidad y erotismo cada vez que la desnudez de un cuerpo toma lugar frente a un grupo de gente vestida. Experimentarlo en carne y hueso solo me ha hecho más consciente de lo importante que mi propia sexualidad es para mí misma.

-¿Qué le recomendarías a las chicas pudorosas?

-El pudor no es un problema. La censura lo es. Y cuando el pudor comienza a verse cuestionado por quien lo experimenta es porque esa persona está cerca de comenzar a diluirlo. El exceso de pudor -en hombres y mujeres por igual- nos puede robar la feliz aceptación del cuerpo que tenemos, como parte de lo que somos gracias al aspecto material que nos obsequia la naturaleza. Somos espíritu y somos materia. Solo eso somos después de todo. Y yo tiendo a creer que la materia como envase de lo invisible, siempre revela el tono, el peso y el color de lo que creemos no podemos ver.

-¿Te ves posando desnuda en publicaciones de algún tipo, por ejemplo?, ¿en publicaciones de arte, de repente?

-Todo depende siempre de la misión y la intención de lo que llegue. Si se trata de algo interesante me veo, claro que sí.

-¿Este sigue siendo un mundo machista?

-En este lado del planeta él machismo, a decir verdad, ha retrocedido pasos gigantescos. Quizás también por eso me siento cómoda posando para artistas que crean, viven y trabajan en esta cultura tangencialmente tan distinta a la nuestra. El nivel de profesionalismo y respeto de la mujer con la que me he topado durante el camino recorrido como modelo de arte es sumamente reconfortante. Y la diferencia radica básicamente en el hecho de que en este país hombres y mujeres son mucho menos machistas. Sin lugar a dudas esta es una cultura ecuánime y progresista.

-¿Eres feminista?

Absolutamente si. Mi vida lo es.

-¿Clinton vs. Trump?

-¿En serio me estás preguntando eso?! Tú que crees?!

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-¿Nunca has pensado en escribir algunas memorias sobre tu vida de hace algunos años, las noches de Caracas, por ejemplo?

-Nunca se me había ocurrido escribir sobre las noches en Caracas, jaja, pero quiero escribir, necesito escribir y solo me veo escribiendo acerca de lo que he vivido aunque no esté escribiendo literalmente sobre mi.

-¿Te ves alguna vez viviendo nuevamente en Venezuela?

-Desde que deje Venezuela me pasa algo muy difícil que presumo tiene que ver con lo duro que es auto expatriarse. No veo mucho cuando trato de visualizar mi vida a futuro. Solo veo una deliciosa hoja en blanco.

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