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#EntrevistaUB | GypsySka Orquesta pone a bailar a Europa con su Danza Macabra

Los venezolanos de GypsySka Orquesta terminaron de grabar y lanzar su primer disco estudio en España: Danza Macabra. El álbum congrega varios de los temas lanzados en sus EPs previos, más algunas canciones de pura gozadera balkan-gipsy-caribeña. Tras formarse en las calles de Caracas, los integrantes de la banda migraron a diferentes ciudades del mundo desde las cuales confabulan vía internet para encontrarse, grabar, ensayar y planificar giras que conquisten los oídos europeos No son la típica banda venezolana que usó el Festival Nuevas Bandas como trampolín, o que tuvo el chance de promocionarse en las emisoras juveniles como Hot 94, 92.9 ó La Mega. Tampoco encarnan la típica historia de emigración por razones políticas. Se trata de un grupo de... —no quiero usar palabras como “alternativos” o “hippies”, así que digamos creativos, soñadores, arriesgados— que quisieron hacer música balcánica. Crecieron todos en la Caracas bulliciosa y metrópoli; las aceras y estaciones de metro fueron las primeras testigos de su música.

Fotos de facebook.com/GypsySkaOrquesta/
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Hoy en día viven desperdigados por el mundo, pero siguen creando música bajo el sello de GypsySka. Aunque el esfuerzo ha sido dilatado en espacio y tiempo, la banda ha logrado concentrar parte de su sonido en un nuevo disco, Danza Macabra, el cual está a la venta a través de Google Music, Bandcamp y Amazon Music.

Mauricio Vivas (Acordeón) vive en Leipzig, Alemania. Sebastián Leon (Saxo) también vive en Leipzig de momento y pronto seguirá su camino a la India. Luis “Tostón” Leston (Guitarra) vive en Castellón, España. Luis Daniel Ducharne (Trompeta) en Barcelona, España. Por su parte, Joe García (Batería) no tiene vivienda. Ha estado los últimos meses entre Marruecos y Madrid evadiendo a las autoridades y luego de la gira que la banda desarrolla en el momento, su destino es incierto. Víctor Quero (Bajo) vive en Varsovia, aunque su permiso de residencia está por expirarse. Y Manuel Rodriguez (Trombón) vive en Bogotá, Colombia. A pesar de las distancias, los integrantes de GypsySka Orquesta se encontraron el mes pasado en Alemania para rodar con su fiesta gitana por los escenarios europeos. Entre parada y parada nos escriben un poco de su experiencia.

— ¿Cómo fue el proceso de autogestión que tuvo la banda para poder grabar este disco? ¿Cómo consiguieron el dinero o lo necesario para la producción?

Mauricio: Desde hace tiempo teníamos el plan de grabar un material más decente y producido que los dos EPs en vivo que habíamos publicado en Venezuela. A finales del 2015 publicamos una campaña de crowdfunding para recolectar el dinero, pero no nos fue bien. Un par de meses más tarde organizamos nuestra tercera gira en Europa y por suerte salió muy bien y logramos recolectar el dinero necesario para pagar tres días de grabación. Hay que mencionar que la grabación fue hecha por Daniel Damea en La Nau Estudios, en Barcelona, quien nos ayudó a conseguir un precio muy bajo e incluso no nos cobró por su excelente trabajo de mezcla, por lo que le estamos infinitamente agradecidos. Una vez lista la mezcla, el dinero necesario para la masterización lo ganamos en el Iboga Festival, en Valencia, España; y finalmente la impresión y producción de 3.000 CDs+afiches lo estamos financiando con la gira que está en marcha en este momento. El diseño del disco, publicidad, videos y todo lo demás lo hemos hecho, como siempre, nosotros mismos.

—Este paso marca una gran diferencia desde el GypsySka que comenzó como una “banda de asfalto”, ¿pueden decir que los escenarios europeos los han cambiado o los han consolidado como grupo?

Mauricio: Lo que ha cambiado mucho la dinámica de la banda es el hecho de no vivir en la misma ciudad y no poder ensayar constantemente y mantener una producción creativa activa durante todo el año. En estos momentos, nuestra única posibilidad para mantener vivo el proyecto, es reunirnos todos un par de semanas antes de cada gira y tratar de hacer en pocos días todo lo que no hemos hecho en meses; y luego salir a la carretera y tocar frente a un público que a veces es bastante exigente y está acostumbrado a un nivel musical alto. La inversión en pasajes, gasolina, reparaciones de la van y otras cosas inesperadas es siempre tan grande que no podemos permitirnos que la gira salga mal. Todo esto nos ha obligado a organizarnos un poco más y a tomar el proyecto más en serio. También a asumir otros papeles que son indispensables, como por ejemplo: el booking, contactos, publicidad para los conciertos, reparar nuestro auto, hacer nuestro propio sonido en tarima, pegar afiches en las calles, etc.

gipsy ska 2

— ¿Cómo ha sido la recepción del público Europeo? Quizás más abierta a la alternativa de música que ustedes ofrecen.
—Mauricio: Creo que a diferencia de el público venezolano, el público europeo esta muchísimo más acostumbrado a recibir constantemente bandas muy buenas de balkan, ska, cumbia y todo tipo de música, lo cual puede hacer a veces un poco difícil ganárselos en cada concierto. Siempre decimos, a modo de broma, que cada concierto es como una batalla con el público para hacerlos bailar y enloquecer. A veces, la batalla es fácil y comienzan a moverse a la tercera canción y otras veces, es realmente un desafío y no lo logramos hasta el cierre del concierto. Pero siempre recibimos comentarios positivos por la energía y locura que transmitimos en nuestros conciertos y creo que eso es lo que nos diferencia del resto de las excelentes bandas que giran por Europa. Quizás eso es lo que nos ha abierto tantas puertas en los últimos años.

— ¿Cuál ha sido la ciudad o el escenario en el que más le ha gustado tocar?
—Mauricio: A nivel de fiesta y locura definitivamente Polonia (Cracovia, y Varsovia). Los polacos beben mucho y creo que se necesita cierto nivel de borrachera para entrar a nuestro flow. El mas importante ha sido quizás el festival de World Music de Czeremcha 2016, también en Polonia; o el festival de Burg Herzberg en Fulda, Alemania.

—Sebastian: Hay muchos festivales y clubs interesantes, pero nos hemos conseguido con escenarios raros, pequeños, en aldeas muy dementes, donde el publico nos recibe con demasiada buena energía. Uno de mis lugares favoritos es Dannenberg en Alemania, donde vive un grupo de granjeros alejados de la ciudad y la contaminación. Desde la primera vez que estuvimos ahí se convirtieron en nuestros amigos. Además, ellos hacen un precio especial para un centro de personas con discapacidades, y por lo general, muchas de las personas que asisten tienen algún problema motor. Sin embargo, las sonrisas que nos regalan y la forma en que expresan la música en su cuerpo, ha sido para mí una de las mejores satisfacciones a lo largo de las giras.

poster golde goat tour
—La típica: ¿Cuáles son los próximos movimientos de la banda?
—Mauricio: Nuestro CD está a la venta a través de Google Music, Bandcamp y Amazon Music. Sin embargo, donde realmente se mueve la cosa es directamente en los conciertos. Una vez que la gente ha escuchado la música en vivo, muchos se acercan a comprar el disco y eso es lo que rescata las finanzas de la gira. Después de cerrar esta gira, esparamos poder activar en nuestro sitio web, la venta por internet de CDs y todo el material gráfico que hemos venido generando en los últimos años. Hemos hecho afiches en serigrafía, en offset, grabados en linóleo, postales en risografía y muchas otros productos gráficos chéveres, que creo que podrían tener una buena recepción. También sería una manera de enriquecer el proyecto e irlo convirtiendo en un proyecto artístico mixto. La gira promocional está en marcha ahora mismo. La llamamos la “Golden Goat Tour” y es una gira express de 25 conciertos en 5 países y en apenas 30 días. Estamos presentando nuestro nuevo álbum y varias nuevas canciones. También estamos planificando una gira de verano y ya tenemos confirmados un par de festivales interesantes en UK, Bélgica, Francia y Alemania.

—¿Extrañan a su país? ¿Qué es lo que más les hace falta, y lo que menos les hace falta?
—Mauricio: Extraño la naturaleza, la belleza y el clima de Caracas. Extraño la playa, mi barrio Bello Monte y el ron bueno y barato. Extraño también a la gente humilde, transparente y amable de los pueblos venezolanos. Lo que no extraño es la mentalidad oportunista, individualista y abusadora de muchos de mis compatriotas, el malandreo caraqueño que lamentablemente no deja de expandirse, ni nuestra constante necesidad de quejarnos por todo sin hacer nada al respecto.
—Sebastian: Pronto cumpliré mi cuarto año en Europa, y la verdad es que sigo buscando un lugar que me convenza a mí y a mi esposa. Esa cosa tan rica de Venezuela no la hay en ningun lugar: su gente y sus tierras, tampoco prentendo comparar. De momento, viví en Barcelona España, luego Leipzig y ahora me cansé del frío y me voy a descubrir Asia. Creo que climáticamente me hará sentir un poco más como en casa. Lo que menos me hace falta es el no poder vivir tranquilo. No extraño para nada el rush caraqueño y el nervio de que en cualquier momento algo chimbo puede pasar. Sin embargo, mantengo la esperanza de que mejorará y viviré feliz en mi país.

—Pueden describirnos la anécdota más graciosa y divertida y la peor de todo este recorrido juntos
—Mauricio: Está difícil… La más graciosa que se me ocurre: Nuestra primera van la compramos en España por 1.000 euros a un marroquí. La camioneta era del 97, estaba hecha mierda y el reproductor de sonido venía con un disco atorado que no podíamos cambiar. El disco era el Corán recitado por un Imam en árabe y tarde o temprano la camioneta empezó a dejarnos morir a cada rato. Literalmente se caía a pedazos en carretera. Un día, con una resaca horrible, antes de un viaje largo y luego de casi haber perdido el festival más importante de la gira por quedarnos accidentados, decidimos darle play al CD y automáticamente comenzamos a golpear las ventanas, asientos y el piso para tratar de darle ritmo a la cosa, y allí nos dimos cuenta de que la cumbia, salsa y otros ritmos en 4/4 pasaban perfecto con la métrica en la que estaban los rezos. Ese día no hubo inconvenientes con la van y a partir de entonces, se hizo un sagrado ritual de 5 minutos de Corán salseado al inicio de cada ruta. ¿La peor? Acaba de ocurrirme hace 3 días en Poznan, Polonia. Pero este no es lugar adecuado para compartirla.
—Sebastián: Es impresionante lo que pasa en cada una de las giras. De hecho, es demasiado difícil para mí rescatar un solo punto, son tantas pero taaantas las cosas positivas e increíbles que pasan que no consigo una. Quizás un atardecer en Croacia en un festival hippie frente al mar o la primera vez que escuche a Chico Trujillo y Ámsterdam Faya Allstars en vivo, en un festival en Alemania en el que tocamos nosotros también. Son demasiadas buenas experiencias, a veces las más simples son las más sabrosas.
Lo peor (y es algo que no suele suceder muy a menudo) es cuando hay discusiones entre nosotros. Hace que la gira se transforme en una pesadilla.

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