Viciosidades

"Esto no es Berlín", muestra la rebeldía mexicana de los 80's

El director mexicano, Hari Sama decidió reconciliarse con su pasado y eso se vio reflejado en su nuevo film "Esto no es Berlín". Su quinta película está centrada en el ambiente agitado que vivió México durante la década de los ochenta. La rebeldía, las drogas, la sexualidad y la clandestinidad forman parte de los ingredientes que utilizó el cineasta para crear esta historia

Texto: Álvaro VILLALOBOS / AFP | Fotografía: Óscar Del Pozo / AFP
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Desde el arrojo de unos adolescentes,  Hari Sama retrata en «Esto no es Berlín» los tumultuosos años 1980 en su México natal, donde la experimentación con las drogas y la sexualidad se vivió «en la absoluta clandestinidad».

Sama se encuentra en Madrid para promocionar este drama, del que es director, coguionista y actor. Tendrá su estreno mundial en sala el viernes en España, antes de hacerlo en Estados Unidos el 24 de agosto y en México a final de año.

En España recibió cuatro premios en el Festival de cine de Málaga, y precisamente la trama tiene algo que ver con la experiencia de la movida madrileña de los 80′, de la que Sama, entonces adolescente, recibió los ecos en Ciudad de México.

La cantante «Alaska iba todo el tiempo, y la encontrábamos en fiestas. Miguel Bosé también… Siempre ha habido una comunicación estrecha entre México y Madrid», cuenta Sama, de 52 años, en una entrevista con la AFP.

El filme, ambientado en 1986, está protagonizado por Carlos (Xabiani Ponce de León) y Gera (José Antonio Toledano), dos adolescentes que viven en el acomodado suburbio capitalino de Lomas Verdes.

A través de la hermana de Gera -interpretada por la actriz de televisión Ximena Romo-, conocen de pronto la cultura ‘underground’ del momento: rock, punk, fiestas nocturnas… Y con ella, el mundo LGTB, la experimentación sexual y las drogas, con el fantasma del sida merodeando.

«Los jóvenes lo teníamos prohibido todo, y esto se vivió casi en la absoluta clandestinidad, de manera muy, muy underground», cuenta Sama, director de filmes como «Despertar el polvo» (2013) y «El Sueño de Lu» (2011).

La vista estaba «puesta permanentemente fuera, en Berlín, en Nueva York», pero sin darse cuenta, estos jóvenes, y los personajes que los retratan en el filme, estaban «reflexionando sobre su mexicanidad».

– Marina de Tavira, en el elenco –

La película, que en enero pasó en el festival de Sundance (Utah, EEUU), incide en el arte de la performance como acto contestatario, en una sociedad «muchísimo más conservadora que la actual».

Cuenta su director que fue un género que experimentó en la época, que «[le] voló el cerebro», y que para los protagonistas de la cinta apunta a un objetivo político muy concreto: «recuperar el espacio público para la juventud, ultrajado en México desde el 68», cuando se produjo la matanza estudiantil de Tlatelolco a manos de militares.

En el elenco destaca Marina de Tavira, la madre del protagonista Carlos. Interpreta un papel muy similar al desempeñado en la celebrada «Roma», de Alfonso Cuarón, el de una mujer quebrada por la partida de su marido.

Entre risas, Sama asegura que la coincidencia le llamó la atención más que a nadie, y que Marina «nunca [le] contó nada» sobre el rodaje de «Roma», efectuado muy poco antes en medio de un gran secretismo.

El director y también tecladista y clarinetista (tuvo su propia banda, La muerte de Eurídice), valora que los éxitos de Cuarón y Alejandro González Iñárritu en Hollywood dan «resonancia» al cine de su país. Si bien destaca que éste es «muy plural» y va más bien por el lado del cine de autor.

Entre sus filmes favoritos de los últimos años cita «Cómprame un revólver», la apocalíptica cinta de narcos de Julio Hernández, «La camarista», de Lila Avilés y premiada en los festivales de Morelia y Marrakech, o «Las niñas bien», de Alejandra Márquez Abella, galardonada en el festival de cine latino de Toulouse.

Menos contento se muestra, sin embargo, con el presidente izquierdista Andrés Manuel López Obrador. Sama lamenta los recortes a la financiación pública del séptimo arte -«el gobierno nuevo nos ha pegado muy duro al cine»- e insiste en que la ficción no es ningún bien de lujo.

«Necesitamos del mito para entendernos», enfatizó.

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