Jade Cárdenas: Belleza venezolana que derrite a Bonaire
Con 24 años, esta preciosa modelo vive en Kralendij, la capital de Bonaire. Desde esta exótica ciudad, nos cuenta cómo es su vida y los planes que tiene para futuro.
Jade se mantiene activa. «Me la vivo viajando, conociendo, aprendiendo idiomas, culturas, creando proyectos nuevos y haciendo muchas cosas para mi crecimiento personal», así comienza la conversación con este monumento de mujer, que decidió emigrar de Venezuela en búsqueda de nuevas oportunidades.
– ¿Por qué tomaste la decisión de emigrar a Bonaire y cómo fue tu transición al llegar?
Principalmente por mi mamá; ella vive aquí desde hace 6 años y la había visitado varias veces, pero siempre por 15 días. Como siempre me encantó el lugar, desde la primera vez que fui, decidí ir por 3 meses para investigar por mi cuenta cómo sería toda la transición y así poder tomar la decisión final.
Además lo más importante era cuadrar de manera legal mi permanencia en la isla, ya que es la única forma de establecerte, y como soy mayor de edad, poco pudo interceder mi mamá. Sin embargo, a pesar de que fue difícil lo pude lograr gracias al esfuerzos y mis buenas energías.
– ¿Alguna vez te sentiste presionada como mujer para cumplir con alguno de los estereotipos de la belleza venezolana?
No, porque aunque la sociedad quiere siempre imponerte estereotipos de belleza, sobre todo en Venezuela, creo que nunca me he sentido presionada para regirme por ellos. Me siento libre de ser yo misma tal y como soy.
– Decías que has viajado mucho, ¿qué otros países has visitado?
Ecuador, Curazao, Panamá, Bonaire y todos los que me faltan.
– Y en esos viajes, ¿qué es lo más loco que has hecho en tu vida?
Meterme en una playa de Panamá con unas olas gigantes a un montón de metros de la orilla, con pocas condiciones para surfear y con una tabla casi rota.
– ¿Te haces sesiones constantemente?
Sí, claro. Me encanta la fotografía y también ser fotografiada. Me gusta sentirme desconectada de la realidad. Cada vez que lo hago, me pierdo entre mi yo interno y la conexión con la naturaleza para trasmitir lo que siento en el momento; bien sea por la magia de la situación o por alegría, pasión, expresión natural y poder femenino.
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