Mujeres

La era de las vaginas bellas: de la cirugía a la reconstrucción total

Blanqueamiento anal, ampliaciones del Punto G, reducciones de clítoris, agrandamiento de labios. Los procedimientos para tensar y embellecer la vagina se han popularizado entre las venezolanas. Según nos confiesa el ginecólogo y obstetra Jorge Gaviria, las pacientes llegan a su consultorio buscando más placer o conformidad con su cuerpo

Composición Gráfica: Mercedes Rojas
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Desde el origen de la raza humana, hasta hace aproximadamente 40 años, las vaginas “iban a la guerra”, tal como la naturaleza lo disponía. Se podría decir, que como Dios las trajo al mundo, sin embargo, con la moda de la depilación esta descripción cambió su sentido. Así se presentaban en «el campo de batalla» con vellos, olores y sus colores propios. Si habían sido víctimas o protagonistas (decídalo usted) del milagro de la vida, pues no le quedaba otra opción que mostrarse orgullosa ante la pareja, con todos los cambios o vestigios que implica tal honor.

A veces, solían esconderse en la oscuridad de la habitación. O cumplían una función muy básica, incluso egoísta con ellas mismas. Pero los tiempos cambian y con ellos también, las tendencias. Es por eso que una corriente estética se ha abierto paso para «remodelar» y rejuvenecer, la sexualidad genital de la mujer.

Se trata de la estética genital, y de toda una gama de opciones, para las mujeres que no se sienten cómodas con el exterior o interior de su área vaginal. La tendencia se expandió o se hizo más popular, luego de la aparición de David Matlock en la serie de E! Entertaiment televisión, «Dr. 90210», hace algunos años. Este dio a conocer diversas técnicas láser, que simplifican los procedimientos estéticos en esta área.

No obstante, el deseo de las mujeres por mejorar el aspecto y tonicidad de sus genitales, se había empezado a gestar con la aceptación y masificación de la pornografía, la cual se ha hecho más alcanzable con el desarrollo de la tecnología digital y web. Así lo asegura el doctor venezolano Jorge Gaviria, quien también señala que existe una tendencia a «prender la luz en el cuarto», por lo que la mujer se ha preocupado por conocer más su sexualidad.

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“Los procedimientos se hacen tendencia, porque va corriendo el boca a boca. La paciente cuenta —Sabes que me operé, me hice esto— y eso va corriendo. Además, la mujer se ha hecho un poco más abierta a su sexualidad, sobre todo, aquellas que sufren de atrofia, las que quieren un tensado vaginal o la que quiere mejorar su prolapso o su incontinencia. Por otro lado, la tendencia de prender la luz, para que se vean los genitales, el exceso de pornografía y la facilidad para poder comparar con otros genitales, hace que la paciente diga —quiero unos genitales así, quiero prender mi luz”, afirma Gaviria.

El país de las mujeres bellas, es uno de los más cautivos por la cirugía y procedimientos estéticos, para muestra de ello el ranking de la Asociación Internacional de Cirugía Plástica (ISAPS por sus siglas en inglés), el cual nos coloca como el octavo país con mayor número de cirugías estéticas realizadas en 2013. Pues, era de esperarse que este tipo de procedimientos, conquistara la planificación estética de más de una venezolana. En ese sentido, los folletos las clínicas se han ido difundiendo y los consultorios se han ido llenando. Hasta las páginas web de descuentos han promocionado este tipo de intervenciones.

Al Dr. Gaviria llegamos a través de la información que ofrecía su stand en la feria «Exposexo, Salud y Belleza 2015»,  en él CCCT. Desde el 2009, ofrece en su consultorio, varios procedimientos para el rejuvenecimiento vaginal, siendo el blanqueamiento genital lo más solicitado en su clínica, en el Centro Comercial Los Campitos.

Seis de cada 10 pacientes solicita el blanqueamiento de vulva, ano y periano. Incluso, es uno de los motivos más recurrentes durante las primeras consultas. Gaviria explica, que en muchos casos, se debe al uso de la depilación brasilera, maltrato con la afeitadora, y malos hábitos de uso de las toallas sanitarias.

Después del blanqueamiento, otros procesos no quirúrgicos son los más solicitados. La calidad ambulatoria, el poco dolor y el hecho de no usar anestesia los hacen más atrayentes. Entre ellos, está el tensado vaginal, que se trata de un procedimiento que busca calentar las fibras de colágeno de las paredes vaginales y así templarlas. Esto se traduce en menor distención y mayor fricción. “Es decir, mayor gratificación sexual para la mujer y para su pareja”, apunta el ginecólogo.

Regina Falangi**, una de las pacientes, aseguro que tanto ella como su novio, agradecen los resultados de este tratamiento. Ella es asesora de negocios en un banco y llegó al consultorio del Dr. Gaviria porque se sentía acomplejada por el color que había tomado su área vaginal, tras años consecutivos de depilaciones con cera. Luego de esto, Falangi siguió asistiendo al consultorio. Se decantó por un tensado vaginal y luego, por una ampliación del «punto G».

“Mi pareja no me lo pidió, ni me lo sugirió. Yo después de saber de la opción del tensado, lo hablé con él y me apoyó. Después de hacérmelo quedó 100% satisfecho. Él siente más placer porque hay más presión en el miembro y yo también noté el cambio. Fue notable (risas). También me hice una ampliación del «punto G» y los resultados fueron magníficos. El doctor me inyectó plasma de mi propia sangre”, declaró.

El tensado vaginal, en el caso de Falangi, era buscado para asegurar mayor placer, pero en otros casos lo buscan para atacar problemas como la incontinencia en la mujer de mediana edad. Según comenta Gaviria, existen problemas de uretra y vejiga que pueden ser tratados con láser:

“Nosotros hemos visto que con tensado vaginal mejoramos ciertos grados de prolapso, ciertos grados de incontinencia y abrimos campo a mayor lubricación. Al producir una vasodilatación, puedes producir una mayor lubricación.¿Quiénes no tienen buena lubricación?: las pacientes menopáusicas. De los tensados, lo más común son pacientes con incontinencia. Esta alteración no da calidad de vida: la paciente viste de negro, carga toallas sanitarias en la cartera, ya no quiere salir con sus amigas, porque si se ríe se orina. Por eso es uno de los primeros motivos que se escucha en consulta”.

En ese sentido, el ginecólogo perfila a sus pacientes: “Ahorita hay un repunte hacia los 49, vienen para sus segundas juntas. La mayoría están cambiando de esposo”. Indica que las pacientes de esta edad se están re-descubriendo, se operó otras áreas como las mamas y quiere mejorar el aspecto de sus genitales. No descarta que otra predilección sean las mujeres entre 25 y 27, muchas con planes pre-nupciales.

Sin embargo, todo tipo de mujeres se acerca al consultorio, desde strippers con deseos de reducir su tamaño del clítoris, hasta musulmanas con hiyab, que quieren volver a ser vírgenes para su esposo. Desde una niña de 13 con un trauma por tener labios mayores muy grande desde nacimiento, hasta una señora de 40 que quiere lucir bella después de un divorcio.

Hay tratamientos para todos los gustos y para satisfacer todo tipo de vanidades femeninas. Estamos frente a frente, sin duda de la revolución narcisista de la vagina.

Para más información, las coordenadas del Dr. Gaviria son:
Página web: http://drgaviria.com/
Twitter: @drgaviria

**Regina Falangi es un nombre ficticio para proteger la identidad de la paciente.

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