Viciosidades

La insoportable zona gris del fútbol olímpico

Si Neymar y compañía no ganan por primera vez el oro en Río 2016, en Brasil se lanzarán al mar. El torneo siempre ha sido segundón y con normas ambiguas, pero igual siempre llena estadios. Colombia vuelve por primera vez desde Barcelona 1992 y podría chocar en las semifinales con Argentina

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La lista de estrellas en el torneo de fútbol masculino de Río 2016 básicamente puede resumirse a: Neymar.

Quizás luego los colombianos Sebastián Pérez o Teófilo Gutiérrez, y muchos otros “quizás”, por ejemplo el hijo del Cholo Simeone.

La historia del fútbol en Juegos Olímpicos básicamente puede resumirse en: Brasil ha sufrido una pava macha. Como dicen los brasileños: ha sido un pie frío.

En teoría, estar en unos Juegos Olímpicos es lo que sueña todo deportista. Con el fútbol ocurre más o menos lo mismo que el beisbol: hay otros eventos más importantes, como el Mundial, la Eurocopa o la Copa América.

¿Por qué el fútbol no ha sido eliminado del programa olímpico, al igual que el beisbol? Porque el deporte más popular del mundo igual siempre llena estadios.

A las autoridades de FIFA nunca les ha interesado demasiado que haya otro torneo destacado aparte de los que ellos organizan. La fecha en la que suelen celebrarse los Juegos Olímpicos (agosto-septiembre) también conspira: Cristiano Ronaldo y muchas otras estrellas todavía andan montados en un yate cual cantantes en video de reggaetón, y la mayoría de los grandes equipos europeos apenas está arrancando la pretemporada.

De los falsos amateurs a los sub-23 con vitaminas

Esto no quiere decir que no existan momentos emocionantes o memorables de fútbol en los Juegos Olímpicos, o que no los habrá en Río 2016. Simplemente que el torneo olímpico de fútbol masculino siempre ha sido ambiguo, ni chicha ni limonada. Repasemos en tres patadas las extrañas normas que lo han regido:

1900-1980: sólo se permitían futbolistas aficionados. La distinción entre “amateurs” y “profesionales” siempre propició algunas de las más grandes arbitrariedades e injusticias de la historia del deporte. En el fútbol, hay que distinguir varias etapas: los torneos de 1900, 1904 y 1908 fueron bastante poco serios, como todos esos tres Juegos Olímpicos en general, que tuvieron un ambiente más bien como de feria de pueblo llanero. Con las medallas de oro de 1924 y 1928, Uruguay anticipó el título en el primer Mundial en 1930. Luego vino el deslave. Entre 1956 y 1980, ganaron ocho oros consecutivos los equipos de la Europa comunista, cuyo amateurismo era una burla, porque eran atletas becados por el Estado.

Nota al margen: Venezuela nunca ha estado en un Mundial, pero sí en unos Juegos Olímpicos, los de Moscú 1980. Quedó de cuarta en un preolímpico en Colombia, pero fue invitada debido al boicot de Argentina contra los soviéticos. Era le generación de Bernardo Añor (papá de Juanpi), Cheché Vidal (eterno aspirante a la presidencia de la FVF), Luigi Cichero (papá de Gabriel y Alex) y el difunto Pedro Febles, entre otros.

1984-1988: europeos y sudamericanos sin mundialistas. En Los Ángeles 1984 el fútbol olímpico se abre a profesionales, lo que anticipa lo que ocurrirá con el basket y el Dream Team en Barcelona 1992. Pero para mantener cierta paridad, a las selecciones UEFA-Conmebol no se les permite incluir a jugadores con experiencia en Mundiales. Medallas de oro para Francia y la Unión Soviética que, hay que decirlo, se despidió para siempre con un equipo más que decente encabezado por el mediocampista Alexei Mikhailichenko y derrotó 2-1 en la final de Seúl 1988 a un Brasil que tenía la delantera Romario-Bebeto.

1992: categoría sub-23. El fútbol olímpico comienza a convertirse en una zona gris para jugadores que ya no son juveniles pero tampoco demasiado adultos, algo así como los personajes del Chavo. Ganó España en Barcelona, con un equipo que tenía a Guardiola y Luis Enrique.

1996 hasta el presente: sub-23 con tres refuerzos. Con sus bemoles, podría decirse que ha sido la mejor etapa de la historia del fútbol olímpico. Nigeria ganó en Atlanta 1996 con una generación brillante y el Camerún de Samuel Eto’o repitió para África en Sidney 2000. Después vinieron los dos oros seguidos de Argentina en 2004 y 2008. Este último equipo era prácticamente la base de la selección de la Copa Centenario: estaban Messi, Di María, Agüero, Banega, Chiquito Romero y Lavezzi, además de Mascherano como refuerzo. En Londres 2012, México volvió a dejar a Brasil con esa medalla de plata que los jugadores de fútbol se quitan rapidito, como si fueran las balas que matan a los vampiros.

Un ganador que ya no está

– Los que han ganado más oros (tres) son Hungría y Gran Bretaña, que ya ni siquiera manda equipo al fútbol (hizo una excepción en Londres 2012), entre otras razones porque el Comité Olímpico Internacional no acepta las selecciones separadas de Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte.

– El sistema de clasificación a Río 2016 fue, por decir algo, pintoresco. Los equipos de Sudamérica salieron del torneo sub-20 Uruguay 2015; los de Europa, de la Eurocopa sub-21 República Checa 2015. África y Asia sí hicieron preolímpicos sub-23 como debe ser. El clasificado más turístico es Islas Fiji (Oceanía): salió de unos tales Juegos del Pacífico 2015 y está en los Juegos Olímpicos solo porque Dios es grande, ya que Nueva Zelanda quedó descalificada por una alineación indebida. Haga la quiniela de cuántos goles les van a meter en el saco.

– Ni siquiera hay entrenadores famosos. Casi todos son los que trabajan habitualmente con las categorías menores en sus países. Tras el limbo en el que está Argentina por la renuncia de Gerardo Martino, el improvisado seleccionador olímpico, Julio “Vasco” Olarticoechea (al que Maradona le declaró ya la guerra), quizás pudiera aspirar al cargo de mayores si hace algo grande en Río.

– Además de Neymar, Brasil se hizo presente con el central Marquinhos (París Saint Germain), Rafinha (Barcelona), el veloz Felipe Anderson (Lazio) y dos que estuvieron en la Copa Centenario, Renato Augusto y Gabriel Barbosa. Debería pasar en el grupo “A”, que completan Dinamarca, Sudáfrica e Irak. Si el Barcelona no gana torneos en la temporada 2016-2017, siempre tendrá una excusa: “Es que Neymar no hizo la pretemporada como debía ser”.

– Colombia volvió al fútbol olímpico por primera vez desde Barcelona 1992. En cuatro participaciones, jamás pasó de la primera ronda. El mediocampista central Sebastián Pérez fue uno de los más elogiados en la Copa Centenario y le acompañan otros del Nacional de Medellín (Bonilla/Aguilar/Borja), así como el delantero Dorlan Pabón (Sporting de Portugal) y el citado Teo. Está en el grupo “B” con Suecia y sus respectivos inmigrantes, Nigeria y Japón.

– Alemania podría dar pistas de su futuro. Dicen que hay que estar pendiente con el portero Timo Horn, los centrales Niklas Sule y Matthias Ginter y los volantes Leon Goretzka y Julian Brandt. El entrenador Horst Hrubesch no lleva ningún refuerzo famoso. En el grupo “C” también está México, con Oribe Peralta e Irving Lozano, Corea del Sur y el impresionante fantasma de las Islas Fiji.

– Argentina no llevó ningún refuerzo de renombre. Ojo con tres jóvenes que se mueven en la delantera: Manuel Lanzini (West Ham), Ángel Correa (Atlético de Madrid) y Jonathan Calleri (Sao Paulo), además del hijo del Cholo, Giovanni, que esperará en la banca. Si uno escucha lo que dicen los periodistas argentinos, hay mucho pesimismo de que la generación post-Messi pueda ganar los torneos que ni siquiera con Messi se han ganado. Va en la llave “D” con Portugal, que no lleva ningún campeón de la Eurocopa (olvídese de Renato Sanches, aunque ya le hayan chequeado la edad), Argelia y Honduras.

– Si no hay demasiadas sorpresas, el martes 17 de agosto habrá una semifinales Brasil-Alemania (en el Maracaná) y Argentina-Colombia (en el Arena Corinthians de Sao Paulo). La final será el sábado 20 en el Maracaná. Se paga recompensa por foto de Neymar besando medalla de oro, así sea lesionado con muletas en la final, haciendo de segundo entrenador y con el corte de cabello genital de Ronaldo en el Mundial 2002.

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