El fabricante Sherco va un paso más allá con una edición especial que incluye chasis de cromo-molibdeno y horquilla de aluminio para aguantar las duras pelas que exige esta disciplina Quizás su nombre no suena mucho en estos lares de la Venezuela revolucionaria, pero los conocedores saben que hablar de Sherco es nombrar la crème de la crème en motos trial de alta tecnología. Y si a eso se suma una edición limitada, entonces la garantía de tener una de las mejores máquinas para travesuras en terrenos difíciles es total.
Con un diseño que nada tiene que a primera vista se asemeja más a una bicicleta de cross que a una moto convencional, el fabricante francés Sherco no ha escatimado esfuerzos en incluir en su catálogo Trial Factory los más sofisticados adelantos para hacer de sus modelos los mejores desarrollados hasta ahora en eso de andar montados en piedras, orillas de barrancos y hasta árboles.
El diseño inspirado en el ciclismo también queda en evidencia en la forma del manillar, recto y de una simpleza monacal pues no incluye instrumento alguno. En esta ocasión muestra acabados en blanco satinado y nuevos protectores azules y amarillos.
Y que no te deje engañar su aparentemente frágil y endeble. Su delgadez extrema tiene como objetivo facilitar las maniobras y superar obstáculos mucho más pronunciados, pero eso no significa que no sea resistente. De hecho, el chasis tubular está fabricado en cromo-molibdeno, un material que ha probado ser mucho más resistente que el acero, aluminio y aleaciones de fibra de carbono.
Esta edición especial incluye una horquilla TECH enteramente fabricada en aluminio, la más ligera del mercado, además de un nuevo amortiguador Öhlins con inéditos setting que proporciona mayor estabilidad luego de cada brinco, importante ayuda para cumplir la regla máxima del trial que es no apoyar los pies en el suelo en ningún momento.
Como es obvio, el asiento es un adorno que no tiene cabida en una moto de su tipo, mientras que el largo guardabarros trasero está diseñado para cumplir su labor de mantener el charco a raya. Por debajo está reforzado con un tubo de escape recortado de nuevo diseño que mejora la salida de gases.
La Sherco Trail Factory también incluye nuevos estribos, que ahora son modelo Hard Rock y en aluminio forjado en color gris antracita; todo ello en combinación con los rines Morad, cuyo acabado azul brillante solo deja tregua a dos radios que van coloreados en amarillo flúor. Frenos Braktec se relacionan con discos de marca Galfer de 185 mm adelante y 145 mm atrás.
El motor, igualmente adelgazado hasta el extremo, cumple a cabalidad sus funciones pese a lo limitado de su tamaño. Se trata de un monocilíndrico de 2 tiempos refrigerado por agua con capacidad para 125, 250 o 300cc de encendido eléctrico y arranque a pedal alimentado por un carburador Keihin, que ahora cuenta con una protección extra en los cárteres fabricada en aluminio que para garantizar que no sufrirán durante maniobras extremas.
El propulsor está unido a una transmisión de cadena manual de cinco velocidades accionada por embrague multidisco de accionamiento hidráulico.
¿Y cuánto cuesta esta maravilla? Pues, tratándose de una edición especial y limitada, los precios son más que accesibles: entre 5.800 y 6.500 euros de acuerdo a la cilindrada del motor.
