Viciosidades

“La movida rockera en Caracas se está yendo a la mierda"

Tras un sorpresivo anuncio, el personal de Discovery Bar tuvo que desmontar tarima, enrollar los cables y guardar monitores por siempre, despegar afiches y memorabilia para llevárselo todo. El pasado viernes fue el último día y noche de actividad en un local que, desde 2007, ofrecía una satisfactoria y contínua oportunidad para el mundillo alternativo. Los protagonistas de estas historias, como el discjockey Mitchel, son pesimistas con el futuro de la movida rockera en la capital. 

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 “Al principio era más universitario y con merenguito y tal». Cuenta Alejandro Moraos, encargado del sitio e incansable precursor de su movimiento, que fue en 2003 cuando Discovery Bar empezó como un bar-discoteca convencional. Pero en Febrero de 2007 el local dio el giro al convertirse en uno de los espacios más amplios de movida nocturna caraqueña de música en vivo. Rock por delante.

Sobre el inminente cierre, relata que los dueños del local necesitaban el espacio porque fue vendido a Seguros Pirámide, cuyas oficinas se encuentran en la misma avenida.

«Fue una trayectoria constante. No fuimos los más duros, pero en cuanto el apoyo y la perseverancia estuvimos presentes todo el tiempo. A pesar de toda la situación política y económica que hay nos estamos yendo porque no podemos seguir en el mismo sitio», acota.

El local llega a su clausura sin que Moraos deje de contar quiénes pasaron por su tarima – desde que la hubo, pues al principio no había stage – Bacalao Men, Desorden Público, Los Mentas, One-Chot, Le Bronch, VINILOVERSUS, La Vida Bohème, Holy Sexy Bastards, Americania, distintos crews, y muchos más que no caben en el texto. “Fue parte de la catapulta, indudablemente”.

No sólo era un bar con una propuesta rockera, también abrió el paso de la Movida Acústica Urbana, aquella que todos los miércoles combinaba ritmos y melodías criollas con algo más experimental y actual. Apunta Moraos: “Mi jefe Fabio Centeno y yo siempre estuvimos aquí en la batuta contra Babilonia.” Se refiere al reguetón y a otras vertientes ultra-conocidas. “Tuvimos altibajos, claro. Pero jamás íbamos a sucumbir”.

“Al que obra bien le va bien. Vamos a ver qué se puede hacer más adelante. Este cierre es muy inesperado. Fue a principios de mes que nos dijeron que debíamos irnos».

Ante el cierre de Discovery la opción es esperar algún resurgimiento. No lo considera así Mitchel, discjockey residente de todas la noches del lugar. “La movida rockera en Caracas se está yendo a la mierda. Incluso en el subsuelo el reguetón y el trap están moviéndose fuertemente. Y así la cosa es difícil. Además el público ha disminuido considerablemente. Lo del desalojo es una eventualidad aparte de todo lo que hemos tratado de perseverar. Me siento triste diciendo que el reguetón es lo que se mueve. Con la salida de Discovery del panorama lo que queda es el Molino y, como siempre, Greenwich. El que tenga la oportunidad de invertir en esta movida va a pegarla seguro, pero lo las cosas están muy jodidas».

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Así fue como Discovery Bar, en la Avenida Tamaco del Rosal, clausuró. Dos toques importantes el jueves 14 y el viernes 15 de Septiembre de 2017 fueron el corolario de toda una época. Y les tocó a Señorita Cometa y La Pagana Trinidad, durante la primera fecha, y a Gaelica para el gran broche del viernes junto a los invitados Bohemia. Tras ellos, un vacío que está empezando a tronar ya casi a una semana de su última noche activo.

En conversa con artistas y músicos muy ligados al sitio, Alessandra Abate, de la Pagana Trinidad, afirma que en Discovery ella pudo darse cuenta de lo que quería hacer: tocar y cantar en una tarima. Fue allí donde tuvo la posibilidad de hacerlo por primera vez.

“Cuando pararon los miércoles de la Movida Acústica Urbana, un amigo, Baldomero Verdú y yo, tomamos la fecha. Un miércoles sin nombre, pero que realmente fueron los Miércoles de Discovery. Era mitad de semana y todo el mundo iba. Muchos a jammear y otros a escuchar: Antonio Mazzei, Miguel Siso, Ezequiel Serrano y un gentío. Igual iban los de la MAU a pesar de haber dejado la fecha semanal. Era tarima libre para cantantes de ducha, actores de teatro y todo el que quisiera. Después de eso vino la Pagana Trinidad. Ya son demasiados recuerdos y cariño con Discovery, uno de los pocos que nos consideran en la movida. Incluso creo que en el interior pudiese haber más movida».

“Discovery no volverá. Si hubiese otra situación de poder adquisitivo, de panorama nacional, de que no haya esa especie de toque de queda y, también, de que no se hubiese ido tanto público al exterior sencillamente se agarran todos los peroles y se reinventa Discovery en otro lado. Sería un negoción», opina Alessandra de manera apesadumbrada.

Otra de las iniciativas memorables de la ciudad y del país que surgió a raíz de montarse en Discovery Bar fue Circo Vulkano, una banda que trajo un concepto innovador en las tarimas nacionales. Magú y Chonto Turola, fundadores, hacen el recuento necesario.

“Corría el año 2007. Entre Joan La Riva de Los Javelin y yo compilamos toda la música gitana, balcánica de Europa del Este”, recuenta Magú, también guitarrista de Desorden Público. “Él conocía a la gente de Discovery. Para ese entonces nadie conocía el lugar. Joan había tocado varias veces ahí y me dijo que pusiéramos fechas para poner toda esa música y que la gente vacilara, en este caso entre panas. Ahí conocí a Fabio (Centeno), prácticamente padrino de Vulkano».

«La cosa trascendió de poner música a agarrar los intrumentos y le dijimos a Fabio que íbamos a tocar. Ahí empezó el desbarajuste de Circo Vulkano. Los recuerdos de Discovery son muy buenos».

Chonto Turola no piensa distinto: “A Circo Vulkano le dieron la oportunidad primeriza de Discovery. Ellos querían que tocara mi banda anterior, Papashanty Saund System. En ese point empezamos a hacer la fiesta y a tocar cuando no tenían ni tarima. A nosotros nos encantaba que fuese así. Cercanía con el público. Y así fue que se fue formando la banda. Bailar y poguear con el público”.

“Es importante el hecho de que un bar dé la oportunidad para las bandas. Ahí es que se capitaliza el potencial de las agrupaciones que surgen. Los bares ganan y las bandas ganas. Así era la propuesta con Discovery», asegura Turola. Además recalca el hecho de que tocar en un bar es un cimiento fundamental para la interacción entre banda o artista y público, para después trascender.

“La intención de Fabio, de Moraos y de Angélica era el beneficio mutuo y además del público. La noche caraqueña es un producto, o lo era».

Incluso la mesa de futbolín es parte clave del recinto rockero. Uno de los entretenimientos más divertidos que pueda tener una noche de tragos y música. Su dueño, @karakenio, de Zuplemento,  recuerda que «la mesa la traje del Putobar (RIP). Pregúntenle a los seguridad si no lo extrañan todavía. En Discovery estaban más claros de su magia: lo jugaban los empleados antes de abrir, pasando por los tempraneros del after-office, mientras tocaba la banda que no te gustaba, hasta los últimos borrachos al cerrar. Varias veces vi gente a punto de irse, quedándose enganchada toda la noche por un partido que lo dejó picados. ¡Una más pues!».

La merma de la vida nocturna en Caracas no es un secreto. La oferta es poca desde principios de la década y contando. Los primeros que empiezan a desaparecer son los de corte alternativo o rockero, o cambian a los esquemas más adecuados al estilo “pachanga” o reguetonero como es el caso de Teatro Bar. Sin contar que, en algún momento, Caracas era un foco de una nutrida y prolija escena de música electrónica que está básicamente extinta.

Una de las más activas alarmas de crisis era que Discovery ya no tenía una alineación de plato fuerte o de fin de semana con opciones relevantes, sino una batería de bandas de versiones en eventos llamados «tributos a», desde Amy Winehouse hasta Red Hot Chili Peppers. Hay otros de los contados locales de rumba rockeros que van por el mismo camino.

A pesar de eso, el registro es muy grande. Solo hablar de Discovery, tanto en las buenas como en las malas, implica extender estas líneas con más énfasis y testimonios, dependiendo, claro está, de esas memorias difusas y anécdotas perdidas que cualquier jolgorio nocturno conlleva. No en vano recibía el apodo cariñoso de “Distroyeri”. Por ahora, la sensación se traduce en que estamos en una deriva de difusión musical que una capital no merece. Esperemos que no sea así con la producción.

A modo de recuadro periodístico cumple un buen papel la anécdota del desenfreno nocturno y de la natural farra que significa nuestra rumba. Y así lo cuenta Humberto Cristancho, mejor conocido como «Rumberto», también integrante de Circo Vulkano.

¡Acabando el trapo! 

«Mi relación personal con Discovery se volvía cada vez más íntima ya que el estilo era precisamente lo que sitios como “Doors” o “Rockatanga” habían dejado a finales de los 90s y esa nostalgia fue la que caracterizó a Discovery hasta 2017. Primero se prestó perfectamente para hacer eventos BTL, montar bandas y DJs manejados por mí para posteriormente presentarnos en vivo con Circo.

«Lo particular de Discovery era que sabías cuando entrabas pero no cuando salías. La cosa se podía poner buena de repente y superar cualquier expectativa que hayas tenido mientras estabas en casa planeando a qué lugar ir. Las altas cantidades de alcohol consumidas en cada visita a Discovery terminaban uniendo grupos, iniciando relaciones, generando peleas. A veces (la mayoría) eras testigo de una escena de celos o sexo en vivo (Especialmente en el sótano y en el backstage)».

«Una vez un integrante de una de las bandas que más público movía y que llenaba sus espacios cada vez que tocaban fue expulsado de mala manera por un miembro de seguridad que trabajaba por primera vez en el local por supuestamente estar consumiendo sustancias ilegales en el medio de la pista de baile mientras la DJ ponía a todo el mundo a bailar, saltar, flirtear y sudar.»

«Este templo de la rumba caraqueña era el lugar ideal para que el caraqueño diera rienda suelta a su infinito poder de divertirse; se veía de todo. Y, cuando digo de todo, me refiero literalmente a «de todo».  Lamentablemente esto no sólo implica la rumbeadera y la acabadera de trapo, sino también al peligro que representa El Rosal en horas de la madrugada. Una vez salimos a “tomar aire” afuera por un rato y, cuando menos lo imaginamos, teníamos a tres personajes armados tratando de secuestrarnos. Afortunadamente el secuestro nunca se dio gracias a la astucia que nos invadió de la nada a mí y a mi grupo de seis amigos.»

«La visión y los recuerdos de la mayoría de mis amigos cercanos y compañeros de banda acerca del local son borrosas.  Borrosas y mareadas. Discovery era sinónimo de entregarse a los placeres de la “Dolce Vita” de Miércoles a Domingo. Literalmente nunca te hacía quedar mal ya que además de todo el apoyo que siempre le dieron al talento nacional era la extensión de la casa de nuestro grupo de amigos, músicos y una generación completa. Estoy completamente seguro que su esencia se verá replicada en un local caraqueño en el futuro no muy lejano, y ahí seguiremos ¡Acabando el trapo!»

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