Viciosidades

Las 7 imágenes más comunes e hipócritas de las mujeres en Instagram

A todos les ha pasado que conocen a una amiga que está pasando por rolo de despecho y de repente la ves en una foto con una sonrisota en la playa y una leyenda que dice "arenita playita...". Porque sí, en 2018 aún se sigue repitiendo la bendita frase de "Cuarto Poder". Que la mujer es un misterio, de eso no hay duda, por eso simplemente hacemos un conteo de sus comportamientos más extraños en la red social Instagram.

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7La running por un día

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Todo el mundo sabe que lo suyo es una rumba, que no para un fin de semana sin tomarse un tercio, que complementa con un arroz chino baratongo los fines de semana. Pero ocurre que un día se compra (o le regalan) un par de zapatos bonitos y un short coqueto y entonces, ¡ ZAS!, toma un plano cenital con una frase tipo «hay que estar bien por dentro y por fuera, #Running #Runners #Life #Healthly #ParquedelEste».

Basta revisar todo su Instagram para comprobar que el ejercicio no es lo suyo. Por supuesto, este perfil tiene su opuesto. Se trata de la chica que conoce todos los nuevos entrenamientos, desde levantar pesas con los dientes hasta caminar de puntillas sobre bambú. En este caso, para disimular su ausencia de sociabilidad y de invitaciones a la «arenita playita», la etiqueta es #Nolohagoporotroslohagopormi.

6La «deja que la vida te despeine»

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No sabemos exactamente qué quiere decir, pero es una frase que se ha puesto de moda. La vemos sobre todo en los post de las chicas que salieron apuradas de la casa, pero… como no pueden vivir un día sin tomarse una foto, entonces usan como pretexto a «la vida», para darle intensidad a su obsesión megalómana y de paso evitar que les critiquen los problemas de hidratación en el cuero cabelludo.

5 La «Yogui» histérica

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La más común en las redes sociales. Si hablas con sus conocidos, te contarán de sus arranques esporádicos de violencia: le espichó los cauchos a la camioneta del novio en un ataque de celos; llamó a la suegra para decirle que su hijo es un putañero; le formó un peo de padre y señor nuestro a una viejita que se coleó en el mercado; le dejó de hablar al papá cuando éste se negó a pagarle un nuevo cambio de carrera (regularmente de Ingeniería a Comunicación Social) y le cayó a coquitos al sobrino que se comió el último Cri Cri , PERO… en sus redes sociales abundan las poses del «perro», la «rana», el «saludo al sol» y no falta la que, como quien no quiere la cosa, deja ver su flexibilidad pélvica para recordarle al exmachuque lo que se perdió ahora que es seguidora de Kalikula y Shiva.

4 La fansss de Murakami

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Aún no entiende que diablos quiere decir la Q de ‘1Q84’, pero asegura que es una gran fanática del escritor japonés. Realmente el único libro que entendió, antes del final, fue «Tokyo blues». Sin embargo, aún se pregunta si el protagonista se volvió loco o lo inventó todo. Suele asistir al cine Trasnocho una vez al mes, sobre todo cuando es la temporada del Óscar. Realmente su deseo es montar un stand up o convertirse en youtuber y que le regalen todos los productos de belleza de Avon. Se les reconoce porque usan todos las etiquetas en gerundio:
#Corriendo
#comiendo
#durmiendo
#mintiendo
#sufriendo
#respondiendo
#persiguiendo
#asumiendo
#vendiendo
#resumiendo
#escribiendo
#lloviendo
#poniendo
#subiendo
#viendo
#divirtiendo
#tosiendo
#cociendo
#barriendo

3La «Nature Lover»

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De las más inmamables para los pesimistas. No importa si no hay productos básicos, la inflación llega al millón por ciento y Maduro anuncia que se perpetuará hasta el año 3000. Ellas siempre encontrarán un charquito, una montañita, un arbolito, una hojita, una oruguita en el medio de la nada que les despertará un sentido de pertenencia que ni un hijo entre Simón Díaz y María Teresa Chacín podrían haber heredado. Es fácil distinguirlas porque en sus álbumes abundan las fotos del Ávila, al que denominan «Tótem», y fotos con muchos negritos de Barlovento. Para su entorno es un verdadero misterio dilucidar cómo consigue plata para viajar. Es pariente de la «yogui».

2La amiguera

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El espécimen más fácil de identificar. Vive en grupo, como los cardúmenes. Suele usar el «mi» para referirse a todas las personas que conoce en este mundo y a las que rápidamente suma para sus actividades de fin de semana. «Mi Ale»; «Mi Andre», «Mi Pati». Entra en crisis si está sola y no hay quien convalide su estado actual en Instagram.

Sabe exactamente qué es lo que está pasando en la ciudad, así que se mueve del mercadito de Chacao a las charlas de  la librería Lugar Común como pez en el agua. En el fondo está más sola que La Viuda Negra de los Avengers y lo está porque le quiere tumbar los novios al resto de sus «amiguis». Su canción preferida, con unos vinitos encima, es «La vida es un Carnaval», pero al tomarse la botella completa se apodera de su cuerpo el espíritu de Olga Tañón.

1La wannabe de Amélie Poulain

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Emigró y está trabajando de cajera, regularmente a Miami, pero se inventó un personaje y cada cierto tiempo monta unas fotos de una vida que no posee. Si la invitan a una «barbacoa», se pone el delantal como la MasterChef y cuadra para que en el fondo se vea la piscina y al único gringo buenote y hipster coleado de la reunión. Si la invitan a la playa, sitúa los elementos para que lo vintage sobresalga. Suele tomarse fotos al volante de los carros que los allegados alquilan. Su frase preferida es «y me dije a mi misma, MI MISMA sé feliz».

PD: Si eres hombre y te estás riendo, no cantes victoria, en el próximo post vamos por ti.

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