Viciosidades

Las melodías del metro de Tokio: un objeto de culto

Aunque a la mayoría no les suena su nombre, millones de japoneses escuchan cada día a Minoru Mukaiya, uno de los músicos más reproducidos del mundo gracias a las pegadizas melodías que animan y pautan los trayectos en el metro de Tokio.

TEXTO: AFP | FOTOGRAFÍA: JAPAN TIMES
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Cuando se le pregunta cuántos «hassha melody» ha compuesto, este exintegrante del grupo de jazz fusión Casiopea, de 61 años, se queda pensando. Un asistente acude en su ayuda y le entrega una lista. «¿170? ¿Qué? Escribí 170», dice con una carcajada. «¡No es posible!», agrega.

Sus melodías son tan conocidas en el archipiélago que sus habitantes ya ni les prestan atención, pero a menudo los turistas se quedan prendados por esa música alegre y fácil de recordar.

Mukaiya tiene sus fans y en Twitter cuenta con 34.000 seguidores, cuando toca lo hace con las salas llenas y ya no puede presentarse en la estación del lujoso barrio de Ginza después de que uno de sus conciertos derivara en disturbios.

Muchos le dicen que su música es «buena para la salud, para el trabajo y que los reconforta» después de un agotador trayecto para llegar al trabajo, cuenta el compositor a la AFP.

Mukaiya señala también que sus melodías son una garantía para la seguridad de los usuarios del metro.

«Cuando los pasajeros escuchan la melodía, saben que aún no se van a cerrar las puertas», dice.

Gracias a estos ‘jingles’ ferroviarios, Minoru Mukaiya pudo combinar sus dos pasiones: la música y los trenes, que cristaliza con una cabina de conducción a escala normal en su despacho.

Su interés por las locomotoras comenzó a los ocho años, con la inauguración del tren de alta velocidad Shinkansen, una semana antes de los Juegos Olímpicos de 1964. «Tenía la impresión de estar en un universo de ciencia ficción», recordó.

– Siete segundos de reloj –

Tuvieron que pasar 23 años para que pudiera desarrollar uno de los primeros simuladores de video de trenes, con el que captó la atención de gigantes de la industria como Sony, creador de la PlayStation, y de empresas ferroviarias que lo consideraron una fantástica herramienta para formar a los conductores.

Más o menos al mismo tiempo, en 1986, nacían las «hassha melody», literalmente «melodía de la salida del tren». «Introdujimos estos ‘jingles’ para que los pasajeros se sintieran más apegados a nuestra compañía», explicó Motoki Yoshida, portavoz de Tokyo Metro.

Las alertas estridentes fueron reemplazadas por unas melodías más relajantes de una duración máxima de siete segundos, en un sistema de transporte sumamente pautado y puntual.

Pese a su corta duración, cada canción cuenta una historia y se funde con el ambiente del lugar, asegura Minoru Mukaiya. En Kioto, antigua capital imperial, las melodías son «más respetuosas de la cultura japonesa».

En la concurrida estación tokiota de Shibuya, en cambio, en los andenes 3 y 4 suena continuamente la música más conocida del compositor, un tema con sonidos enérgicos que van ‘in crescendo’ y que representan la abrupta ascensión que espera a los pasajeros.

«El trayecto que lleva a la estación siguiente se sitúa en una pendiente muy pronunciada, por lo que pensé que esta canción debía hacernos pensar en un tren de montaña», explicó.

Otras melodías hablan de la historia local. En la estación de Takadanobaba, cuna del personaje del manga «Astroboy», rinde homenaje al androide retomando el tema musical del dibujo animado.

Y si uno presta atención puede darse cuenta de que si pega las melodías de cada una de las estaciones de una línea de metro tendrá una canción completa.

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