Sexo para leer

Le dieron en el "Alma Mater"

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Alguien me dijo que lo que faltaba en ese video era que apareciera un freak con una máscara de hockey y una motosierra en la mano. Un profesor zombie. Un gusano gigante. Rubias universitarias de tetas gigantes corriendo sin sostenes.

El famoso video “casero” que se ha vuelto viral durante las últimas dos semanas, de un encuadre oculto y turbulento, capturado desde un teléfono móvil, en donde se aprecia a dos estudiantes manteniendo un encuentro sexual en el suelo de algún aula de la UCAB en Caracas, se ha convertido en un verdadero escándalo mediático . Denuncias, opiniones, mensajes de solidaridad, condenas, exigencias, y hasta un comunicado del mismo muchacho admitiendo “…mi acto de inmoralidad” del cual se disculpa, muy avergonzado ante la comunidad mundial.

Según lo que sabemos, el encuentro ocurrió durante las llamadas “cervezadas”, que se celebran en torno al fin de clases. De hecho, el semental “graduando”, lleva puesta, presuntamente, la camisa de promoción de la Escuela de Derecho. Y vaya que es un amigo con derecho.

Lo cierto del caso, es que el factor que ha determinado todo este revuelo ha sido – una vez más- la tecnología. De los smartphones a las redes sociales. Video prohibido. Porno. CollegeGate. Llámelo como usted quiera.

Una reacción en cadena que arrojado una ola de informaciones tan distorsionadas que incluso se ha llegado a plantear una diatriba política en torno a lo ocurrido. ¿Qué se está enseñando en las universidades?, ¿Cómo es posible que en las casas de estudio “de la cuarta” suceda esto?, hagamos un llamado, ¿y qué dicen los curas? Organicemos una marcha, una cadena humana. Por favor. Señores. ¿Realmente es para tanto?

Se trata simplemente y nada más de dos estudiantes eufóricos celebrando su grado y hasta la vida misma, en un acto irrefrenable e incontenible. Dos adultos solteros haciendo el amor. Tirando. Follando. Copulando. Tomando un pequeño riesgo, pero sabiendo aprovechar muy bien ese momento en la vida en que han alcanzado la cumbre de su sexualidad. ¿cual es el problema?. Y claro, es cierto, no es el lugar ni el momento apropiado.

Dejando a un lado a célibes y personas imposibilidades físicamente, ¿quién no es culpable de haber tenido un encuentro sexual en un lugar poco común?

Recuerdo que tenía una novia que me decía que no le gustaba “tirar” cerca de la lavadora de su casa, ahí escondidos, entre desinfectantes y detergente.Por el contrario, yo lo encontraba muy agradable y disfrutaba de aquella“terapia sexual aromática” muchos años antes de que lo inventaran en El Mes del Spa en Miami. Quizás es por eso que transpiro cada vez que entro una lavandería.

Pero las anécdotas de sexo y universidades son infinitas en todo el mundo occidental y en Venezuela son famosas también. Desde “El Jardín Botánico” de la UCV, hasta las canchas de La Simón Bolívar o los estacionamientos de “La Metro”.

Y por supuesto, que en nuestras casas de estudio por raciones obvias y demográficas, de los civiles que ahí están representados, la sexualidad es parte de la cotidianidad, en esa pequeña muestra de la población. Sin embargo, el video también ha despertado ciertas interrogantes que no han sido respondidas:

Por un lado, el estudiante de derecho, ahora abogado de esta República y de quien preferimos guardar su identidad -a pesar de que él mismo la ha hecho pública- no tardó más de 4 días en enviar un comunicado a través de sus redes sociales, pidiendo disculpas, muy políticamente, a todos los sectores afectados y ofendidos. Sino que asume de manera -muy machista- y por cuenta propia que cometió un error, como si se tratara solo de su voluntad, sin mencionar a la principal agraviada en todo este asunto que es la muchacha, sin duda.

Por otro lado, y según los expertos consumidores de pornografía, aquí en la redacción de UB, en ese acto sexual no esta ocurriendo una “penetración”, propiamente dicha. Además, el joven esta vestido y la chica está completamente desnuda. Es más bien una sesión de sexo con ropa. Sexo por frotación o Frottage, en inglés.

Del mismo modo, resulta intrigante el ángulo de posición de la cámara, ubicada estratégicamente a pocos metros de la acción en un punto invisible. ¿Estaba previsto que alguien grabara estratégicamente? Aún no lo sabemos.

El, -cómo se grabaron- los hechos, aún nos sigue pareciendo confuso y también nos ha parecido extraña la reacción de medios y particulares, quienes han sido -extremadamente cautelosos- en su difusión y promoción a mansalva. Como sucedería en cualquier país del continente. Pero aquí parece que le tenemos miedo hasta el sexo también. Simple y llano. De dos personas comúnes y corrientes.

Ni hablar de Estados Unidos. Allá, los libidinosos universitarios ya tendrían su propia marca de ropa, programa de TV y hasta, quien sabe, llegarían a Presidente.

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