Los cuentos más bizarros de los porteros de "discos" en Ibiza

A pocas semanas para que se decrete oficialmente el verano, Ibiza, la meca de la fiesta mundial, se prepara para recibir a los más alocados turistas de todo el mundo. Hambrientos de fiesta, sexo y alcohol, los porteros de las discotecas del derrape europeo están listos para una pequeña guerra de jóvenes desaforados. En este trabajo especial de Vice España, descubre las historias más insólitas de la juerga sin control

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Ser portero de discoteca no es tarea fácil, estés donde estés. El trabajo es básicamente lidiar hora tras hora con borrachos, muchos de los cuales buscan pelea, sin perder la compostura. Así que imagínate cómo es serlo en Ibiza, la Meca europea de la vida nocturna veraniega
Turistas de todos los rincones del mundo se apiñan en esta isla para ir de mega discotecas: recintos con aforos de miles de personas que reciben a los mejores DJs del mundo y abren sus puertas hasta bien entrado el día. Como los clubes de Ibiza son los más grandes del mundo y los DJs de la isla son algunos de los más famosos del mundo, los porteros de Ibiza tienen que ser los cabrones más corpulentos, más duros y más competentes del mundo, ¿no?
Queríamos saber cómo era el trabajo para los tipos que vigilan la movida en estos sitios. El fotógrafo Alexander Coggin ha hablado con cinco porteros de discotecas que han inaugurado recientemente su temporada.
Robert, de XOYO
VICE: ¿Cuánto hace que eres portero?
Robert: Bueno, es mi segundo año aquí pero también he trabajado en Barcelona.
¿Es distinto trabajar aquí?
Sí, por supuesto. Los clientes son muy distintos. En Barcelona normalmente hay gente de Cataluña o de España en general, pero aquí hay gente de todas las partes del mundo. La gente viene a Ibiza desde Dubái, Inglaterra, América, Rusia… y todos tienen su particular forma de volverse locos.
En términos de seguridad, ¿es muy difícil?
Aquí todos los días son carnaval. En un establecimiento de Ibiza, tienes que tener al menos a una persona de seguridad, incluso en restaurantes y hoteles.
¿Tienes algún criterio para dejar entrar a la gente?
Dejamos entrar a todos porque es Ibiza y la gente viene de todas partes del mundo. No puedes decir que sí o que no según la raza o el estilo. No es así. Aquí todo el mundo es igual.
¿Cuál es la mayor locura que has visto aquí?
Una vez, una chica echó una cagada en un jacuzzi. Muchas cosas… orgías en discotecas y hoteles, o en fiestas privadas. Mucha gente está de fiesta seis o siete horas seguidas en las discotecas y después se les va la cabeza. Nunca sabes qué esperarte. En Ibiza te esperas algo y la cosa es diez veces mayor, es alucinante.
¿Has tenido que negarle la entrada a alguien alguna vez?
Sí, porque la gente se pone muy hostil o está muy bebida; si alguien está muy borracho, no va a consumir más, así que no tiene sentido dejarle entrar.
¿Cómo lidias con la gente que se descontrola? ¿La seguridad es agresiva?
Tienes que hablarle a la gente con una sonrisa, porque no hay otra forma. Si se niegan a colaborar, tiene que intervenir un dispositivo superior de seguridad pero normalmente la gente viene a Ibiza a pasárselo bien, así que si sonríes y les dices lo que han hecho mal, normalmente lo entienden.
Feature porteros 2
Stevie, del Pub Joy
VICE: ¿Cuánto tiempo hace que trabajas aquí?
Stevie: Empecé a trabajar aquí este año pero llevo viniendo a Ibiza siete años. Trabajé el año pasado en otro sitio, y el año anterior tenía suficientes ahorros como para permitirme no trabajar.
¿Cuál es la mayor locura que has visto trabajando?
He visto mucha mierda alucinante, realmente alucinante. Quiero decir, Ibiza en realidad es un sitio muy tranquilo, no hay mucha violencia. No va con su cultura. Dicho esto, he visto apuñalar a mucha gente en la playa de Bora Bora. Se supone que el domingo en Bora Bora es una constante fiesta en la playa, pero he visto problemas de rivalidades entre delincuentes o gente rivalizando por la venta de droga. Normalmente no son de Ibiza, son sobre todo ingleses que viven aquí en verano y participan en el tráfico de drogas.
¿Y se traen aquí sus problemas desde el Reino Unido?
Así es. Hay tíos de Londres y tíos de Liverpool que están en guerra y luchan por el control de las drogas en un determinado sitio. Esto pasa sobre todo en San Antonio [la segunda ciudad más grande de Ibiza], pero luego los domingos vienen a la parte de la isla donde está la marcha.
[Se dirige a un grupo de gente que sale del local] Chicos, ¡nos vemos pronto! Pasaos a tomar una copa… Erais Lou, Dave y Alicia, ¿verdad? Guay. Volved por aquí y os invito a unos chupitos, ¿vale?
¿Cómo recuerdas los nombres de todo el mundo tan bien?
Es parte del trabajo, tío. Aunque tu nombre se me ha olvidado. Intento establecer una conexión con ellos y luego piden copas, entradas para la discoteca y demás.
Volviendo al tema, he visto de todo: desde guerra de posiciones a borrachos tontos que creen que pueden con gorilas de dos metros. A ver, incluso yo, hace seis o siete años, venía aquí y bebía mucho. Algún portero me ha dado de hostias en alguna discoteca y he vomitado en la calle. Y me refiero a vomitar literalmente en la acera. Eso pasa.
¿Y cuándo pasaste de fiestero a empleado?
Hace dos o tres años. Yo soy de Londres y allí ser portero es un trabajo súper duro porque hay gilipollas por todos lados, la gente quiere pelea contigo y todo el mundo bebe demasiado. En Ibiza tenemos bastante suerte porque la gente se coloca con sustancias que alteran la mente que normalmente te dejan zombi o te ponen súper cariñoso.
¿Cuáles son las drogas más comunes ahora mismo?
Éxtasis, MDMA, ketamina, coca, lo que sea.
Pero en esas situaciones, ¿cómo tratas con la gente? ¿No son más impredecibles?
La gente que consume esas sustancias no quiere pelea. Pero los que beben sí que la buscan.
¿Por qué un portero se hace portero?
Bueno, mi teoría es que algunos porteros se hacen porteros por necesidad, porque es el único empleo disponible, porque tienen mucho músculo y poco cerebro: esos tíos enormes no están capacitados para muchas cosas. Luego hay otro tipo de tío al que le gusta la autoridad y poder ejercerla sobre la gente. Muchos porteros toman un montón de esteroides. Y para otros, es solo un empleo.
En una noche de mucho trabajo, ¿cuántos incidentes dignos de mención dirías que te encuentras?
No muchos. Para que me entiendas: Llevamos abiertos dos semanas ya y solo ha habido un altercado con un alemán que intentaba irse sin pagar las copas y el equipo le dijo que tenía que volver a entrar y pagar. Se puso un poco a la defensiva y tocó a uno del personal, y se trató con él adecuadamente. Cuando estamos en temporada alta, a mediados de verano, te encuentras de todo, desde dos chicas peleándose, a peleas de grupos de chicas o peleas de todo tipo de bandas.
¿Vomiteras?
Sí, un montón de vomiteras. Eso no es nada, tío. Como por ejemplo, estaba en la fiesta de clausura de temporada del año pasado y actuaba un DJ italiano, Marco Corona, que atrae a un montón de italianos de Nápoles. Los napolitanos no se llevan muy bien con otros grupos de gente, con gente de Roma o de Ibiza; hay una guerra entre grupos. Yo vi apuñalar como a seis o siete tíos en mitad de la multitud.
Eso es aterrador.
Bueno, para mí no es aterrador. Ya he visto esa mierda antes en Londres… A mí me han apuñalado seis veces, me han dado palizas, me han disparado…
En general, Ibiza es un lugar muy tranquilo. Mi teoría es que, allá donde se pueda ganar un auténtico dineral, siempre habrá delincuencia organizada y siempre va a haber más de un grupo que quiera monopolizar la situación. Cuando eso pasa, hay tensión y, cuando la tensión alcanza un punto álgido, pasa algo malo y se dispara la mierda, ¿sabes?
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