Viciosidades

Manual de supervivencia para la cena de Navidad

La Navidad promete siempre una noche intensa: muchos la disfrutan, otros la padecen. Aquí van unos consejos para minimizar los "daños"

COMPOSICIÓN GRÁFICA: JUAN ANDRÉS PARRA @JUANCHIPARRA
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Cuando hay hambre en Navidad, el estómago es el punto débil del enemigo y el tuyo también. La adrenalina corre cuando logras comerte tu primera hallaca de 2016 en 2018 (porque ahora los gustos se dan con retroactivo) y los ojos de todos están puestos en la última rodaja del pan de jamón con el que le pagaron un celular viejo a tu papá.

La mesa es el campo de batalla en el que se enfrentan bandos de distintos tipos de sangre pero apellidos comunes. Es como jugar Buscaminas en un una sala repleta de tíos jubilados cogeputas, de primos chavistas que quieren emigrar, de hermanas reposteras depresivas, de primos que quieren ser reguetoneros, de primas que quieren ser animadoras de Portada’s, de gente con la que nos tocó compartir un vínculo impuesto, otra cadena más que nos puso nuestros Dios Todopoderoso en esta versión 4DX PLUS de Los Sims.

Lo sé, lo padezco año tras año. No nací para celebrar la Navidad. No tengo suficientes amigos en el país ni familiares a los que quiera querer. Pero estos sencillos pasos me convirtieron en el homosexual farmacodependiente que triunfa en los dos locales para hacer stand up que quedan en Caracas.

Acabo de cumplir 29 años. Creo que tengo suficiente autoridad para que no haya muertos ni heridos en nochebuena. Imprime este Manual de Supervivencia para cenar con tu familia en Navidad sin comerse vivos.

-Elige un bando al cual pertenecer. Entre familia materna y paterna hay contrastes. Una suele ser la casta de egresados de la UCV, con acciones en algún club en La Guaira, los que compran en Excelsior Gama y les encanta Titina Penzini. La otra familia está compuesta por los tíos en modo compadre que arman un escándalo cuando hablan por celular, de las tías sádicas y los ludópatas pero buena gente. Y yo soy el que único que va a terapia y se toma el Prozac a la hora.

-Conoce al enemigo con el que estás compartiendo mesa. La cena es una rueda de prensa para acribillar de preguntas a los familiares que suelen ocultar más secretos de su vida. Son los siguientes:
-La prima que está todos los fines de semana en Los Roques porque se gana los viajes en un concurso de Instagram, según ella y su proxeneta.
-El tío que llora por todo y no pone pa’ comprar nada.
-El marico que no ha llevado ninguna novia a la casa.

Si perteneces a esta última categoría, nos vamos a entender. Primero: acéptalo, tus tías saben que eres gay porque ellas eran las que te ponían Sailor Moon. Pero el morbo por ver qué cara pones cuando te sueltan un “¿y las novias?”, puede más que ellas. Por eso a la tías hay que escupirles veneno en sus signos de interrogación. Miren detenidamente esta escena:
-Iván Jesús, ¿y las novias?
-No sé tía. Pregúntale a tu hija, que es la única en esta mesa a la que le gustan las mujeres.
Fatality
El marico wins

Hay familiares totalmente indignos. Por ejemplo, esos primos que son todo lo que no quieres ser en la vida, pero igual les tienes cariño. Ese es el caso de:
-El “malandro de planta baja”. Un primo que está todo el día en las escaleras del edificio. No es malo. Su único delito fue haberse robado una Ovomaltina en Farmatodo a los 8 años. Su mamá siempre organiza misas en el salón de fiestas.
-La tía chavista que no publicó más nunca en Facebook. No le den Coca Cola, porque eso es del imperio y se puede intoxicar.
-El Guardia Nacional. A este tampoco le den Coca Cola, porque se acostumbra a pedir pal fresco.

Precaución con los traviesos de la casa. Y no me refiero a tu tía y al vigilante del edificio, sino a los Gremlims de metro y medio que engendraron algunos de los asistentes a esa cena. Noche ideal para estrenar la franela que dice “Manténgase fuera del alcance de los niños”. Si tu cuarto es atacado por mocosos prepotentes, te recomendamos lo siguiente:
-Esconde tu Playstation.
-Retira todos los objetos de vidrio del seibó. En toda cena navideña termina roto al menos un recuerdito de primera comunión.
-Pídele al vecino que te guarde el pote de Nutella que atesoras para una ocasión especial y que no has vuelto a destapar desde que te ganaste una rifa en la oficina.

Recomendaciones generales:
-Ayuda a servir la mesa o te van a poner a fregar.

-No lances frases pasivo-agresivas a la recién paridas:
“¡Ay, qué linda tu hija! ¿Muerde?”

-No se te ocurra dejar entrar a tu cuarto a nadie. Alguna camisa te van a pedir prestada y no la vas a ver más nunca.

-Pendiente siempre de los signos vitales de la abuela por la que no nos hemos podido ir del país.

-Pendiente si alguna barrigona rompe fuente o se orina de la pea.

-Pendiente de si naces un 1 de enero y te ponen “Neonazi del Valle”.

-En todas las familias hay dos hermanos peleando para quedarse con el apartamento cuando se muera la mamá. No toquen el tema en la mesa para que no les caiga peor el Panettone de fruta confitada.

-No tengas expectativas de que alguien te va a regalar algo, así será más emocionante el momento en el que te den tus interiores Leopoldo de segunda mano, con un par de parches y un ligero olor a bola. Gracias, Chávez.

-Normalicen irse a dormir temprano.

-No envidies la Canaimita de tu primito, mira que tú tuviste tu Heladería Kreisel.

-Deja de gastar en fuegos artificiales y cambia esas cortinas que están quemadas desde el 94. La pirotecnia nunca es buena idea si vas a estar rodeado de batallones de enemigos de tu misma sangre. Como verán, para mí las familias funcionales y el Niño Jesús tienen algo en común: son un invento del G2 cubano.

-Hombre heterosexual: manténte alejado de las tentaciones adolescentes de los intercolegiales de gaitas. Son el demonio en falda, un equipo sub 17 de sifrinas divinas. Es preferible esperarlas un par de años en libertad que pasar 30 en Tocorón.

-No les saques las aceitunas a la hallaca frente a tu abuela porque te van a desheredar.

-Suelta el celular y deja de hacer fotos con tu pose de “soy feliz” mientras tu hermana no te habla porque todavía está esperando que le transfieras unos reales que le debes desde hace 6 meses. Ya brindale un café y que te de vuelto.

-La clave para quedarte más tiempo en tu cuarto es salir a conversar 5 minutos y encerrarte 20, para que no noten tu ausencia y tu mamá no te grite: “Iván Jesús, sal de ese cuarto”.

-Rézale al Niño Jesús por mí, que yo no soy tan cercano a él. Dile que aquí se rompió el hilo constitucional. Que si le puede decir a su papá que revise el GPS de su oficina en la suite intercelestial, a ver si todavía aparecemos en Google Maps.

-Enjuague y repita el 31.

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