Viciosidades

Museo Del Transporte: un domingo diferente en Caracas

Ubicado en la Av. Francisco De Miranda, en pleno corazón del este de Caracas, esta un recinto histórico en donde hay todo un mundo por descubrir. No se trata solamente de los viejos autos y ferrocarriles que vemos desde su fachada, el lugar es también centro de reunión de los coleccionistas más peculiares de la ciudad. Así se vive un domingo diferente en la capital donde las opciones de entretenimiento ciertamente han mermado en los últimos meses

Texto por Karim Hernández| Fotografía: Abraham Sánchez
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El museo del transporte, como su nombre lo dice, es un lugar donde exhiben las distintas formas en las que los ciudadanos se movilizaban, desde un Cadillac clásico un Ford Coupe o incluso el recordado Rolls Royce, en el que Cantinflas paseaba por Caracas. Pero eso no es todo, también es el hogar de un mercado de antigüedades y objetos coleccionables en donde se lleva a cabo un bazar todos los domingos desde hace siete años.

En ese mercado podemos lo que llaman “la cultura del coleccionista”, ya que se pueden encontrar desde vendedores de videojuegos, hasta vendedores de espadas, discos de acetato y action-figures de todo tipo. En otras palabras, puede ser el lugar perfecto para una salida casual, familiar, e incluso una cita, ya que -muy importante subrayarlo- no hay que gastar mucho para divertirse.

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Iniciando el recorrido vemos autos clásicos estacionaos dentro del museo, nos acercamos al puesto de Lenin Requena, quién es un conocido vendedor de videojuegos. Su aspecto es muy particular: tiene unos lentes de estilo steam punk y una chaqueta militar, llama la atención, asegura que el espacio es perfecto para pasar un buen rato y escaparse del día a día, sobre todo si eres parte de la cultura “gamer”. Su puesto está lleno de personas discutiendo diferentes videojuegos y preparándose para un torneo de Nintendo World Championship, para el NES.

“Yo me encargo de vender todo lo que son juegos retro, ya que tengo 25 años de inventario y me es fácil conseguirlos, pero mi idea es unir este hobbie, porque todo el mundo juega, esta es una actividad que no afecta a nadie ni molesta, solo gastas tiempo” explicó Requena.

Mientras seguíamos caminando vimos un puesto con muchas figuras de películas, Star Wars, GI Joe y otras. El espacio pertenece a Ender quien asegura que al igual que su colega Lenin Requena, quiere unir el hobbie y convertir El Museo del Transporte en un punto de reunión para todo tipo de coleccionistas. Seguimos caminando entre alfombras, teléfonos viejos, cuadros, obras de arte, radios y televisores viejos y una particularmente divertida figura de Michael Jackson.

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Un puesto lleno de películas y más muñecos de Star wars, llamó nuestra atención. Era atendido no solo por una persona, sino por una familia completa, pero la cabeza está el padre, al que denominan “el Joker”, un hombre con muchos tatuajes como el emblema de la alianza rebelde, Darth Vader, Alex DeLarge y Edward manos de tijeras, son solo los que se ven a simple vista.

Nos dijo que su stand se especializa en conseguir cualquier película que busques, no importa de dónde. Explica que esto nace de la preocupación de que el buen cine no muera. Argumenta que para combatir esto vende películas que normalmente no se encontrarían en todos lados, desde títulos de Hollywood hasta independientes.

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“Nosotros somos Joker Harley producciones. ´Joker´ soy yo, ´Harley´ es mi esposa y ´producciones´ que son nuestros dos hijos”, además considera que El Museo del Transporte es un un lugar donde todos los que lo hacen están dispuestos a contar tanto sus historias, como las historias de sus productos.

Decidimos tomarnos un descanso de los puestos de ventas y entramos a revisar las legendarias exposiciones de carretas y automóviles del sitio. Dos en particular llamaron particularmente mi atención: el primero fue el Rolls Royce que fue un regalo del gobierno venezolano a “Cantiflas”, durante sus viajes a Venezuela, utilizado entre 1947 y 1955 y el segundo es la mítica carreta de Isidoro, la cual recorrió las calles de Caracas durante muchos años y fue la última en dejar de trabajar, esto ocurrió con la muerte de su dueño, a quién el maestro Billo Frómeta le escribió una canción llamada “Epa Isidoro”

Luego de tanta vuelta y de encontrar cajas llenas con cámaras, maniquíes, piezas antiguas y muchas otras cosas, decidimos ir a comer. Entonces, visualizamos los puestos de comida, y debo decir que tienen un poco para todos: salchichas alemanas, desayunos venezolanos, e incluso un puesto de hamburguesas gourmet donde Iram Bohada, chef de cocina internacional, hace un fusión de la comida callejera con un toque de la alta cocina.

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“La hamburguesa es algo que le llega a grandes y a chicos, a todos les gustan, además también vendo pan de jamón durante todo el año”, asevera.

Al terminar, vimos en el puesto de dulces a Robinson y a Patricia, dos surfistas muy calmados y amigables que llevan distintos postres a las personas que los quieran probar, pero son conocidos mayormente por su torta “red velvet”.

“Mi receta es la de siempre, pero yo creo que es por amor con que la hago. De verdad invito a todas las personas que quieran venir a pasar un buen rato, pueden traer a su mascota, a sus padres, a sus novios, a quien quieran, es muy ameno acá” nos comenta Patricia mientras despachaba una torta de queso.

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Si desean pasar un buen domingo, con personas divertidas, objetos interesantes, buena comida y disfrutar un pedacito de la historia de esta, nuestra ciudad, no tenemos más que recomendarles venir al Museo del Transporte.

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