Viciosidades

Peos entre parejas: perder una tripa o perder un amor

Ángel salía con una "jevita" que le encantaba. Una tarde, entre retozos y jugueteos, se le ocurrió la brillante idea de hacerle cosquillas en la panza. Entre las risas, Ángel también escuchó un estruendoso peo que se escapaba de lo más profundo de su compañera. Esa fue la última vez que la vio.

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Los peos siempre son un tema incómodo. Si quieres ser recordado para siempre, no es necesario que obres bien, alimentes al pobre, o te dediques a la caridad, simplemente deja salir una poderosa flatulencia en una reunión de trabajo, te aseguramos que en segundos te convertirá en la leyenda de tu oficina.
Pero… ¿Qué pasa con los peos entre parejas?
Según agudos estudios científicos, una persona promedio puede expulsar hasta 14 flatulencias en un día. Lo que se traduce en 1.7 peos por hora. Ahora, calculando que inviertes aproximadamente unas 6 horas al día con tu pareja, te invitamos a sacar tus propias cuentas y conclusiones.
Es inevitable que se susciten numerosas opiniones a la hora de hablar sobre este tema. Tanto hombres como mujeres tienen posturas marcadas al respecto. En una sociedad machista, existen millones de hombres que prefieren tener una novia bachaquera, que una novia con los muelles flojos. De hecho, bloquean de sus mentes cualquier posibilidad de que su pareja se relacione con la más mínima actividad escatológica: ellas no cagan, no se sacan los mocos, no tienen tufo, no eructan y mucho menos se tiran peos. Lo peor del caso es que seguramente ellas tengan que aguantar cualquier tipo de gas que brote de entre las sábanas.
Permitidos o no, los peos siempre son un tema divertido y gracioso, y por eso compartimos una serie de historias para que no te sientas solo. No eres el único con un culo ruidoso.
1. El peo del machismo
Enrique, aquel hombre peludo que siempre está dispuesto a contarnos sus vivencias, tiene una postura radical: cero peos en pareja. Aunque las migajas de machismo que todavía quedan en él, le proporcionan los derechos para romper las reglas. Su novia nos cuenta ofendida, a modo de desahogo, que en más de una ocasión ha escuchado los estruendosos sonidos que evidencian que ha roto su propio mandamiento: «Él puede, pero yo no». La historia continúa: «La primera noche que pasamos juntos, Enrique fue al baño y comenzó a disparar su AK47. Lo peor es que al salir, actuó como si nada había pasado. Siempre hace lo mismo, se tira peos y los niega, incluso cuando es realmente evidente que su culo es el culpable».

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2. El peo silencioso
Ariana cuenta que tiene una técnica infalible para no perder una tripa cuando está en pareja. Los peos silenciosos son a prueba de romanticismo y cenas a la luz de las velas. «Una vez venía viajando en autobús con mi hermana. Nunca olvidaré ese día, yo necesitaba liberar tensiones y no podía hacerlo en pleno autobús, hasta que ella me abrió los ojos y me iluminó ofreciéndome una técnica milenaria». Guiada por una verdadera Miyagi de las flatulencias, Ana aprendió que los gases del cuerpo siempre pueden salir de forma silenciosa, gracias al control mental. El método requiere de absoluta concentración, contracción y relajación. Esta es la verdadera técnica de la grulla.

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3. El cero peo
Daniel no tiene peo con los peos: «si mi novia está muy mal y necesita echarse uno, no encuentro nada malo en el asunto. Los gases son naturales, cosas del cuerpo. Ahora, eso no quiere decir que podemos abusar de la confianza y convertirnos en unos cerdos pedorros. Hay que establecer ciertos límites y bajar las ventanas».

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4. El peo inesperado
José estaba en un motel con una chama a la que apenas veía por segunda vez. Todo iba bien, hasta que en pleno treque-treque sintió el llamado: la liberación era justa y necesaria. Miró a su alrededor y encontró que las paredes de vidrio y los espejos no jugarían esta vez a su favor. «Necesito ir al baño y también necesito que te voltees, te tapes los ojos y prendas el televisor a todo volumen», imploró. Hoy en día los protagonistas de esta historia podrían decir que el comienzo de su relación fue todo un peo.

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Para terminar, te dejamos algunos datos curiosos, porque la cultura general nunca hace daño:
* Los peos de las mujeres son más apestosos, pues tienen mayor concentración de sulfuro de hidrógeno. Así que puedes agradecerle a la vida que tu novia se esconde para hacer lo suyo.
* Los peos que te tiras diariamente son suficientes para llenar un globo. 
* Los peos viajan a una velocidad de 3 metros por segundo.
* Los refrescos y el chicle ayudan a que produzcas más gases y por ende, más peos.
* Las flatulencias se incrementan a la hora de dormir.]]>

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