Roxie Sánchez: la margariteña que no quiere Photoshop

Hablar con Roxiel Alejandra Sánchez es como sentarse a conversar con una amiga que no se preocupa por el tiempo. Le dedica a cada respuesta los minutos que se necesitan. Incluso se corrige en medio de la respuesta. A pesar de su juventud, demuestra una gran madurez cuando habla de los riesgos de su profesión o de los problemas que enfrenta la isla donde vive.

Redacción El Estímulo

20 de septiembre, 2017 04:36 pm

Fotografía: Angel Keyner

Rosxie Sánchez utiliza un verbo que va muy bien con nuestros tiempos: «guerrear». Por eso hace todo lo necesario para cumplir con las obligaciones económicas que la vida en la isla de Margarita dicta. «Soy comerciante, y trabajo en eventos puntuales, sin perder mi norte, que es el modelaje. Lo veo como un vehículo para llegar a algo más grande, que es la actuación. Sé que no es fácil, pero poco a poco voy cumpliendo mis metas».

— ¿Cuándo te diste cuenta que el modelaje era lo tuyo?

— Desde los 8 años. Ya en ese tiempo medía como 1.40 o 1.50 metros. Mi vida transcurrió entre Maracaibo y Margarita, y mi familia y la gente me decía que tenía los atributos necesarios para trabajar en esto. En la escuela y los colegios fui escogida como reina de belleza y a mi se me daba de manera natural. Soy la única modelo de la familia, aunque tengo una hermanita de 13 años que también es muy alta y pinta para seguir mis pasos.

— Pero no has dado el salto a la capital

— Estuve en Caracas y conocí mucha gente que trabaja en torno al Miss Venezuela. Pero por ahora siento que no es lo mío. Mi carrera ahora es muy bajo perfil.

— ¿Y ya te han propuesto otras cosas que no son precisamente el modelaje?

— Claro. Pero uno tiene que saber exactamente lo que quiere en la vida. Tu dices «esto es lo que quiero» y entonces tus acciones van en esa dirección. Creo que es un tema de quererse y aceptarse. Si te quieres, sabes lo que te hace bien.

— ¿Es muy rudo el ambiente o la carrera del modelaje?

— He aprendido a mantenerme firme en mis convicciones para no hacer cosas malas o que me perjudiquen. Claro que debes tener un pensamiento firme para no rendirte

— Y con la dieta y los gimnasios…

— No soy mucho de hacer ejercicios. Tal vez una o dos veces a la semana. Hago cardio, pero sobre todo me cuido con lo que como. Lo que comes se refleja en tu cuerpo.

— ¿Comes poco?

— Como, pero balanceado. Me encanta el atún, pero como arroz, pollo, bistec…

— ¿Sin pecados?

— Me encanta el chocolate blanco. Uno puede pecar, pero siempre depende de la hora, yo lo hago antes de las 6 o 7 pm.

— ¿Permite Margarita darse esos lujos? Porque sabemos que la situación no es fácil…

— No lo es. No es el mejor momento de la isla, pero desde que pisas Porlamar, si vienes de otra ciudad, te das cuenta del cambio. Aún se puede disfrutar de Margarita. Además de la playa, aún se puede comer muy bien. No se ha explotado como potencia turística, pero todos saben que tiene el material para eso.

— ¿Y para rumbear?

— No soy de rumbear. Así como soy de bajo perfil, no me gusta mucho salir. Sí puedo compartir en una cena o en un buen restaurante, pero hasta ahí. Me gusta mucho hacer reír a mis amigos, en ese sentido soy bastante extrovertida, aunque no en discotecas.

— ¿Qué haces en tu tiempo libre entonces?

— Soy fanática de la música romántica, de la de antes, sobre todo las baladas. Y leo, soy fanática de la saga de ‘Flores en el Ático’.

— Decías que te gustaba la actuación, ¿alguna actriz favorita?

— Jessica Alba (Sin City, Fantastic Four, Spy Kids).

— ¿Y un actor?

— El mexicano Rafael Amaya (Las dos caras de Ana, La reina del sur, El señor de los cielos)… ¡uf… Me encanta!

— Todos tenemos una película que repetimos una y otra vez o que no dejamos de ver cuando la vuelven a transmitir en televisión, ¿cuál es la tuya?

— (Risas). Sanky Panky (comedia dominicana, del director José Enrique Pintor).

— ¿Decías que de niña eras muy alta, y ahora?

— Mido casi 1 metro 80 centímetros.

— Con ese tamaño y con esa belleza, ¿intimidas?

— Realmente lo que más me gusta de mí es el color de mi piel. La gente cree que es un efecto fotográfico, o de Photoshop y no es así. Estoy muy conforme con mi cuerpo. Pero la belleza es mucho más que eso.

— ¿Qué es la belleza para ti?

— Para mí la belleza es como una sombra, la ve quien quiere. Es algo que está allí pero a veces pasa desapercibida.

— Ese concepto de belleza es muy metafísico

— ¿Por qué alguien ve algo lindo donde otro no? Creo que eso es un buen ejemplo. En un árbol o en una flor puede haber belleza y pasas por delante de ellos y ni lo notas o no lo valoras. Así ocurre en la vida.