Invasión en Ucrania

Ucrania reactiva el recuerdo de la Guerra Fría más allá del cine

El período que transcurrió entre 1945 y 1991, cuya principal motivación fue la pugna EE.UU-URSS en todos los ámbitos, ha quedado reflejado en la gran pantalla a través de innumerables películas en todos los géneros, entre las cuales escogemos 15 de las más representativas

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Ante lo que está pasando en Ucrania, con la intervención de tropas rusas que iniciaron un ataque bélico de impredecibles consecuencias, muchos suponen que podría reactivarse la Guerra Fría, la etapa política cuya principal motivación se apoyó en el enfrentamiento entre los Estados Unidos y la Unión Soviética, que se inició en 1945, al final de la Segunda Guerra Mundial y terminó en 1991 con el desmantelamiento de la URSS. Aunque no llegó a haber una guerra directa entre ambas superpotencias, sí hubo numerosas y graves pugnas, en las que cada una apoyaba a sus aliados.

La rivalidad entre ambos bloques era manifiesta en varios ámbitos. En la carrera tanto espacial como militar, cada vez que se enfrentaban en los Juegos Olímpicos y en la paranoia colectiva del espionaje mutuo, creando unos la CIA y otros el KGB. La industria del cine, sobre todo el de Hollywood, no iba a ser menos. Entró de lleno en el imaginario de la Guerra Fría mostrando con insistencia la ausencia de libertades en los países del Este, la inhumanidad de sus regímenes políticos y caricaturizando su modo de vida.

Para la posteridad han quedado películas sobre la Guerra Fría en todos los géneros: comedia, drama, aventura, humor y ciencia-ficción. He aquí 15 de las más representativas:

Dr. Strangelove (Stanley Kubrick, 1964)

Muchos historiadores del cine la consideran la mejor sátira sobre la Guerra Fría. Estelarizada por un Peter Sellers en estado de gracia, en una triple y memorable interpretación, destaca especialmente en su papel de Strangelove, un antiguo nazi, que no deja de llamar al presidente Mein Führer, estableciendo así una crítica de Kubrick a la permisividad que se había tenido con ciertos criminales del Tercer Reich tras los juicios de Nuremberg, que luego trabajaban para Estados Unidos contra el enemigo comunista.

Dr. Strangelove, estelarizada por Peter Sellers en una triple y memorable interpretación. Cortesía

Bajo el título original de “Dr. Strangelov o cómo aprendí a dejar de preocuparme y amar la bomba”, es la más inteligente denuncia fílmica que se ha hecho de la amenaza nuclear.

Se filmó apenas año y medio después de la crisis de los misiles en Cuba en octubre de 1962, que enfrentó a EE.UU. y la URSS y los situó al borde de una conflagración nuclear. En 1990 resultó elegida por el Congreso de los Estados Unidos como uno de los 25 tesoros históricos de la historia del cine norteamericano.

Un, dos, tres (Billy Wilder, 1961)

El eminente realizador estadounidense Billy Wilder no escatima en autocríticas en este filme, donde lanza dardos a diestra y siniestra. En los 20 primeros minutos de la película, ya se ha reído de todos los aspectos principales de la Guerra Fría y las relaciones entre ambos bloques.

La historia comienza con una visión de las dos zonas del Berlín dividido. En el Este se desarrolla un desfile (inserta el primer estereotipo de que en el Este se pasan el tiempo desfilando), donde podemos ver la frase “Yankee go home” escrita en unos globos, mientras en el Oeste unos camiones de Coca Cola atraviesan el plano en full pantalla.

Protagoniza James Cagney como MacNamara, un comerciante que tiene como objetivo vender Coca Cola, primero en la República Democrática Alemana y después en la Unión Soviética. Su frase favorita: “Napoleón fracasó, Hitler fracasó, pero Coca-Cola al Oso Ruso venció”. La sátira está presente en todas y cada una de las escenas.

Desde Rusia con amor (Terence Young, 1964).

El agente secreto 007 acude a Estambul para hacerse con una Lektor, una máquina soviética capaz de descifrar complejos sistemas de comunicación. Pero en realidad, todo es una trampa de la organización Spectra para vengar la muerte de su colaborador, el Doctor No. Segunda película sobre James Bond, el personaje creado por el escritor británico Ian Fleming. Sigue la estela del filme “Agente 007 contra el Doctor No”, también dirigido por Terence Young.

Cortesía Blog 39 escalones

Sean Connery repite como 007 y la italiana Daniela Bianchi interpreta el papel de espía rusa. El rol de villano recayó en Robert Shaw, actor que luego haría carrera en recordados filmes como “Tiburón” y “El golpe”.

¡Que vienen los rusos! (Norman Jewinson, 1966).

El capitán de un submarino soviético quiere visitar los Estados Unidos y hace emerger su nave cerca de una pequeña y apacible isla en la costa de Maine. Pero el submarino encalla y el capitán se ve obligado a enviar a dos de sus hombres, que chapurrean el inglés, a buscar algo que les ayude a desencallarlo. Los malentendidos se sucederán y los habitantes del lugar pronto creerán que son objeto de una invasión comunista.

Una divertida comedia dirigida por el canadiense Norman Jewison (“Hechizo de luna”, “Jesucristo Superestrella” ‘), un habitual del género que contó en esta ocasión con un competente reparto, en el que se encontraban Eva Marie Saint, Brian Keith, Carl Reiner, Theodore Bikel y un Alan Arkin que debutó en el cine con este trabajo, que le valió una nominación al Oscar.

Muy popular en su momento, esta película no ha perdido un ápice de su alocado encanto.

El espía que vino del frío (Martin Ritt, 1965).

A pesar de que sus últimas misiones son bastante irrelevantes, el agente secreto británico Alec Leamas no desea abandonar la clandestinidad para ocupar un despacho oficial.

Su nueva misión en la Alemania Oriental parece más interesante: consiste en hacerse pasar por un desertor y para que su deserción resulte verosímil, se las ingenia para desacreditarse y desacreditar a sus jefes hasta conseguir que lo expulsen de la agencia de inteligencia británica.

De este modo, no le resulta difícil entrar en los círculos de espionaje comunista. Sin embargo, el agente acaba descubriendo que su misión es una simple tapadera y él un instrumento al servicio de un complot secreto.

Rocky IV (Sylvester Stallone, 1985)

Rocky Balboa, el popular campeón de los pesos pesados, se enfrenta a un nuevo desafío pugilístico: un ruso llamado Drago. El primer compromiso de Drago en Estados Unidos es con Apollo Creed, amigo de Rocky y antiguo rival. Cuando Apollo muere en el ring, Rocky se ve obligado moralmente a enfrentarse con visitante.

Cortesía iblog.es

Puño a puño, Rocky Balboa (Sylvester Stallone) intentaba imponerse ante la frialdad de Ivan Drago (Dolph Lundgren). “¡Rocky, Rocky, Rocky!”, gritaba la multitud que lo veía caer. El boxeador iba perdiendo ante el imponente ruso de 1,96 metros.

Pero, previsiblemente, la convicción, perseverancia y firmeza de Balboa lo hicieron ganador absoluto en poco más de 15 minutos de batalla.

El puente de los espías (Steven Spielberg, 2015)

La Unión Soviética captura al piloto norteamericano Francis Gary Powers. Sentenciado a diez años de prisión, la única esperanza de Powers es James Donovan, un abogado de Brooklyn contratado por la CIA para negociar su puesta en libertad. Adaptación al cine de una anécdota de la guerra fría, con guion de Matt Charman y los célebres hermanos Ethan y Joel Cohen.

Cortesía elplural.com

La CIA le encomienda negociar un intercambio de prisioneros en Berlín Oriental, es decir, al otro lado del Telón de Acero: el bueno de Abel, un espía ruso en poder de los norteamericanos, por el piloto yanqui, que ha sido capturado por los soviéticos después de derribar su avión de espionaje. Con Tom Hanks como el abogado y Mark Rylance, ganador del Oscar por el papel de espía soviético.

La caza del Octubre Rojo (John Mc Tiernan, 1990)

El Octubre Rojo es un poderoso submarino nuclear ruso liderado por Marko Ramius (Sean Connery), cuyo extraño cambio de rumbo y planes empieza a inquietar tanto a la CIA como a la KGB.

Foto cortesía Blog Cinestonia

En esta adaptación al cine de una novela de Tom Clancy, el asesor de la CIA Jack Ryan (Alec Baldwin) sostiene que el barco no va a provocar una guerra, tal y como ambos gobiernos sospechan, sino que se trata de una deserción y de él depende la seguridad de ambos países.

Un buen ejemplo de cine ágil, vibrante y lleno de estilo.

Sol de medianoche (Taylor Hackford, 1984)

Rodada en los tiempos de la Guerra Fría, narra la historia de Nikolai Rodchenko, uno de los mayores bailarines rusos de ballet, quien desertó diez años antes de la URSS.

Cortesía Blog 1 bp

Durante un vuelo a Tokio, su avión se ve obligado a hacer un aterrizaje de emergencia en Siberia, circunstancia que aprovecharán los servicios secretos soviéticos para hacer que vuelva al “redil”.

Tratarán de utilizar para ello a un bailarín norteamericano de raza negra, que en su día pidió refugio en la Unión Soviética. No obstante, entre ambos bailarines surge una gran amistad y urdirán un plan para abandonar el llamado paraíso comunista. Con Mikhail Baryshnikov (bailarín ruso que desertó en la vida real) y Gregory Hines.

Fugitivos del terror rojo (Elia Kazan, 1953)

Karel Cernik es el jefe de un circo ambulante que se ha presentado durante años por toda Europa. Cuando Checoslovaquia cae en poder de la Unión Soviética, Karel comienza a ver cercenada su libertad, al tiempo que sus amigos están siendo militarizados y sus propiedades confiscadas por el gobierno. Cuando las autoridades le exigen que propague mensajes comunistas en sus actuaciones, comprende que no tiene otra opción que la fuga del país.

Película de claras connotaciones anticomunistas, rodada en plena Guerra Fría y dirigida por el realizador y delator en la “caza de brujas” Elia Kazan.

Inspirada en hechos reales, tiene un buen reparto, encabezado por Fredrich March, Adolphe Menjou y Gloria Grahane, está rodada con un vigoroso ritmo aventurero, aunque no puede quitarse de encima un molesto halo panfletario.

Trece días (Roger Donaldson, 2000)

En 1962, el ejército estadounidense descubre que los soviéticos están situando armas nucleares en Cuba para atacarlos. El presidente John F. Kennedy debe idear un plan de acción para obligarlos a desmantelar los misiles.

Cortesía Images Amcnetworks

Este proyecto pasó por las manos de cineastas como Lawrence Kasdan, John Frankenheimer, Francis Ford Coppola y Steven Spielberg, hasta terminar adjudicado al australiano Roger Donaldson (“Un pueblo llamado Dante’s Peak”).

Protagonizado por Kevin Costner, en el rol del presidente Kennedy, el guión utilizó documentos de la CIA y grabaciones reales hechas en la Casa Blanca para narrar la famosa crisis de los misiles cubanos, que tuvo al mundo en vilo durante dos angustiosas semanas de octubre de 1962.

Goodbye, Lenin (Wolfgang Becker, 2003)

Narra la historia de un joven en Berlín oeste, que ve cómo su mundo cambia bruscamente cuando su madre, una mujer entregada a la causa comunista después de que su marido la abandonara y se exiliara en lado occidental, sufre un infarto.

Foto cortesía Contrainfo

La mujer queda en coma durante ocho meses y despierta ignorante de los cambios políticos y sociales que se han producido en ese lapso en su país. El joven mantiene para su madre un mundo irreal para evitar que sufra un nuevo ataque al corazón.

Wolfgang Becker, el director, creó hábilmente una película en la que al documento histórico se suman el humor y una cierta melancolía. Fue un éxito planetario y resultó galardonada como mejor filme europeo en el Festival de Berlín.

El topo (Tomas Alfredson, 2011)

Película coral en la que el agente retirado del MI6 (el servicio de Inteligencia británico) al que da vida Gary Oldman, es llamado de nuevo a filas para descubrir quién es el miembro del equipo que pasa información al enemigo. Ambientada en 1973, parte de la novela homónima de John Le Carré, que ya fue adaptada con anterioridad a una serie de televisión.

Foto cortesía Valencia Plaza

En el reparto de este complicado thriller de espías se encuentran, además de Oldman, John Hurt, Colin Firth, Mark Strong y Toby Jones.

La cortina rasgada (Alfred Hitchcock, 1966)

No es una de las obras mayores del maestro Hitchcock, aunque tiene su filón comercial por contar con Paul Newman como protagonista. Aquí interpreta a Michael Armstrong, un físico nuclear estadounidense que cruza el telón de acero y se vende a los comunistas para conseguir una fórmula. Su novia (Julie Andrews) sospecha de la actitud de Armstrong y lo sigue. ¿Es un traidor o en realidad lo que busca es otra cosa?


En realidad, ha fingido ser un desertor y traidor a su patria, con el fin de acceder a un prestigioso investigador de la Alemania Occidental, y poder así obtener datos sobre una peligrosa tecnología nuclear soviética.

La vida de los otros (Florian Henckel von Donnersmarck, 2006)

Esta producción alemana se alzó en 2007 con el Oscar a la mejor película internacional. Ambientada en la República Democrática Alemana en 1984, cuenta la historia de Gerd Wiesler, uno de los miembros más competentes del servicio de inteligencia y espionaje de la Stasi (la policía secreta del régimen comunista de la RDA), al que le encargan vigilar a una pareja formada por un reconocido escritor y una actriz de renombre.

Cortesía El Pelicultista

Una dramática y perturbadora recreación de la vida en la Alemania comunista, donde la rebeldía se mezcla con el amor, la curiosidad con la compasión y el silencio con la redención. Todo un clásico de la filmografía germana.

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