Opinión

VeneCuba o por qué a los venezolanos nos interesan tanto las protestas cubanas

El apasionado interés que despertó entre los venezolanos las protestas en la isla, pone en primer plano aquella hipótesis del consejero de seguridad nacional de Donald Trump, John Bolton: la recuperación de la democracia en Venezuela pasa necesariamente por una transición en Cuba

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Cuba

John Bolton, el halcón que fue consejero de seguridad nacional de Donald Trump, fue certero en señalar, en su momento, que la recuperación de la democracia en Venezuela pasaba necesariamente por una transición en Cuba. Aquello, que desde un punto de vista analítico y geopolítico era y es totalmente cierto, no tuvo mayores repercusiones en la política de la Casa Blanca.

La inédita ola de protestas que tuvieron lugar este domingo 11 de julio en diversos lugares de Cuba, inicialmente exigiendo comida y vacunas antiCovid-19, y luego llanamente pidiendo libertad y el fin de la dictadura de 62 años, tuvo una resonancia directa en Venezuela. El apasionado interés que despertó entre los venezolanos, estos sucesos cubanos, deja en claro que la hipótesis de Bolton es también un prisma para leer, desde Venezuela, lo que acontece en Cuba.

Es temprano para saber qué ocurrirá en Cuba. La velocidad con la cual los venezolanos deseaban que ocurrieran las cosas, al menos de lo que se leía en Twitter, colocaba a la isla viviendo las últimas horas de la dictadura. Esto no será así.

Tras más de seis décadas gobernando con mano de hierro, sin permitir que haya partidos políticos, sin que existan medios privados e independientes de prensa, generando uno de los mayores éxodos del continente, ejerciendo un cerrado control social sobre la gente, no será fácil sacar al castrismo del poder

Sin embargo, lo que sí es cierto, que sea lo que suceda en Cuba, ni la sociedad cubana ni la dictadura serán los mismos después de lo que se ha vivido con esta ola de protestas.

Por otro lado, sea lo que ocurra en Cuba, tendrá una repercusión directa en Venezuela. Justamente he estado leyendo en días recientes el libro “La invasión consentida”, de la editorial Dahbar. Es un documentado texto periodístico que desnuda cómo Hugo Chávez literalmente se doblegó ante Fidel Castro, es la historia de cómo éste y luego su hermano Raúl, sacaron provecho económico de esta admiración casi pueril de quien presidió Venezuela entre 1999 y 2012.

Hay muchas cifras, diversos ámbitos documentados. Cuando se avanza en el libro no quedan dudas, Cuba invadió de forma silenciosa, a veces, otras de forma abierta y pública, a Venezuela. Cuba se ha jugado, en los últimos años, la carta de ayudar a sostener al gobierno de Nicolás Maduro, y ello ha resultado uno de los factores claves en la persistencia autoritaria del chavismo.

El empeño de Chávez de hermanar a Venezuela con Cuba, tras dos décadas e infinidad de proyectos, convenios y programas bilaterales, es una realidad hoy en la vida nacional. Cualquier escenario de cambio democrático en Venezuela debe tener una respuesta al factor cubano dentro de nuestra vida política e institucional.

De forma intuitiva o con conocimiento de lo que ha ocurrido, con este estrechamiento de vínculos entre los regímenes de Caracas y La Habana, para muchos venezolanos hoy existe claridad en que el tránsito a la democracia para nuestro país pasara de una u otra forma por Cuba. Incluso el escenario de una negociación política, en la que estén involucrados actores internacionales, debería contemplarse la participación de Cuba en la mesa, así como la de Colombia y Estados Unidos.

Lo ocurrido en Cuba, finalmente, tiene varias lecciones. En primer término, se está ante un estallido social (no fue preparado, ni articulado), que no tuvo conducción política. Estuvo precedido sí, por algo que fue muy importante, las diversas manifestaciones de una nueva generación de activistas y artistas.

Estos jóvenes cubanos, muchos de ellos perseguidos o apresados, apelaron en los últimos meses a las redes sociales para posicionar temas, incluso para desbaratar uno de los lemas emblemáticos del régimen “Patria o muerte” e imponer el “Patria y Vida”.

La lucha pro-democracia en Cuba necesita de solidaridad, de expresiones solidarias por parte de los demócratas de otros países, también desde Venezuela. Los venezolanos tenemos atado nuestro destino, en este tiempo, al de los cubanos. Eso nos debe sensibilizar y alertar.

Estamos asistiendo a la primera ola de protestas masivas y de carácter nacional en Cuba, en contra de la dictadura. Son hechos que marcarán la historia. Ni cuando cayó el Muro de Berlín o se desplomó la antigua Unión Soviética se movió un pluma en Cuba. En 1994 hubo una protesta, pero que en el fondo perseguía que se abriera una compuerta para un éxodo masivo, tras el período especial. Aquello solo tuvo lugar en La Habana. Hoy presenciamos algo diferente y esperanzador.

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