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Migrar con niños: lo que necesitas saber para proteger a tus hijos

Aunque se trate de imponer la versión de que los migrantes venezolanos están retornando, lo cierto es que son muchos los que -pese a la pandemia- todavía encuentran razones para emprender un largo y precario viaje para cruzar la frontera en busca de una vida mejor. Y si antes salían primero los padres, hoy son más los niños sometidos a los rigores de esta experiencia. Carlos Trapani, director de Centros Comunitarios de Aprendizaje (Cecodap), ofrece algunas reflexiones para tratar de mejorar las condiciones de seguridad legal

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El cierre de las fronteras venezolanas no detiene la migración forzada de los venezolanos, por el contrario: la medida, más que mitigar la propagación de la covid-19, ha aumentado el flujo migratorio a través de rutas clandestinas hacia el país destino o de tránsito.

Es decir: el cierre de la frontera ni ha detenido el coronavirus, ni a los grupos armados en las trochas, ni a los caminantes venezolanos.

Ahora es más evidente que la migración forzada venezolana se da en grupos familiares. Las causas estructurales que la motivan no han cesado y el único cambio no es que se agudizan las causas, sino que nuestros niños se convierten en los caminantes más vulnerables de las trochas, caminos en los cuales se están violando todos los derechos sin ni siquiera salir del país.

Ante un gobierno que no ofrece atención de ningún tipo y en ninguna parte durante el tránsito migratorio, recopilamos recomendaciones y reflexiones de Carlos Trapani, director de Centros Comunitarios de Aprendizaje (Cecodap), para hacer de este recorrido lo más seguro posible, al menos desde el punto de vista legal, pues, como aclara desde el inicio: “En la medida en que se protege al niño jurídicamente, le evito situaciones de riesgo y generarle mayor estado de indefensión”.

1. El derecho de migrar

“La solución a un contexto de crisis no es la migración, pero la migración es un derecho, por lo tanto, hay que migrar de forma segura. Mi sugerencia es identificar las implicaciones de la decisión de migrar y que la decisión que tomen no exponga a mayores riesgos, sobre todo cuando se trata de niños. Papá y mamá: traten de ponderar cuáles son los mecanismos de protección frente a su hijo”.

2. El derecho del niño migrante

“Siempre apunto a una integración de enfoques entre los derechos del niño y el derecho de migrantes que está en la Convención Interamericana sobre Trabajadores Migrantes y sus Familias, porque el niño tiene una doble vulneración: por su condición de migrante y por su condición de niño. La combinación de enfoques abre un paraguas mucho más amplio de protección y los principios del tema migratorio se aplican de acuerdo a la prioridad absoluta de los niños, al interés superior de los niños, al rol fundamental que tiene la familia y a la obligación que tiene el Estado. Los derechos de los niños no son separados del derecho del migrante. Es decir, no puedes hablar de no devolución, si tú no entiendes el rol fundamental que tiene la familia. No puedes hablar de principio de buena fe si discriminas a un niño porque los padres están indocumentados o no están regularizados con su situación migratoria”.

3. La familia siempre unida

“Si ya el contexto de crisis fragmenta a la familia, importante es preservar el núcleo familiar. Por mandato de la Convención Internacional de los Derechos del Niño, la familia debe tener una atención privilegiada y preferente”.

4. La documentación mínima obligatoria

“Un requisito sine qua non es que el niño viaje con su documento de identidad, ya sea su partida de nacimiento, cédula de identidad o pasaporte. Los niveles de vulneración del niño que viaja sin documento de identidad se incrementan, porque no logran precisar quién es el niño, cuál es el vínculo filial de ese adulto que acompaña al niño. Para ponerlo más claro: cuando la familia no viaja con los documentos de identificación, se incrementan los riesgos del niño de ser víctima de trata, de explotación y secuestro”.

5. La documentación necesaria

“Si el niño migra con papá o mamá ―no ambos―, lo ideal es que papá o mamá viaje con un documento establecido en el Código Civil que se llama ‘Ejercicio unilateral de la parentalidad’, porque en el país destino va a tener que hacer acto de representación, administración o de imposición del niño. Si el niño se queda con alguno de los padres, también debe emitirse el documento, porque también es migrante quien permanece en el país cuando posee expectativas de reunificación familiar. El documento no tiene fecha de vencimiento. Se revoca cuando hayan cesado las causas que lo motivaron. Si no lo tienes, al menos, una declaración jurada otorgada en una notaría. Este no es un trámite que se apega estrictamente a la ley, pero es un indicio de buena fe frente a una autoridad extranjera”.

6. La documentación importante

“Es importante viajar con un esquema de inmunización lo más completo posible, es decir, que el niño pueda viajar con sus vacunas y su cuadro de inmunización”.

7. La documentación es gratuita

“La Ley Orgánica para la Protección del Niño, Niña y Adolescente (Lopna) establece el principio de gratuidad. Todo trámite con relación a un niño es gratuito y se despacha con toda preferencia y prioridad. Esa tasa que están cobrando por los pasaportes de niños viola el principio de gratuidad de la Lopna”.

8. La documentación inútil

“Los poderes. Un poder es una delegación de facultades y las facultades parentales, o sea, las obligaciones que tienen papá y mamá son indelegables, intransferibles e irrenunciables. En febrero de 2018, el Servicio Autónomo de Registros y Notarías (Saren) emitió una circular donde dice que están prohibidos los poderes para permisos de viajes”.

9. La documentación en casa

“Atención: si papá y mamá se van, debería ocurrir la entrega voluntaria a un tercero bajo la figura de ‘Colocación familiar’, que es el artículo 400 de la Lopna. Ese tercero asume la responsabilidad de crianza. Esto es una medida temporal, revisable y revocable”.

10. El problema de la documentación

“Es el gran obstáculo: en Venezuela hay un rezago importante en identificación de las personas, sobre todo de los niños. Además, hay una gran desinformación del tema migratorio, no hay lineamientos ni criterios claros, no hay mecanismos expeditos, no hay procesos singulares ni gratuitos, no hay procesos de acompañamiento a las familias. Entonces, gran parte de los padres migrantes no hacen ningún tipo de trámite previo y eso lo que hace es generar mayor estado de indefensión al niño”.

Carlos Trapani, de Cecodap

11. El peligro de la trocha… Y al cruzarla

“Las trochas están en control de grupos armados. Si te vas por una trocha, no dejas registro de tu paso. Entonces, frente al Estado receptor o Estado tránsito eres totalmente invisible: quedas con una alta vulnerabilidad y no puedes ser sujeto de protección. Todos los pasos fronterizos se deben hacer por pasos formales, no clandestinos”.

12. El tránsito invisible

“Generalmente, los programas de apoyo son programas focalizados a destino y perdemos la perspectiva del tránsito, que es donde se incrementan las vulneraciones y ocurren las peores violaciones a los derechos. Hay una profunda desatención del Estado y también de organismos internacionales, porque el tránsito no se ve”.

13. Algo de seguridad para el camino

“Para que la migración sea segura debe ser planificada o lo más planificada posible. Recomiendo que la familia, cuando viaje, pueda tener una red de contactos y de apoyo tanto en el país de origen, durante el tránsito, y también en el país destino. Sobre todo, que tengan algún acompañamiento psico-social antes, durante y después del hecho migratorio. Además, la familia que va a migrar debe saber cómo regularizar su status de permanencia al llegar”.

14. La urgencia del abrir las fronteras

“Que cierres la frontera no detiene la migración, la hace más insegura, más peligrosa. Abrir el paso formal puede ser una medida de protección, pero no puede ser una medida aislada. Tiene que ser una medida con acciones complementarias, sobre todo en el contexto de la pandemia”.

15. La responsabilidad del Estado venezolano

“La migración venezolana es forzada. La gente no se va porque quiere y se va con una estrategia de supervivencia por un deterioro en las condiciones básicas de vida. El Estado tiene que reconocer que tiene un problema de migración. Si no lo reconoce, difícilmente va a desarrollar políticas públicas de protección especial, programas y servicios de prevención y de atención”.

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