Internacionales

Rescatan a unos 2.000 inmigrantes en aguas de Indonesia y Malasia

Otras 400 personas fueron encontradas en la región indonesia de Aceh, en el norte de la isla de Sumatra.

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Unos 2.000 inmigrantes, incluidos niños y mujeres, de Birmania (Myanmar) y Bangladesh han sido rescatados en aguas de Indonesia y Malasia entre el domingo y este lunes, hacinados en barcos a los que subieron en busca de una vida mejor.

Las autoridades malasias ha interceptado a 1.051 personas desde anoche, mientras que las indonesias salvaron hoy a un grupo de 400 y a otro de 500 el domingo.

El jefe de la policía malasia de Langkawi, el superintendente Harrith Kam bin Abdullah, detalló a Efe por teléfono que los inmigrantes indocumentados detenidos son 494 rohingyas, una etnia musulmana considerada apátrida por las Naciones Unidas, y el resto son bangladesíes.

Éstos son todos varones, mientras que entre los rohingyas había 103 mujeres y 61 menores.

Otras 400 personas fueron encontradas en la región indonesia de Aceh, en el norte de la isla de Sumatra, donde ayer los equipos de rescate hallaron a otros 500 inmigrantes que encallaron con la embarcación que los transportaba.

La mayoría de los inmigrantes, entre los que se encuentran mujeres y niños, son miembros de la minoría musulmana rohingya, considerada apátrida por Naciones Unidas y perseguida en Birmania, que no les reconoce la ciudadanía.

El hallazgo de los inmigrantes coincide con una campaña de las autoridades de Tailandia que ha puesto al descubierto la existencia de varios campos clandestinos en la que centenares de indocumentados son retenidos por grupos dedicados al tráfico de personas.

Desde principios de mes, las autoridades tailandesas han descubierto en la provincia de Songkhla, situada junto a la frontera malasia, al menos tres campamentos ilegales y decenas de fosas y tumbas con restos de inmigrantes, en su mayoría rohingya.

Según los investigadores, los inmigrantes -que permanecen cautivos hasta que sus familiares pagan un rescate- murieron a causa de enfermedades y las malas condiciones de vida en los campos.

Una veintena de personas, incluidos políticos locales, han sido detenidas por su relación con estos campamentos ilegales y una quincena de policías locales han sido trasladados a otros destinos por negligencia.

Miles de rohingyas se embarcan todos los años en un peligroso viaje hacia Malasia para huir de la persecución y la pobreza en el oeste Birmania, y en su periplo pasan por Tailandia, donde caen víctimas de las redes de tráfico.

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