10 juguetes del Círculo Militar que hubiera pedido al Niño Jesús

10 de diciembre, 2014 12:38 pm

Siempre supe que el Niño Jesús no era el que traía los regalos, aunque se lo oculté a mis papás para no romperles la ilusión. Mi creencia errónea consistía en suponer que los pedidos de Navidad tenían que comprarse obligatoriamente el 24 de diciembre, y que los padres salían corriendo a las tiendas apenas uno se quedaba dormido esa noche, lo que me generaba una enorme angustia y compasión por ellos.

Dicho esto, desde pequeño tuve conciencia y culpabilidad muy agudas acerca del costo que implicaba yo como hijo. Jamás elegí el juguete más caro en los encartados de las tiendas que metían en los periódicos dominicales.

Les aburro con estas confesiones para generar un bonito debate: ¿ustedes sí creían en el Niño Jesús? ¿Más o menos hasta qué edad? ¿Ocultaron el descubrimiento a sus padres, para evitar destruirles la ilusión de que nosotros estábamos convencidos de una falsa ilusión?

Tema de debate 2: ¿en cuánto está el presupuesto actual para el regalo del Niño Jesús? Con la inflación y el dólar paralelo, he perdido ya los parámetros acerca de qué es caro. ¿30 mil bolívares es mucho o poco? Aprovecho para preguntar otra cosa que me da mucha curiosidad: ¿cuánto le están dando más o menos los papás a sus hijos de mesada?

Con estas inquietudes, me acerqué a la Feria Navideña del Círculo Militar, en el Paseo Los Próceres. ¿Qué juguetes hubiera elegido de allí el niño que agoniza dentro de mí con un bono ilimitado para gastar? Probablemente, la mejor inversión como regalo (y la más solicitada en carticas) en este momento consiste en tecnología (tablet, celular inteligente, etc), pero excluí intencionalmente ese apartado. El espíritu de un juguete, para ser un verdadero juguete, es que es intrínseca y objetivamente inútil. Y los juguetes siguen siendo en esencia más o menos los mismos, aunque ya no vi más trencitos. ¿Será que ya un niño no sabe qué es eso?

Esta es mi lista:

Carrito manejable Mercedes (17.000 bolívares). Este era el tipo de cosas que por consideración jamás le hubiera pedido a mis papás de niño. Jamás viajamos de vacaciones a Europa, solo en ferry a Margarita. Ahora puedo tener una venganza en mi imaginación. Este modelo cuenta con radio FM, MP4, velocímetro, etc y puede manejarse con volante o control remoto, pero igual tiene mucho de absurdo si no vives en una mansión con patio gigante. O necesitarías una camioneta pickup para trasladar ese perol hasta Los Próceres.

Perrito Patitas (1.800 bolívares). Vamos a ser honestos: ¿quién le dice que no a un perrito huérfano con una carita así? Yo no puedo. Este es el tipo de cosas que me conectan con lo poco tierno que queda en mí. Supuestamente camina y no usa baterías (¿?), aunque esos features me cautivan mucho menos que la lengüita afuera.

Osito (1.900 bolívares). Volvemos a lo mismo. Los peluches están en francabaja en el mercado juguetero y este tampoco sería mi osito soñado, pero soy de la generación Misha, la mascota de Moscú 1980. Recuerdo que el mismo día de la Clausura, en el que los rusos enviaron cruelmente a Misha a la bóveda celeste de la misma manera que a la perra Laika, pasaron en TV la versión animada de Narnia. Fue una jornada de emociones intensas.

Helicóptero que vuela de verdad o “drone” (opciones desde 3.000 a 13.000 bolívares). Otra de las cosas que jamás tuve ni me permití a mí mismo soñar de niño. Me dieron un barquito de control remoto que llevamos un único día al estanque de Los Próceres y se hundió, o algo así, y de broma. Lo relevante es que mis papás me transmitieron valores como no robar. El concepto de “drone” está de moda como juguete bélico de adultos y recientemente hasta se suspendió un juego de fútbol (Serbia-Albania) por culpa de uno.

Bebé que reza (1.300 bolívares). Es un peluche al que usted aprieta y dice en español: “Ángel de mi guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día”. Le juro que existe. Es mentira que yo hubiera pedido eso al Niño Jesús. Casi siempre prefiero los animales a las personas. De todos modos, quería divertirle con algo excéntrico que vi en el Círculo Militar. Por cierto, uno consigue una personificación del imperio (muñequito del Capitán América) por 1.200 bolívares.

Libro-enciclopedia de Monstruos (500 bolívares). Una de las pocas opciones realmente económicas en Los Próceres. Vamos a estar claros, Gutenberg tiene todas las de perder ante una tablet con Google. Este intenta compensarlo con efectos 3D de cartón que saltan cuando abres las páginas. Incluye orcos, vampiros, licántropos, etcétera.

Draculaura con vehículo similar al Batimóvil (6.500 bolívares). Fui niño de jugar con muñecas (saque usted su conclusión), y en mi época no existían las góticas, menos con carro propio. Lily Munster me parecía una señora atractiva. ¿En los ochenta llegaron a vender una Mujer Maravilla con avión invisible?

Set de herramientas tipo Bob el Constructor (1.800 bolívares). Otro juguete demodé que le recomendaría a un padre con relativos escasos recursos. Por cierto que ahora de adulto no soy capaz ni de ayudar a sustituir un grifo dañado en mi casa. Una vez escuché decir esto a una mujer en una cola en el Abasto Bicentenario: “De 10 hombres, 5 son maricos y solo uno sabe hacer de todo» (sic).

Gandola que transporta camioncitos (1.500 bolívares). Es absurdo un camión que transporta camioncitos diseñados en otra escala, pero como buen pichirre, siempre me han gustado esos juguetes que te aportan varias cosas por el precio de uno, tipo los Transformers. Por cierto que tampoco vi Legos en el Círculo Militar.

Tractorcito (1.100 bolívares). Vamos a estar claros. Es de plástico. Seguramente hecho en Venezuela (¿cómo es que se llamaba aquella fábrica nacional de juguetes que sonaba similar a Manaplás?). Si un niño se sienta allí, no va a aguantar entero hasta el 26 de diciembre. Lo barato sale caro. ¿Pero qué puedo hacer? Me gustan los tractorcitos.