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Barinas, el último bastión de Sanvicente

La designación de Barinas para jugar contra Costa Rica el amistoso del martes 2 de febrero es la declaratoria tácita de que ahí enfrentará Venezuela a Chile por el choque eliminatorio de marzo (dicha selección de sede no ha sido oficializada por la FVF). El horario (7:30 pm) para recibir a los ticos evidencia que la lección de Puerto Ordaz fue aprendida.

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“La sede no la escogerán los jugadores, ahora seré yo quien lo haga”, advirtió en la rueda de prensa ofrecida en diciembre Noel «Chita» San Vicente, como una de las medidas de reacción ante la trágica situación por la que atraviesa deportivamente el combinado patrio de fútbol en las eliminatorias sudamericanas.

Una manera también para responsabilizar, de alguna forma, a los jugadores de la elección fallida de Cachamay como escenario local para disputar dicha competición. Los rebeldes firmantes que habían votado a Puerto Ordaz, ahora irán, si están dispuestos a ser convocados, a Barinas, el nuevo campo para chocar contra Chile en la batalla decisiva para la era Sanvicente.

Desde que los altavoces de la enorme estructura de concreto ubicada a orillas del Río Caroní comenzaron a emitir música con elevados decibeles en pleno choque premundialista ante Ecuador, se sabía que la ex pujante ciudad guayanesa ya no sería más la casa de la Selección. El episodio bochornoso selló el comprobante de su adiós.

El imponente aforo que nunca se llenó, la frialdad de un público afligido por el pobre juego mostrado por sus idolatrados futbolistas, un horario (4:30 de la tarde) que pareció asfixiar más a los locales que al rival y hasta un extraño mal estado del terreno, se confabularon para que Puerto Ordaz hoy día sea vista como una ciudad afectada por la tragedia, desde el punto de vista futbolístico.

La experiencia fallida de Puerto Ordaz como hogar Vinotinto es otra de las cargas negativas apuntadas a la gestión actual. El jugar en horarios laborables con la sola intención de aprovechar una supuesta ventaja deportiva, alejó al fanático del contacto con su pasión, no solamente del estadio, sino hasta de las transmisiones televisivas. El alarmante bajo rendimiento en el fútbol mostrado hizo que todas las pretensiones de hacer influyente al entorno, se volcaran en contra de los intereses nacionales. El enorme escenario de concreto no cumplió el rol de ser el elemento extra para alcanzar resultados positivos.

La designación de Barinas para jugar contra Costa Rica el amistoso del martes 2 de febrero es la declaratoria tácita de que ahí enfrentará Venezuela a Chile por el choque eliminatorio de marzo (dicha selección de sede no ha sido oficializada por la FVF). El horario (7:30 pm) para recibir a los ticos evidencia que la lección de Puerto Ordaz fue aprendida.

Barinas arropará de nuevo a Noel. Con los índices de aceptación y popularidad marcando números rojos, el entrenador busca la calma necesaria que le da la ciudad llanera para enfrentar el partido más trascendental de su carrera. El Agustín Tovar es de los pocos bastiones en los que su estandarte sigue enarbolado y campante. El otro, Caracas, tal como quedó demostrado con la presencia de los fanáticos rojos en la rueda de prensa decembrina, está descartado porque el Estadio Olímpico está muy lejos de poder albergar un compromiso oficial.

Barinas está lejos de Margarita, sitio de concentración de Venezuela, pero no hay distancia que un charter no solucione. El aforo va a la mitad de Cachamay, pero suficiente para los que aún quieren ver jugar a su Selección (y tienen el dinero disponible para darse el lujo de pagar una costosa entrada).

La proximidad a la zona central del país lo hace beneficioso para quienes se ven en la necesidad de rodar por no poder costear un impagable boleto aéreo (una ventaja ante el hecho que el aeropuerto de la ciudad no se dé abasto para atender la demanda). El estado impecable del terreno de juego está asegurado, no así el apoyo del fanático, que dependerá altamente de lo que alcance el equipo días antes en Lima.

La preparación del lugar de confrontación es apenas un paso dado en el objetivo del cuerpo técnico de recomponer una Selección destruida en todos los aspectos. La emergencia de un resultado salvador secunda a lo que hoy es realmente urgente: convencer a los sublevados a seguir defendiendo los colores, una tarea que depende únicamente del entrenador. El amistoso ante Costa Rica servirá de tubo de ensayo para poder apreciar el Plan B de Sanvicente: a los muchachos del patio, los que le ganaron a Honduras en el mismo escenario hace un año, que estarían atentos al alistamiento ante un probable rechazo de los legionarios a ser convocados.

Con casi 20 años entre una fecha y otra, Barinas se vestirá de gala para recibir por segunda vez en su historia un partido oficial de la Vinotinto. Precisamente contra Chile, aquel 2 de junio de 1996, un gol de Javier Margas en un injustamente excesivo tiempo de descuento derrumbó la ilusión que había generado el tanto de Diony Guerra para ganarle a los australes, en el único antecedente premundialista de La Carolina. La única diferencia es que en ese entonces se jugaba por la hazaña. Ahora será por la supervivencia.

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