“Les aseguro que no morirán sin tormento, que antes de morir comenzarán a sufrir y su alma va a vagar por los sitios más oscuros y pestilentes, antes de poder, de alguna manera, cerrar los ojos”.
El gobernador de Amazonas, Liborio Guarulla, no dejó indiferente a nadie en la rueda de prensa que ofreció en Caracas para rechazar la inhabilitación política que le impuso la Contraloría General de la República, a la que acusó de actuar por racismo y motivaciones políticas.
Con un penacho en su cabeza y un collar de piedras negras que resaltaba sobre su chaqueta y camisa polo verde, este indígena baniva invocó a la “maldición de Dabucurí” para actuar contra “ellos que tienen el poder de eliminarnos políticamente”.
“Voy a convocar mis ancestros, a mis chamanes, para que la maldición de Dabucurí caiga sobre esa gente que ha tratado de hacernos maldad”, dijo.
“Ellos sienten que tienen el poder de acusarnos, que tienen el poder de eliminarlos políticamente, pero yo les digo una cosa en el día de hoy (…) Si ellos tienen poder, nosotros también tenemos poder”, advirtió el jefe regional.
El Dabucurí es, originalmente, un ritual que ha generado diferentes leyendas, obras literarias y estudios antropológicos. De hecho la UNESCO lo ha propuesto como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Guarulla se hizo acompañar de dos de los diputados de Amazonas separados de sus cargos por una orden del Tribunal Supremo de Justicia, al que la oposición acusa de funcionar como un “bufete privado” del chavismo.
Al igual que los diputados y el gobernador, dos indígenas de Amazonas estaban en la rueda de prensa con prendas típicas de comunidades originarias de Amazonas: penachos, maracas, guayucos y su pieles adornadas con pintas de colores.
Antes de lanzar la maldición, Guarulla afirmó que proviene de una tierra “mágica” que no acepta las injusticias de quienes usan el poder para hacer maldad.
“Ellos, además, no tienen la razón, no tienen la moral para acusarnos a nosotros”, dijo.
Habla nuestro Gobernador #Amazonas https://t.co/C8sCZex1oh
— Henrique Capriles R. (@hcapriles) 9 de mayo de 2017
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