Venezuela

Ni capo, ni 'paraco', ni contrabandista: así recuerdan al ganadero Carlos Tarazona

Ni capo, ni paramilitar, ni contrabandista. Era un hombre de pueblo, trabajador, generoso con los más necesitados, siempre dio la cara, nunca estuvo escondido, se le veía por las calles acompañado de su esposa e hijas, pero nunca con escoltas, comentan en cada esquina los habitantes de la población fronteriza

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Fotografía: Cortesía de la comunidad de Rubio

La comunidad del municipio Junín revivió para El Estímulo el recuerdo del ganadero Carlos Manuel Tarazona, mejor conocido como “Cocha”, quien fue asesinado el pasado viernes 11 de mayo por una comisión de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), a quienes el mismo comerciante le habría dado acceso a su casa para dialogar.
La población colapsó desde que se supo de la muerte de Tarazona. Entre llantos, gritos de impotencia y dolor sus familiares aseguraron a través de un video que se encargaron de distribuir a todos sus contactos y medios de comunicación que no era “un capo, él era inocente”.
Las universidades, comercio, sociedad civil se congregaron desde la tarde del sábado en la funeraria “Terrazas de la Paz”, lugar a donde llegó el féretro de Carlos Manuel Tarazona, o “Cocha”, quien había dedicado su vida al trabajo como ganadero.
No quedó ni uno solo de los asistentes en lamentar la muerte y repudiar la manera en que le dieron muerte a un hombre trabajador, generoso, colaborador y de familia.
El comedor de la sede de la Universidad Experimental del Táchira (Unet), que funciona en la localidad, se instaló gracias a su colaboración. Dicen que generosamente donaba carne para eventos benéficos donde se recaudaban fondos para operaciones quirúrgicas y compra de medicamentos, era un benefactor.
“Lo que dicen de él es para justificar el asesinato atroz que cometieron. Han buscado cualquier excusa para justificar su muerte y el robo de todas sus permanencias”, dijo el concejal de Junín, Walter Chacón.

Los habitantes de Rubio coinciden en que la versión ofrecida por el ministro para la agricultura urbana, Freddy Bernal, sobre los hechos que dieron con la muerte del comerciante con más de 30 años dedicado al sacrificio y venta de reses (carne) está alejada de la realidad.
Las declaraciones ofrecidas por el ministro Bernal, donde señala al comerciante de carne como beneficiario de un matadero clandestino fue desvirtuada por el concejal Chacón, quien aseguró que “la misma alcaldía de Junín ha realizado jornadas de ventas de carne a la población a través del matadero de Carlos Manuel Tarazona, con carne totalmente subsidiada”.
A Cocha, asesinado por el grupo Faes, según por tener un “matadero clandestino”, los funcionarios de la Zona Integral de Defensa, (Zodi –Táchira) hace tres semanas le solicitaron una jornada especial de venta supervisada de carne y hasta la fecha no le han pagado el ganado que en ese día vendió cinco toros. “Esto es una pruebas que todos los permisos fueron aprobados por el Instituto de Salud Agrícola Integral (INSAI) y nada era clandestino”, precisó el diputado a la Asamblea Nacional, Franklyn Duarte.
“Están tratando de crear un falso positivo para justificar el asesinato de Manuel”, aseguran los pobladores de Rubio.

Narraron los hechos

En una sesión extraordinaria, celebrada el lunes 14 de mayo en el Concejo Municipal de Rubio, la esposa de Carlos Manuel Tarazona, la madre, la administradora del matadero y el empleado más antiguo, contaron la versión de los hechos, donde “nunca existió un enfrentamiento”.
El pasado viernes 11 de mayo, mientras una comisión de agentes de seguridad del Estado venezolano, encabezada por el ministro de Agricultura Urbana y “Protector del Táchira”, Freddy Bernal, realizaba una fiscalización en el mercado municipal de Rubio, simultáneamente un grupo de personas sin identificarse, vestidos de civil, encapuchados y armados llegaron al comercio de carnes propiedad de Tarazona.
“Llegaron vestidos como malandros, sin identificación ni ningún tipo de educación, algo muy dudoso porque dista de cómo son formados los cuerpos de seguridad en el país. Arremeten contra los presentes en el matadero y sacan a los 38 trabajadores del lugar, los obligan a subir en camionetas, los llevan a un lugar cercano, a unos cinco minutos del matadero, dejando el sitio de beneficio de reses totalmente solo”, es la versión de la administradora del lugar.
La casa del ganadero Carlos Manuel Tarazona se encuentra ubicada en el mismo sector de Baritalia, justo al lado del matadero, hasta allí llegó el grupo de hombres encapuchados, una vez lograron desalojar el lugar de trabajo.
De acuerdo al relato ofrecido durante la sesión de la cámara municipal por Heidy Monsalve, esposa del comerciante asesinado, el ganadero se encontraba almorzando cuando el grupo de desconocidos trató de ingresar de manera violenta a la residencia. La reja de acceso al hogar de la familia Tarazona tenía un candado que el mismo Carlos Manuel pidió a la esposa que retirara para permitir el acceso a estas personas.
“No era la primera vez que grupos de este tipo llegaran a casa de Manuel a querer hablar con él para extorsionarlo como le pasa a todos los comerciantes de la frontera que continuamente son chantajeados por grupos irregulares. Manuel pensó que se trataba de uno de estos grupos y quiso conversar con ellos”, precisó el concejal Walter Chacón.
Una vez lograron ingresar a la residencia de Tarazona, señala el relató de su esposa, a ella la amordazan y se la llevan del lugar, al mismo sitio donde minutos antes habían trasladado los trabajadores del matadero.
Unos 15 minutos después, según el testimonio, regresó el grupo de encapuchados a pedirle a Heidy Monsalve entregar las llaves de la camioneta marca Toyota, propiedad del productor, donde supuestamente el ganadero guardaba su arma.
“A la esposa de Manuel le golpearon la cabeza en varias ocasiones para que dijera dónde estaba la pistola. La señora Heidy contó que esa pistola había sido retenida por la Guardia Nacional porque a Tarazona se le había vencido el permiso y en ese momento él no portaba ningún tipo de armamento. Esto fue la mayor sorpresa para estos delincuentes, no estaba armado”, precisó el concejal.
Cuando Heidy regresó al matadero, a su esposo ya lo habían asesinado y de acuerdo a versiones de vecinos de la zona, que describieron con indignación lo sucedido, fue envuelto en una sábana y llevado en una camioneta hasta el hospital “Padre Justo Arias”, de la localidad de Rubio.
El asesinato del ganadero se trató de “un ajusticiamiento”, aseguran en la población fronteriza con Colombia.
Si fue un enfrentamiento, ¿dónde están los demás heridos? ¿Por qué no esperar al CICPC para hacer el levantamiento del cadáver? ¿Por qué lo llevan de manera tan irregular y sin identificarse lo dejan tirado en el hospital?, son algunas de las interrogantes que se plantean en la zona.

Asesinato y robo

Después del asesinato, los familiares de “Cocha” denunciaron que de su vivienda robaron el mercado, prendas de oro, computadoras, impresoras, artículos de oficina, licores y se pretendían llevar las tres cavas con carga de carne, estacionadas frente al matadero.
“Los vecinos no permitieron que se llevaran las cavas. Hicieron una barricada e impidieron que las sacaran a pesar que ellos (el grupo Faes) iban armados. Los vecinos, a punta de palos y piedras, no dejaron mover los carros”, dijo el edil del municipio fronterizo.
Pero no solo saquearon la residencia del comerciante asesinado. La mayoría de los negocios ubicados en el mercado de Rubio que trabajan con dinero en efectivo porque no tienen puntos electrónicos de venta, les confiscaron el dinero sin boleta que certifique el decomiso, ni cuánto dinero se recaudó, a nombre de quién está. “¿Cuándo se les va a devolver la plata a estos humildes trabajadores? los robaron”, denunció Walter Chacón.
En Rubio existe terror y zozobra, “al mejor estilo comunista”, señalan sus habitantes. Acción que al parecer no va a paralizar por mucho tiempo a la población, porque el asesinato del ganadero Carlos Manuel Tarazona ha movido fibras, sentimiento y ha despertado la solidaridad de un pueblo que dice estar cansado de abusos de autoridad.]]>

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