Venezuela
Un grupo de ex trabajadores de la empresa petrolera Exxon Mobil iniciaron una huelga de hambre en la Plaza La Moneda, en la planta baja de la sede del Banco Central de Venezuela, a pocas cuadras del despacho de Nicolás Maduro, en el Palacio de Miraflores, para reclamar el pago de una serie de pasivos laborales que les adeudan desde 1997 hasta 2007.
La huelga de hambre la iniciaron 50 trabajadores, quienes cansados de no obtener respuesta por parte del Gobierno de Maduro decidieron reclamar las deudas de más de 12.000 trabajadores afectados. Afirman que el fallecido Hugo Chávez Frías dejó instrucciones y el dinero para cancelar las deudas, pero no han recibido ni un centavo.
Duermen en cartones en el piso y tienen un baño improvisado en plena plaza, en donde colocaron fotos del “Comandante Eterno”, junto a la bandera de Venezuela y pancartas en la que exigen sus pagos a Nicolás Maduro.
Los huelguistas están acompañados por otros compañeros de trabajo afectados por el conflicto. Estos últimos no están en huelga de hambre pero duermen en los mismos espacios públicos.
José Maíz tiene 52 años de edad y es uno de los voceros principales de la protesta. Trabajó en la perforación de pozos petroleros en el Campo Cerro Negro, en el estado Monagas.
Maíz explicó que los trabajadores son beneficiarios del Acta Convenio de Exxon Mobil, cuando esta empresa se desempeñaba en la Faja Petrolera entre 1997 y 2007. La compañía cesó sus labores por diferencias con el gobierno del entonces presidente Hugo Chávez.
“El Gobierno de Venezuela demandó internacionalmente a Exxon Mobil y ganó la demanda. Se llegaron a arreglos económicos y se logró que la empresa entregara los recursos para honrar los pasivos laborales de 12.000 trabajadores», dijo.
“Chávez afirmó que los recursos estaban en las bóvedas del Banco Central de Venezuela, afirmó que él prometió que si al terminar los procesos legales algún trabajador había fallecido, los beneficios serían entregados a los familiares”.
Sin embargo, a pesar de los años los trabajadores no han recibido nada. “Esta situación de conflicto se la denunciamos al presidente Nicolás Maduro, cuando era presidente de la Asamblea Nacional y él mismo puso unos abogados a asesorarnos, luego fue canciller y ahora es presidente y no nos quiere atender, nadie nos da respuesta, por eso estamos en la calle y en esta huelga de hambre”.
La situación de los trabajadores es deplorable, viven como indigentes sobre cartones en una plaza, comen los restos de lo que sacan de la basura.
Hace 17 meses eran 580 trabajadores, que representaban a 12.000 afectados. Los ex petroleros fueron a varios organismos, entre ellos Pdvsa, la Asamblea Nacional Constituyente, el ministerio del Trabajo, la Defensoría del Pueblo y el Palacio de Miraflores, pero los resultados han sido infructuosos.
Durante los 17 meses que han durado las protestas han muerto 17 trabajadores de distintas enfermedades.
“La lucha la estamos realizando sin recursos. En Caracas hemos pasado mucho trabajo. Hemos preparado comida de los restos de la basura de la avenida Baralt, nos bañamos de pozos y riachuelos de El Ávila y dormimos en plazas”, dijo Maíz.
Paradójicamente, y a pesar su precario estado, la mayoría de estos trabajadores se describen como chavistas que defienden el “legado”, sin reconocer que el mandatario es responsable de sus vicisitudes actuales; pero sí cuestionan al delfín del fallecido.
Marcos Iribarren, de 53 años de edad y proveniente del estado Anzoátegui, trabajó en la construcción de un campo petrolero. Casado y con 5 hijos, tiene 16 meses en Caracas, en la indigencia, comiendo de la basura y sin familia en la capital.
A pesar de que afirma estar en Caracas defendiendo sus derechos desde hace 16 meses, lamenta la muerte del responsable de sus males. “Si Chávez estuviera aquí, no estaríamos pasando tanto trabajo”, asevera.
José Yánez, de 68 años de edad, trabajó en la construcción de las instalaciones petroleras en Anzoátegui. “No me voy a ir a casa con las manos vacías, tengo mis derechos de exigir el pago de mis prestaciones, es mi patrimonio y el de mi familia. No entiendo las razones por las que Nicolás Maduro, no nos ha atendido, cuando él mismo señala que están en un periodo de rectificación y mejoras. Somos gente que apoya el proceso”.
Mario Barreto, de 65 años de edad, trabajó en el Centro Criogénico de Jose, en el estado Anzoátegui. El ex trabajador afirma que defiende sus derechos.
Entre sollozos dijo: “Uno de mis hijos que trabaja en un ministerio me vio en un video de televisión, me llamó y pidió que volviera a casa, pero le dije que no lo haré, estoy en mi derecho de luchar”.
Yaritza Acuña, de 57 años de edad, ayuda a los huelguistas y les da agua y caramelos. “Soy sobreviviente, estoy aquí defendiendo las prestaciones de mi esposo que falleció hace dos años. Mis hijos se preocupan porque saben que ya han muerto 17 trabajadores en 17 meses. He comido de la basura y dormido en plazas. A Nicolás Maduro, que siempre dice defender a la clase obrera, que dice que los quiere reivindicar, pues entonces que pague lo que se nos debe”.
Los trabajadores seguirán en las calles mientras no les cancelen sus pasivos.
