Venezuela

Ladrones de escuelas por la fuerza del hambre

En un país en donde la impunidad gobierna, los crímenes son por diversas causas. En esa capacidad de mutación, los ladrones se activan contra nuevos blancos: las escuelas públicas. Otrora robaban las computadoras y demás bienes de los planteles. Ahora el botín es otro. Uno más preciado por el desabastecimiento: la comida

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Solo una cesta de parchitas fermentadas, coronada por un enjambre de moscas, se salvó de la embestida del hampa hambrienta. La mañana del 20 de enero los 998 estudiantes de la Escuela Nacional Alberto Smith, en Ocumare del Tuy, se dieron cuenta de que no había sus desayunos. Les arrebataron sus meriendas y tampoco habría almuerzos durante las próximas dos semanas. Las despensas de alimentos del comedor fueron saqueadas. No quedó ni un grano de frijol. El botín, que sumaba una tonelada y 252 kilos, fue sustraído de madrugada por vecinos desesperados. Se echaron al lomo, como burros de carga, canastos de carne roja, 24 kilogramos de caraotas, 24 kilos de arroz, 12 litros de aceite, seis kilos de margarina, plátanos, naranjas, piñas y casi una tonelada de frutas y vegetales para aplacar el crujido de sus vísceras. Los ladrones tenían hambre.

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