Venezuela

“Abran la frontera que la pandemia no entra por los puentes sino por las trochas”

Una nueva extensión del cierre de frontera por parte de Colombia y la negativa de Venezuela de abrir los pasos formales, ponen en alerta a los gremios locales y a la población: claman por la reactivación de la zona que languidece entre la pandemia y la política

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Colombia y Venezuela tienen una frontera caliente

El gobierno de Iván Duque decidió a través del Decreto 580, extender el cierre de la frontera con Venezuela hasta el próximo 1 de septiembre.

Aunque ya antes del lado venezolano toda esperanza de reactivación del paso legal a Colombia había sido truncada por Nicolás Maduro en una cadena en radio y televisión, el nombrado protector del Táchira, Freddy Bernal lo ratificó: “No puede abrirse la frontera como si fuera un corral de cabras. Salir y entrar todo el mundo sin ningún control porque el impacto a la salud se pagaría en vidas humanas”.

El representante de Maduro en el Táchira, alegó que se mantendrá cerrada la frontera debido al grado de contagios que, según él, existen en el departamento colombiano Norte de Santander: “Los contagios son 470 veces superiores a los del estado Táchira. Mientras que el día de hoy se tienen seis camas UCI  ocupadas, el 1% de la estructura de salud del estado, Norte de Santander tiene el 70%”.

La noticia de no abrir los pasos fronterizos de manera legal entre Colombia y Venezuela no fue bien recibida por la población, ni por empresarios, aduaneros, transportes de carga y comerciantes quienes de un lado y otro de la frontera manifestaron el rechazo a la medida que perjudica principalmente al ciudadano común que se ve obligado a cruzar el río Táchira a través de pasos ilegales para llegar a cualquiera de los dos países para resolver sus problemas y necesidades.

Ignorados

Un poco más de un año llevan contabilizados los gremios de aduanas, comerciantes, empresarios y transportistas de la frontera que buscan abrir los puentes internacionales de manera concertada y segura, pero hasta ahora las reuniones y encuentros con representantes de ambos países han resultado infructuosas.

Hasta la tarde del 31 de mayo las expectativas eran grandes y desde el Comité Intergremial de Norte de Santander, Colombia, se esperaba una apertura estable en el tiempo a pesar de que no existía coordinación por parte de las autoridades de ambos países, ni siquiera en el marco regional, dijo a El Estímulo Carlos Luna, presidente del comité.

“Lo que se quiere es disfrutar de una frontera como la teníamos antes, que la gente no tenga que pasar por los ríos y trochas, que se reactive la economía tanto en Táchira como en Norte de Santander y que se pueda controlar la pandemia a través del paso por los puentes, como no se está haciendo en el paso por trochas donde no existe control”.

Luna dijo que desde el comité que preside en Norte de Santander, han sumado todos los esfuerzos para lograr que la frontera entre ambos países se abra y que nunca más en medio de las diferencias políticas y diplomáticas esta frontera se cierre.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Auxiliares Aduaneros del Táchira, Nelson Urueña, reiteró el llamado a abrir la frontera y el paso legal de mercancías a través de los puentes internacionales, sustentados en el Decreto 580, emitido el pasado 31 de mayo por Colombia, en el artículo 10, numeral 2, que exceptúa del cierre al transporte de carga y el comercio binacional.

“Para el paso de mercancías solo se estaría utilizando al chofer de la gandola que entra al país con su respectivo traje de bioseguridad, viene con la prueba PCR vigente y la mercancía al salir de Colombia es asperjada con abono cuaternario de quinta generación y al llegar a la almacenadora en Venezuela pasa por el mismo procedimiento”.

Recordó que los acuerdos comerciales entre Venezuela y Colombia aun están vigentes y queda demostrado al ver que por Paraguachón no se ha detenido el comercio binacional.

“Pedimos el mismo trato que se da a Paraguachón. No sabemos qué tiene Paraguachón que no tiene San Antonio o qué procedimientos se aplican allá para nosotros aplicarlos en San Antonio”.

Igualdad de condiciones como lo establece la constitución para todos los ciudadanos y el derecho al trabajo, es lo que exigen los gremios fronterizos.

Abrir la frontera de manera comercial podría mitigar la crisis al solo activarse las 19 empresas transportistas que se encuentran legalmente y que cuentan con una flota de 1.500 gandolas. Además, de los 20.000 empleos que puedan generar a través de las 20 almacenadoras que existen en la zona y los 68 agentes aduaneros y empleos indirectos en un término de 60 días.

“La crisis de la frontera amerita una solución urgente en donde se apliquen medidas económicas que ayuden a superar la condición de indolencia en la que está la comunidad fronteriza y garantizar un mayor bienestar económico y social. Hagan a un lado la parte política y piensen en el pueblo y en las empresas que se están perdiendo de producir”.

Abrir la frontera va a contribuir a que la zona occidental de Venezuela mejore su calidad de vida, mejorando la situación económica. Los empresarios aduaneros están en capacidad de operar mañana mismo si así se decide: “Abran la frontera que la pandemia no entra con controles por los puentes, está ingresando por las trochas, dijo Nelson Urueña.

Mentiras y contradicciones

Como una contradicción en términos que permitan abrir la frontera, catalogó Francisco Sánchez, investigador del Centro de Estudios de Fronteras e Integración (CEFI) de la Universidad de Los Andes, la acción asumida tanto por Nicolás Maduro, como por su representante político en la región.

“Las declaraciones del señor que Maduro puso como su agregado político en el Táchira, se contradicen. Hace unos días en medio de alardes en un acto político dijo que la frontera se iba a abrir gradualmente y siguiendo protocolos de bioseguridad, beneficiando principalmente al sector comercial. Ahora dice que finalmente no se abre y la excusa es Colombia. Como siempre, el otro, nunca el gobierno”.

«La frontera debe estar abierta entre el estado Táchira y el Norte de Santander por los cuatro pasos fronterizos que existen en la zona (puentes internacionales Simón Bolívar, Tienditas, Francisco de Paula Santander y Unión), tomando en cuenta todas las medidas de bioseguridad», agregó el catedrático.

A juicio del especialista lo primero que debe darse es una apertura para las personas y no comercial, ni de negocios como se plantea. “A pesar de que la economía es necesaria, fundamental y que todos estamos a favor de un comercio legal y no del contrabando con visos de legalidad que se da en Táchira a través de los pasos informales, lo primordial son las personas que exponen sus vidas e integridad al quedar expuestas a todo tipo de delincuencia en convivencia con las autoridades al cruzar las llamadas trochas”.

Frontera secuestrada

Abrir de manera inmediata la frontera entre el Táchira y Norte de Santander es un clamor en cualquier lugar de la región. Para el dirigente político del Táchira y representante del Frente Amplio, Fernando Andrade, “la máquina de la política tiene secuestrada la frontera”.

El dirigente apunta a una reactivación urgente de los puentes internacionales que unen a Venezuela y Colombia, «para detener de inmediato la manera infrahumana, sin protección alguna en la que se desplazan los ciudadanos de un lado a otro a través de trochas lo que aumenta los riesgos de contagio covid-19».

“El Táchira vive la peor crisis política, social y económica, nos hemos convertido en el estado experimento para el régimen. Los ciudadanos están siendo duramente afectados por las mafias políticas que un día fueron designados a la fuerza como autoridad para mantener aterrorizado al pueblo”.

Lamentó Andrade que lo que fue la frontera más viva de Latinoamérica se haya convertido en un lugar de terror donde las mafias políticas han cerrado el libre paso al comercio y desarrollo de la región, controlando todo desde el protectorado.

Las calles de los municipios fronterizos están desoladas, tristes y golpeadas por la crisis originada por el cese del intercambio comercial que había logrado posicionar la zona como una de las más activas y productivas de Venezuela en la década de los 80 y mediados de los años 90: así la recuerda Erasmo Prato, habitante de San Antonio, quien no pudo ocultar la decepción al conocer la negativa de abrir frontera.

“Guardábamos la esperanza de una apertura en un futuro cercano de los pasos legales fronterizos entre los dos países, pero fue negado por el régimen venezolano, manejando un doble discurso y señalando al gobierno colombiano como el responsable. Quien cerró la frontera en 2015 fue Venezuela con la excusa de la muerte de funcionarios venezolano por parte de irregulares colombianos”.

“El bloqueo existe, pero el bloqueo de los puentes internacionales con contenedor puestos por el régimen que impiden el desplazamiento de ciudadanos e ingresos de productos y medicinas”, precisó el habitante fronterizo.

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