Asesinatos de abuelos en Venezuela: una "pandemia" sin vacuna

En la madrugada del pasado sábado 6 de marzo fue localizado el cuerpo de una sexagenaria en una vía que conduce a El Junquito,  exactamente en una zona boscosa del kilómetro 12. El cadáver presentaba signos de estrangulamiento y alrededor del cuello se encontró un cable. Al momento de escribir esta información, no se conocía la identificación de la persona fallecida.

El 19 de enero de este año, los habitantes del sector Las Casitas, en la parroquia La Vega, en Caracas, amanecieron con una terrible noticia: un joven identificado como Félix Manuel Peralta, de 19 años de edad, asesinó a puñaladas a  sus abuelos maternos y un tío, mientras los familiares dormían. También hirió a una tía.

Las  víctimas de este caso fueron identificadas como Fortuna Tovar de 74 años de edad, William Florencia Tovar de 60 años de edad y Félix Peralta de 55 años.

Después de asesinar a sus familiares, Félix Manuel huyó de la escena del crimen cargando con dinero en efectivo y artefactos eléctricos pertenecientes a las víctimas.

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Poblaciones  vulnerables

Son distintas las organizaciones, las que han advertido el incremento de los casos de la violencia entre los niños, niñas,  adolescentes y mujeres, antes y durante la pandemia de Covid-19, por lo cual han se han realizado estudios, han publicado documentos y dando una serie de recomendaciones para evitar sigan los maltratos.

Ciertamente todas estas personas forman parte de la población vulnerable, que sufre los embates de la violencia intrafamiliar,  pero poco son los estudios realizados para conocer, la situación de violencia del adulto mayor, especialmente en Venezuela,  de los abuelos, que también forma parte de ese sector desvalido, que requiere mejores políticas de atención, especialmente en estos tiempos de emergencia sanitaria.

Desasistidos

El director de la  asociación civil Convite, dedicada a la defensa de los derechos humanos, Luis Francisco Cabezas, conversó con El Estímulo y señaló que los adultos mayores en Venezuela enfrentan muchos problemas que no se ven en otros países.

“En Venezuela, lamentablemente, la calidad de vida de nuestros adultos mayores ha disminuido de forma notoria. Los abuelos, además de enfrentar la pandemia del Covid-19, sufren los embates de la hiperinflación, reciben una pensión de menos 1$, que no les alcanza para cubrir sus necesidades básicas.  No cuentan con atención en el área de salud, con la entrega de medicamentos y tampoco con servicios básicos de calidad, como son el agua potable, electricidad, seguridad y además tienen una mala  alimentación”, dice Cabezas.

Indicó el director de Convite que la diáspora venezolana también ha afectado de forma directa a esta población, que ha visto partir a otros países a sus hijos, nietos y demás familiares.

“Y en muchos casos, los abuelos han quedado a cargo de sus nietos, con la promesa de los padres de los pequeños que, en un tiempo prudencial, vendrán a buscarlos o mandarles dinero para la manutención, promesas que no han logrado cumplir,  por las complicaciones que ha traído al mundo la pandemia, que han afectado, entre otras áreas, la economía”, explicó Cabezas.

Aumenta la violencia

Informó que desde el año 2016 iniciaron una investigación sobre los hechos  de violencia que involucra a los adultos mayores. Hicieron foco en los casos de homicidios  publicados en distintos periódicos y concluyeron que la cifra va en aumento.

“Nos comenzó a llamar la atención la recurrencia de los hechos violentos contra los adultos mayores, que al igual que en los casos de los niños, niñas  y mujeres, los maltratos y crímenes, provienen de personas del entorno familiar, hijos, nietos, vecinos que comenzaron a ver a los abuelos como sus potenciales víctimas”, dijo Cabezas.

Según las investigaciones realizadas por Convite, en el año 2020, fueron asesinados 365 adultos mayores en Venezuela.

Señala el estudio que en el primer semestre, de enero a junio, se registraron 185 muertes de adultos mayores, mientras que de julio a diciembre se contabilizaron 182.

Otros casos

El 7 de Octubre del 2020, Magaly Josefina Alvarado, de 71 años de edad, fue asesinada por su nieto, un adolescente. La mató cuando lo descubrió robando. El hecho ocurrió en la calle Radar de Playa Verde, en La Guaira.

Al verse descubierto y tras sostener una fuerte discusión con su abuela, el joven habría tomado un pico y atacó a la mujer; clavándoselo en el ojo derecho.

El 3 de noviembre del 2020, una adolescente de 15 años mató y asesino a su abuela, después que esta la sorprendiera manteniendo relaciones sexuales con el novio y se iniciara una pelea entre ellas.  Sucedió en el sector Urdaneta, San Juan de Colón, del municipio Ayacucho, en el estado Táchira.

La víctima fue identificada como Solvey Del Carmen Useche Cárdenas, de 65 años de edad. Recibió múltiples golpes por parte de su nieta y el novio de esta. Después del asesinato, montaron el cuerpo en una camioneta propiedad de la víctima, lo llevaron hasta el sector Lobatera y lo quemaron.

“Estas situaciones han aumentado a raíz de la emergencia humanitaria, que ha agudizado los problemas en el país,  en donde los maltratadores y delincuentes no ven que en Venezuela, que estos crimiees se paguen, ya que se mantiene un alto índice de impunidad, mucho descarrilamiento social”, dijo Cabezas.

Indicó que hay una gran cantidad de abuelos que viven solos y son presa fácil de los hechos de maltrato. El consumo de alcohol y drogas, de parte de los victimarios, es constante.

Domingo Lupercio Rojo Cerda, de 76 años de edad, fue asesinado por sujetos desconocidos, la madrugada del 30 de agosto del 2020. El hecho ocurrió en la casa número dos, de la calle El Poeta, en el sector Polideportivo de San Francisco de Yare, municipio Simón Bolívar, de los Valles del Tuy, estado Miranda.

Se informó que los criminales ingresaron a la vivienda del adulto mayor, lo agredieron con un objeto contundente (escardilla) hasta matarlo y posteriormente se llevaron sus pertenencias.

“Las situaciones de violencia se presentan en todos los niveles sociales, pero en los sectores populares hay muchas más redes de apoyo, más solidaridad, que en la clase media. Nuestra clase media se conforma por muchos adultos mayores, que en su juventud tuvieron la oportunidad de comprar viviendas en buenos sectores, pero los golpeó la crisis y con el paso del tiempo se consumieron sus ahorros, se quedaron solos en el país y ahora no cuentan con ningún tipo de apoyo”, explicó Cabezas.

Desde Convite, también alertan que no solo es alarmante el índice de homicidios de los adultos mayores, sino que también va en aumento las cifras de suicidios que se registran entre los abuelos.

Crímenes atroces

El 4 de Abril del 2019 a primeras horas de la mañana, unos delincuentes ingresaron a la vivienda del señor Guido Lorenzo Camejo, de 70 años de edad, a quien sometieron y degollaron con un filoso cuchillo, para robarle dos dientes de oro. El hecho ocurrió  en el municipio Santos Michelena, del estado Aragua.

Se informó que después de cometer el crimen, los delincuentes utilizaron herramientas rudimentarias, para extraer las dos piezas de oro, al cadáver. Los asesinos también cargaron con dinero en efectivo y comida.

El 16 de octubre del 2020, un adolescente de 17 años de edad mató a su abuela, Carmen Díaz Echeverría de 65 años, quien recibió 30 puñaladas en el rostro, en un hecho ocurrido en la ciudad de Barcelona, estado Anzoátegui.

Funcionarios policiales indicaron que el joven se encontraba bajo los efectos de las drogas cuando llegó a la vivienda y comenzó una fuerte discusión con su abuela, tomó un cuchillo y la atacó.

Durante una entrevista concedida a El Estímulo, Fermín Mármol García, abogado criminalista  y director del Instituto de Ciencias Penales, Criminalística y Criminología  de la Universidad Santa María, señala que los crímenes contra los adultos mayores, siempre se han presentado, pero que lamentablemente en estos tiempos tienden a masificarse en Venezuela.

“Con el paso del tiempo los abuelos, se convierten en personas  vulnerables, que pierden el contacto  con el entorno social, su círculo de amigos es muy pequeño, se encuentran aislados, alejados de la tecnología, tienen dependencia económica, problemas de movilidad y se van perfilando como víctimas del maltrato por parte de familiares, amigos, cuidadores fijos u ocasionales”, dice Mármol.

Señala que los hechos criminales y de violencia son fenómenos sociales, que aumentarán o disminuirán en un país de acuerdo a las políticas públicas que se apliquen.

“Si las políticas públicas son asertivas, eficientes y continúas en el tiempo el crímenes y la violencia van a disminuir, en el caso de Venezuela las políticas públicas de seguridad ciudadana y administración de justicia penal, han sido equivocadas, inexistentes por lo cual los casos de violencia y los crímenes se mantienen activados”, indicó el abogado penalista.

Señaló que cada día los crímenes de adultos mayores en el país son más atroces y perversos, que vienen  dados por varias situaciones que se han instaurado en la sociedad venezolana como son: la niñez abandonada, embarazos precoces,  paternidad irresponsable, deserción escolar, situaciones de pobreza, así como el aumento del consumo de drogas y alcohol, entre otros.

También resalta tres escenarios  de anarquismo primitivista, que han agudizado los problemas de la violencia en el país, el primero de ellos relacionado al papel de las instituciones públicas, que no resuelven los problemas de las personas, por lo cual las personas dejan de realizar denuncias.

Así mismo se refiere al anarquismo primitivista en el área social, que ha ocasionado el cambio del gentilicio venezolano, pues se observa un cambio de conducta de las personas que han dejado de ser amables, alegres, educadas, solidarias, para convertirse en seres desconfiados, ásperos y en muchos casos, pocos solidarios.

El último escenario al cual hace referencia es al primitivismo criminal. Se refiere a que ha surgido una criminalidad que controla territorios, que controla espacios, que impone su ley, que no puede ser atacada por los cuerpos de seguridad,  que controla una económica criminal, que es absolutamente violenta, atroz y perversa.

Advierte además que, en Venezuela transitamos la cultura de la violencia con un discurso público  de poder, que ha sembrado la controversia, que ha llevado a los ciudadanos  a tratarse, como enemigos.

Crímenes e impunidad

Santiago Gutiérrez es un periodista especialista en el área de sucesos, y dice sentirse asombrado por el aumento de los asesinatos de personas de la tercera edad, en los últimos tiempos en Venezuela

“Este tipo de crímenes que se han reportado en Venezuela en el último año, apuntan que el 70% de los agresores tiene un parentesco familiar con su víctima y que en la mayoría de los casos fueron utilizadas armas blancas, entre otras causas por el alto costo que tienen las armas de fuego y las balas en la actualidad”, dijo Gutiérrez.

Señaló igualmente que este tipo de crímenes contra los adultos mayores son cometidos por personas que tienen la absoluta seguridad que no van a ser perseguidos, investigados  y menos sometidos a un proceso penal, lo que se traduce en un estado de impunidad que llega hasta un 90% de los casos.

“En la sociedad venezolana, cada día más se van perdiendo los valores morales, que ha causado entre otras situaciones, vaya disminuyendo el respeto que se debe tener con los abuelos, especialmente en su entorno, lo que va convirtiendo a este grupo de personas en víctimas más frecuentes de todo tipo de maltratos, psicológicos, físicos y de  homicidios”, señaló Gutiérrez.

Estuvieron de acuerdo en señalar  nuestros  entrevistados, que la situación de violencia contra los adultos mayores, se encuentra muy ligada a la pérdida de valores en nuestra sociedad, así como a la falta de políticas especiales del actual Gobierno, para ofrecer una mayor seguridad y protección de los abuelos, cuya responsabilidad es compartida con las familias.

Indicaron que son necesarias campañas de concientización permanentes entre la población, destinadas a dar a conocer las leyes que protegen a los adultos mayores, el rescate de valores de valores y castigos ejemplares a los agresores y delincuentes.