Venezuela

Acuerdos chavismo y oposición minoritaria: ¿una farsa o vía para la libertad?

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Con varias firmas, el chavismo y un sector de la oposición sellaron un acuerdo que volteó el tablero político actual y abrió nuevas oportunidades basadas en seis puntos, para un país que se sumerge en una crisis nunca antes vista en el continente. Cuando la etapa de diálogo entre estos dos bandos parecía culminada, una alianza liderada por el diputado Timoteo Zambrano y otros miembros de partidos minoritarios abrieron una ventana que el mismísimo Juan Guaidó, reconocido como presidente interino, había cerrado el día anterior al concluir los procesos en Oslo y Barbados

La iniciativa de Zambrano y su grupo no fue bien recibida por los partidos mayoritarios, quienes enseguida tildaron a este grupo de «falsa oposición». Sin embargo, para el parlamentario y jefe del movimiento Cambiemos, quien conversó con El Estímulo, esta «opción es vital para volver a trazar una ruta que de fin al conflicto político», asumiendo su decisión como un derecho que tienen todos los venezolanos a plantear una visión distinta, sustentada en acuerdos parciales y moderados.

En cambio, para el diputado y miembro de Vente Venezuela, Omar González, dicho acuerdo «no ha tenido ninguna repercusión», ni dentro de las fuerzas políticas opositoras, ni del conglomerado nacional. «La gente ha entendido que esto es un fraude del régimen para mostrarse dispuestos a dialogar. El chavismo es un experto en crear agentes de su régimen que infiltran en la oposición».

El actual embajador de Venezuela en México, Francisco Arias Cárdenas y el excandidato presidencial y también miembro firmante del acuerdo, Henri Falcón figuraron en esta lista, detallando que Zambrano, Claudio Fermín, Felipe Mujica y Javier Bertucci son «chantajeables».

El politólogo Luis Salamanca, llama a esta nueva alianza como el «falconismo» y asegura que este grupo es el que se encuentra más activo en los bandos actuales, el cual a su juicio se ha convertido en el interlocutor preferido del gobierno. Los mecanismos que proponen para lograr una salida gradual, que no especifica tiempos, a el mandatario Nicolás Maduro y a Diosdado Cabello, jefe de la Asamblea Constituyente, les interesa porque debilita a Guaidó al crear un paralelismo de «dos oposiciones».

Pero Salamanca no le ve mucho futuro a esta alianza porque realmente no son representativos para la oposición, ni cuentan con la legitimidad de la región. «Por eso ya se está insinuando una reapertura del diálogo noruego, porque entienden que el panorama seguirá igual porque la oposición de Guaidó seguirá ahí».

Conversaciones en paralelo

Esta coalición empezó las conversaciones con el equipo de Nicolás Maduro dos o tres meses antes de la firma, según reveló Zambrano, por lo que habían dos negociaciones en paralelo, por un lado la representación de Juan Guaidó y por otro lado la tildada «oposición chavista».

Entre los puntos presentados la oposición minoritaria estableció: 

1- Regreso del oficialismo al Parlamento
2- Conformación de un nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE)
3- Liberación de presos políticos
4- Canje de petroleo por ayuda humanitaria
5- Reafirmar la soberanía del territorio en reclamación
6- Rechazo a la aplicaciones de sanciones contra el país.

Horas después de la firma se concretó el primer resultado: la liberación del  vicepresidente de la Asamblea Nacional, Edgar Zambrano. A los días, el retorno del Polo Patriótico al hemiciclo de sesiones del Parlamento, luego de tres años de ausencia, producto del desacato que declaro el Tribunal Supremo de Justicia controlado por el chavismo.

Este retorno es visto por el chavismo como «un movimiento vital», dándole al Poder Legislativo la mayoría calificada para ordenar cambios en el CNE. “Esto sería a corto plazo y daría confianza a la ciudadanía”.

No obstante, desde la perspectiva de González la liberación no es representativa, porque Venezuela cuenta con más de 500 presos políticos. «Esto es una practica cubana, la llamada puerta giratoria. Salen 1 y entran 3«.

El pasado 16 de octubre el fiscal general, Tareck William Saab informó que estaban trabajando en próximas liberaciones.

El politólogo se afinca en definir estos mecanismos como «una visión gradualista» que implica mucho tiempo. «Si hay que esperar a que suelten a un preso politico, semanas después a otro, luego llegan a la Asamblea Nacional  y el oficialismo sigue considerando el desacato. Así puede pasar mucho tiempo«.

El rojo vuelve al hemiciclo

Con respecto al regreso del chavismo al parlamento, el miembro de la fracción 16 de julio no considera a estas personas como diputados, si no como exdiputados al haber violado los artículos 187 (#20), 191 y 197 , así como otros del Reglamento de Interior y Debates, pero hay que enfatizar que los artículos expresan que un «diputado no puede ejercer otro cargo mientras sea legislador». En el caso de estos, si serían exdiputados, en el caso de las ausencias, Salamanca recuerda que esos artículos se «aplican a la ausencia presidencial».

No obstante el articulo 187 #20 versa que «calificar a sus integrantes y conocer de su renuncia. La separación temporal de un diputado solo podrá acordarse por el voto de las dos terceras partes de los diputados presentes». Asimismo el 197 recalca que los diputados estan«obligados a cumplir sus labores a dedicación exclusiva, en beneficio de los intereses del pueblo».

Zambrano retomando el tema de los acuerdos aclaró que aún queda trabajo por hacer y están buscando la forma de lograr el retorno de los diputados en el exilio, los mismos que  se opusieron a la reincorporación de la bancada oficialista, mientras el presidente encargado Juan Guaidó aplaudía la decisión.

Este último factor pareciese el escenario para una nueva obra de realismo mágico de Gabriel García Márquez según González. «El chavismo solo busca implosionar la Asamblea, porque saben que es el único Poder legítimo. Mientras la junta directiva aplaude el regreso. A Guaidó siempre lo hemos apoyado, pero no le dimos un cheque en blanco. Hay que hacerle las observaciones y esto se lo hacemos, porque la AN se ha vuelto una gallera, un recinto de sabotajes».

No obstante, Salamanca aclara que el regreso del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), no favorece a nadie quizás a «los falconianos», pero amplía que ellos no produjeron ese logro. «No están logrando nada. El gobierno está interesado y le da concesiones a este grupo, para continuar la estrategia de debilitar a Guaidó, pero el chavismo mantiene su posición y consideran a la Asamblea en desacato. Si quieren recuperarla, no lo tendrán fácil porque necesitarán unas elecciones democráticas».

El anuncio de este pasado 16 de octubre por parte del ministro de Comunicaciones del chavismo, Jorge  Rodríguez, de instalar una Mesa Complementaria, valida lo que comenta Salamanca, puesto que la intención de este proceso es conformar un nuevo CNE y a su vez darle poder a la figura que encarnan estos partidos que según Zambrano conglomeran a tres millones de electores.

El diálogo que se niega a morir

Ante tantos fracasos entre la oposición y el chavismo las garantías de este nuevo acuerdo penden de un hilo. «Siempre habrá un margen de dudas. En la medida que normalicemos y generemos confianza el uno en el otro, las cosas mejorarán”, expresa Timoteo Zambrano.

Este documento deja claro lo que hará el madurismo, pero no lo que ofrece la oposición, Zambrano lo tiene claro. «Gobernabilidad, es lo único que le podemos ofrecer. La oposición no puede ofrecer nada más, solo estabilidad y gobernabilidad al no apoyar medidas que entorpezcan el avance de estos acuerdos”, dice en referencia a las sanciones globales.

Estas sanciones afectan a Nicolás Maduro y al círculo de poder inmediato, pero desde hace poco más de un mes la administración Trump ha movido sus piezas, para salpicar a familiares y funcionarios de menor rango, revocando visas, congelando activos. Así como un bloqueo petrolero que asfixia al chavismo a nivel económico limitando sus estrategias políticas, dentro y fuera del país.

Pero en el extremo opuesto de este espectro político suavizar las sanciones no es adecuado. «Eso es un disparate. Timoteo no es ningún santo. Eso no es posible. Son decisiones de otros países que castigan las violaciones flagrantes y otros crímenes abominables. Eso no es negociable«, opinó González.

El detalle es que el discurso de injerencia se ha colado en el ala moderada de la oposición, al menos así es como Timoteo Zambrano prefiere denominarse. A su juicio, no puede haber injerencia internacional en asuntos que competen a los venezolanos. Este discurso ha sido popularizado por el chavismo quien culpa a terceros de los desaciertos del país desde su llegada al poder, reforzando la figura de la «guerra económica».

“Esto es una mesa manejada íntegramente por venezolanos. No hay injerencia internacional. Vemos la ayuda extranjera como cooperación, no como un mandato. Yo no quiero esa injerencia”, sentencia Zambrano.

¿Unidos de verdad?

El líder de Cambiemos ha sido enfático en su intención de disminuir la polarización. Los acuerdos desde su óptica son la vía ideal, pero también representan una visión distinta que genera rechazo en otros sectres opositores. Por los momentos, partidos como MAS, Avanzada Progresista y Cambiemos se han unido a la firma y aunque las criticas crecen Zambrano invita a todos a unirse.

Ante posibles fracturas, el miembro de Vente Venezuela dice que la oposición es una «monolítica unidad», aunque entre partidos siempre existirán diferencias, igualmente que en el interior de estas organizaciones ejemplificando a Primero Justicia, a quien no ve con una unión muy férrea.

Salamanca añade que con el paso del tiempo el oficialismo y la oposición han entrado en un estado de detención que no es un estancamiento, porque ambos están expectantes de las acciones del otro. Sin embargo, en estos 10 meses ha sido evidente que el bloque de Guaido ha perdido elementos, producto de partidismos y del G4 minoritario.»Siguen siendo la opción principal y el venezolano promedio los apoya, porque Guaidó ha explorado distintas vías. De ahí la frase todas las opciones están sobre la mesa».

Para el madurismo la efectividad de los acuerdos sería un lavado de imagen, al mostrar su disponibilidad a dialogar. Esto poco le importa a Zambrano. «Si tenemos nuevo CNE, órganos reconocidos, presos políticos libres y logros en el campo social eso es grandioso. Qué me importa si el gobierno se lava o no la cara con eso”.

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