«Muchas generaciones han ayudado a construir esta ciudad para que sea destruida por matones», señaló este lunes el alcalde Stephanie Rawlings-Blake al hacer los anuncios en una conferencia de prensa.
Poco antes el gobernador de Maryland Larry Hogan había declarado el estado de emergencia, tras los nuevos episodios de violencia que este lunes dejaron siete policías heridos.
Los manifestantes destrozaron varios patrulleros, uno de los cuales fue incendiado, al tiempo que varias personas destruyeron una farmacia.
La nueva escalada de violencia callejera estalló tras los funerales de un joven negro, Freddie Gray, quien falleció después de su arresto por la policía el 19 de abril en circunstancias no aclaradas.
Varias investigaciones oficiales han sido iniciadas para determinar las circunstancias en que se produjeron las heridas de Gray, entre ellas una federal por parte del Departamento de Justicia.
Cuando Gray falleció su columna vertebral estaba seccionada a la altura de las cervicales, según los abogados de la familia.
La policía de Baltimore aceptó que el joven tendría que haber recibido asistencia médica tras ser arrestado.