Por mucho que el renuente ministro de Educación, Aristóbulo Istúriz, asegure que las condiciones están dadas y que la matrícula de estudiantes para el periodo 2018-2019 sea alta, varios expertos en materia educativa coinciden en que el nuevo año escolar contará con las mismas fallas y que en algunos casos se agravarán.
La directora del Observatorio Educativo de Venezuela, Olga Ramos, aseguró a El Estimulo que mientras las garantías no estén dadas será un una año escolar “muy atropellado”.
“Mientras exista la hiperinflación, fallas en la atención de salud, que los niños no tengas alimentación por el alto costo de la canasta básica y no haya transporte para llegar a las escuelas, tanto de alumnos como profesores, será muy difícil que periodo escolar mejore este año”, aseguró la activista.
Ramos agregó que para este año será más evidente la deserción estudiantil por las fallas estructurales del sistema educativo.
“La fuga de profesores, por las crisis económica y la migración a otros países, y el cierre de las escuelas va a afectar las condiciones del aprendizaje en los estudiantes. Ese mismo cierre de las empresas privadas va a provocar que haya un hacinamiento en las instituciones pública”, dijo.
Según el informe del Índice de Desarrollo de la Organización de Nacionales Unidad (ONU), el éxodo masivo de ciudadanos rumbo a otros países puede afectar los indicadores de educación en Venezuela, con niños que no completan sus estudios y falta de profesores.
El ministro Istúriz aseguró que el cierre de las escuelas privadas, que según la Asociación Nacional de Instituciones Educativas Privadas (Andiep) en Caracas hay al menos 400 colegios privados están el riesgo de cerrar, se debe a un éxodo de estudiantes a la educación pública.
“Si esto es así se tuvieron que tomar acciones. Y no hablo de la gestión de Istúriz, sino desde cuando (el exministro de Educación) Elías Jaua ocupaba la cartera”, declaró.
De acuerdo a cifras del Ministerio de Educación, la matrícula de estudiantes para el periodo 2018-2019 es de más de 7 millones de estudiantes entre las instituciones públicas y privadas.
Más de 2,6 millones de niños no asisten a clases con regularidad en Venezuela. Las aulas se están quedando vacías y así va aumentando la vulnerabilidad y se disminuyen las oportunidades de progreso para las futuras generaciones.
En medio de la grave crisis de la educación en esta quebrada Venezuela, maestros y profesores se privatizan y dan clases a domicilio; o buscan oro en remotas minas de Guayana; venden comida en las calles; limpian casas, tasajean sardinas en Oriente o recogen cosechas en Los Andes.
En 6 de cada 10 escuelas hay déficit de docentes. Y esa es apenas una de las tantas malas noticias con respecto al inicio del nuevo año escolar. ¿Qué hacer?
