El empresario colombiano Alex Saab, nombrado por la exfiscal general Luisa Ortega Díaz como testaferro de Nicolás Maduro, habría derrochado dinero en viajes, propiedades, lujos y estaría refugiado en París, según reportaje publicado por el medio colombiano Semana
Alex Nain Saab Morán, de 47 años de edad, es dueño de múltiples empresas. Con Group Grand Limited, construida en Hong Kong, firmó contratos millonarios de dólares con el gobierno de Nicolás Maduro para promover las cajas que los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), uno de los mecanismo de control político del gobierno venezolano, con productos elaborados en México de baja calidad, exportados con sobreprecio y vendidos al consumidor con el 112% de su valor, según investigación de la Procuraduría General de la nación centroamericana.
La Fiscalía mexicana confiscó el jueves pasado un cargamento de víveres valorado en 61 millones de dólares, distribuido en 1.300 contenedores marítimos con 1.800.000 cajas Clap. La mercancía que llega mensualmente a los hogares pobres venezolanos contiene leche en polvo, azúcar, pasta, harina, frijol, aceite y atún enlatado.
El megacargamento no ha sido el único que ha caído esta semana en México. La policía Aduanera encontró en Cartagena 25.200 cajas Clap hace tres meses. Los víveres fueron destruidos porque no eran aptos para el consumo humano.
La operación involucra a decenas de intermediarios menores en cada país, al menos tres decenas de empresas (en su mayoría de papel) y a un puñado de «cerebros».
Las agencias de inteligencia de nueve naciones trabajan de manera coordinada para develar la red de corrupción que lidera el presidente Nicolás Maduro y no agravar la hambruna que azota la población venezolana.
Al divulgar la noticia del cargamento de comida hallado por la Fiscalía mexicana, el diario The New York Times recordó que no era la primera vez que autoridades descubren contenedores de Clap y subrayó que el nombre del colombiano Saab aparece nuevamente en el negocio turbio.
La exfiscal Luisa Ortega Díaz en el exilio aseguró que la empresa con que Saab operó contratos millonarios, realmente le pertenece a Nicolás Maduro.
Desde las declaraciones de Ortega, Saab se mueve con cautela; de recorrer el mundo en aviones privados ha pasado a refugiarse en su apartamento ubicado en el bulevar Saint Germain, en París.
La semana pasada la Fiscalía y la Dijín concretaron un caso de lavado de activos por 25.000 millones de pesos. Tras la muestra de evidencias, el juez a cargo ordenó la captura de Saab y la de sus hermanos para imputarlos por lavado de activos, concierto para delinquir, enriquecimiento ilícito y estafa agravada.
Los tres sujetos lograron evadir a las autoridades en una jugada que involucró a un policía soplón.
Según la investigación, la relación entre el empresario colombiano y el chavismo data, como mínimo, de 2011 cuando firmó en el Palacio de Miraflores un convenio que permitía suministrar partes para construir casas prefabricadas. El acto estuvo encabezado por el expresidente Hugo Chávez y Nicolás Maduro como canciller.
El clan Saab es liderado por Alex, el segundo de cuatro hermanos, incluida Katia. Nació el 21 de diciembre de 1971 y es recordado como un alumno desaplicado. Era un «mamador de gallo» de tiempo completo y le gustaba apostar y derrochar.
Terminó el colegio pero no siguió sus estudios universitarios. Prefirió comprarse una camioneta Hummer en vez de montar un negocio con el dinero que le regaló su padre.
Por varios años, el rastro de Saab estuvo perdido. Muchos dicen que huyó acorralado por deudas. Especulan que estaría viajando con frecuencia a EEUU y Europa.
Hace menos de una década se le volvió a ver la cara pero convertido en un magnate. En entrevistas, Saab dijo que trabajó desde los 18 años y a los 22 ya tenía una empresa de ropa con 2.000 empleados y exportaciones a Venezuela, México y EEUU.
Fue cuando la exfiscal Luisa Ortega Díaz anunciara que tenía una maleta llena de documentos que probarían varios casos de corrupción que Saab salió a relucir.
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