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Altercados y heridos cierran jornada de protesta contra gobierno de Ecuador

Duros forcejeos entre manifestantes y policías se produjeron durante una marcha en Quito, cuando los huelguistas intentaron romper un cerco policial que impedía su paso hacia la Plaza de la Independencia.

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Varios altercados violentos se registraron en Quito y se reportaron, al menos, veinte policías heridos, durante el «paro nacional» o huelga convocada por sindicatos e indígenas contra el gobierno de Ecuador.

Duros forcejeos entre manifestantes y policías se produjeron durante una marcha en Quito, cuando los huelguistas intentaron romper un cerco policial que impedía su paso hacia la Plaza de la Independencia, donde se encuentra la sede del Ejecutivo.

Los manifestantes chocaron con la policía que usó gases lacrimógenos para dispersarlos.

Los sucesos se dieron en el marco del «paro nacional» convocado por el Frente Unitario de Trabajadores (FUT), la mayor central obrera del país, y del «levantamiento» o protesta anunciada el martes pasado por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie).

Esos sectores demandan rectificaciones en varias políticas aplicadas por la administración del presidente Rafael Correa que, por su parte, asegura que su Gobierno es el que más ha hecho por los indígenas y por mejorar los derechos de los trabajadores.

La protesta, que ha incluido el cierre de carreteras, concluyó con la nutrida marcha en Quito apoyada por grupos de estudiantes, médicos, organizaciones populares y movimientos políticos de izquierda.

La manifestación de protesta recorrió varias calles de la ciudad hasta llegar al casco histórico, donde se registraron los enfrentamientos con la Policía, que les impidió el paso hacia la Plaza de la Independencia, sitio de una concentración oficialista.

En esos forcejeos han resultado heridos policías, manifestantes y algunos periodistas y se han registrado daños a bienes públicos, sobre todo una pequeña plaza que perdió varios de sus adoquines, según se recoge en imágenes publicadas en las redes sociales.

La Conaie denunció la detención de Carlos Pérez, presidente de su mayor filial, la Ecuarrunari, y de otros dirigentes, así como de varios heridos entre sus filas, algunos durante el desalojo de manifestantes por parte de policías en la céntrica Plaza de Santo Domingo.

También se denunció la detención y posterior liberación de Salvador Quishpe, otro líder indígena y prefecto de la provincia de Zamora Chinchipe.

El propio Quishpe, con el rostro ennegrecido y una camisa rajada, contó en una rueda de prensa que sufrió golpes de sus captores en la cabeza y que fue arrastrado.

El presidente de la Conaie, Jorge Herrera, en la misma rueda de prensa rechazó las acciones violentas supuestamente ordenadas por el Gobierno para reprimir a los manifestantes y llamó a «radicalizar» la protesta.

Convocó a los sectores sociales a salir a las calles este viernes y a mantenerse en esa actitud hasta que el Ejecutivo atienda sus demandas.

La protesta también se extendió a la ciudad portuaria de Guayaquil, la urbe más poblada del país, donde se efectuó una marcha en la que participó el alcalde de la urbe, el conservador Jaime Nebot, una de las cabezas visibles de la oposición.

También el exbanquero Guillermo Lasso, quien se perfila como uno de los postulantes de la oposición para las elecciones presidenciales del año 2017.

Lasso apoyó a la protesta de los indígenas y obreros porque, según dijo, se realizó «contra el estado correísta», en referencia al mandatario del país, y contra los supuestos abusos del Gobierno contra «la democracia» y «la familia ecuatoriana».

El presidente Correa, por contra, aseguró que en su país «ha triunfado la democracia» y que el «paro nacional» convocado contra su Administración «ha fracasado».

El mandatario volvió a denunciar que detrás de la protesta hay supuestos intereses desestabilizadores de grupos poderosos del país, presuntamente articulados a una estrategia internacional para menoscabar a los gobiernos progresistas de América Latina.

«Nuevamente han fracasado y seguirán fracasando porque no tienen el apoyo popular», apuntó el mandatario.

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