Venezuela

Altos funcionarios rojos negocian asilo con la CEV ante eventual salida de Maduro

Con una celebración eucarística oficiada por el obispo de la diócesis de San Cristóbal, monseñor Mario Moronta, en compañía de unos 20 sacerdotes, se manifestó este domingo 5 de mayo el apoyo de la comunidad a la parroquia Nuestra Señora de Fátima, iglesia que fue agredida el pasado 1 de mayo por un contingente de más de 80 guardias nacionales que lanzaron bombas lacrimógenas en contra de la feligresía en plena misa.

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Fotografía: Rosalinda Hernández

“Ya es hora que el mundo se dé cuenta de lo que está pasando en Venezuela. Por el cerco que hay, algunos países piensan que aquí solo están cuatro zagaletones haciendo ruido y no es así ”, anunció el obispo Mario Moronta en medio de una multitud que acompañó la celebración en apoyo al ataque perpetrado por una comisión de la Guardia Nacional al mando de un funcionario de apellido Ochoa, hecho catalogado como una profanación a la casa de Dios.

El obispo de San Cristóbal dejó claro que todo lo que se hace en contra de la iglesia, se hace en contra de la iglesia católica del mundo.

Comentó que previo a los sucesos que han marcado en los últimos días a la iglesia del Táchira, como la prohibición de la celebración eucarística en el Centro Penitenciario de Occidente, la amenaza a sacerdotes a través de panfletos en la población de Rubio, donde se declara como objetivo militar a uno de ellos, además de las acusaciones hechas por la ministra de asuntos penitenciarios y el ataque a la iglesia Nuestra Señora de Fátima, los obispos de Venezuela enviaron una comunicación al papa Bergoglio, y en la respuesta recibida destaca: “La voz de los obispos, es la voz del papa. Sigan adelante, no desmayen”.

Monseñor Moronta pidió a quienes cometieron el agravio en contra de la iglesia tachirense que pidan perdón por dicho pecado.

“Ojalá lo hagan en este mismo escenario, a la misma feligresía que ofendieron, aquí los estamos esperando”, dijo el prelado.

El perdón y la justicia fue otro de los temas tocados por la máxima autoridad de la iglesia tachirense durante la eucaristía, donde se pidió al pueblo orar por la conversión de quienes los atacan.

“Quiero que pidamos a Dios por la conversión de todos los que están haciendo el mal en Venezuela. Que Dios toque sus corazones porque ellos necesitan convertirse”, reafirmó.

“Ni alcahueta, ni encubridora”.

Durante la ceremonia eucarística, monseñor Moronta reconoció que han llegado al templo algunas personas perseguidas a resguardarse, en alusión a los jóvenes que se habrían ocultado en la iglesia de Nuestra Señora de Fátima el pasado 1 de mayo, en medio de una persecución de la Guardia Nacional.

“No se les olvide que hace unos años, ellos tuvieron que también esconderse en las iglesias”, recordó el obispo, haciendo referencia a funcionarios del régimen chavista.

Hace 20 días – precisó el obispo de San Cristóbal- algunos representantes del gobierno de Maduro tocaron las puertas de la Conferencia Episcopal Venezolana para pedir asesoría sobre un posible asilo, “por si caía el gobierno”.

“Algunos altos dirigentes han acudido a los obispos de la conferencia episcopal. Obvio que por razones lógicas no puedo decir quiénes fueron. Pero acudieron a consultar si en el caso de darse una situación contraria a ellos, se mantendría el derecho al asilo que universalmente se le reconoce”, dijo.

El obispo Moronta explicó que la iglesia tienen una posición abierta de proteger a todos a aquellos que puedan ser agredidos. «La iglesia dará la protección necesaria», dijo. Pero aclaró que la institución no será “alcahuete, ni encubridora”, con quiénes han cometido delitos: “Una cosa es el perdón y otra es la justicia”, reiteró el prelado.

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