Análisis | Septiembre exhibe nueva mayoría política en Venezuela

La oposición ganó la elección parlamentaria del 6 de Diciembre de 2015, algo “circunstancial” según el oficialismo, pero la prueba de fuerza en la calle el 1 de Septiembre muestra que “la mayoría no oficialista no es circunstancial sino la nueva realidad del escenario político venezolano”, sostuvo el sociólogo Rafael Uzcátegui.

“La oposición ha vencido políticamente al régimen. Es mayoría absoluta en las urnas y en las calles”, apuntó el filósofo Fernando Mires, un observador de la situación venezolana identificado con la opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD).

La MUD, por medio de su secretario ejecutivo Jesús “Chúo” Torrealba, reivindicó que 1,1 millones de asistentes plenaron tres avenidas del este de Caracas y las calles que las intercomunican. Maduro y sus partidarios dijeron que “no más de 30.000 personas” acudieron a la convocatoria opositora.

Maduro habló desde una manifestación paralela reunida en el centro de la ciudad, con miles de partidarios, entre ellos cientos de milicianos uniformados, convocados para detener un posible desbordamiento de la violencia política e incluso un “golpe de Estado”, por el que fueron detenidos en pocos días varios activistas opositores.

Agencias de noticias como la británica Reuters recogieron la noción de un millón de opositores movilizados, dando cuenta de algunas concentraciones en el interior de Venezuela y de los obstáculos   -alcabalas improvisadas, retención de autobuses-  que impidieron a muchos llegar hasta Caracas. Observaciones más conservadoras estimaron en unos 400.000 los movilizados en la capital.

Aun haciendo a un lado las cifras, prácticamente ningún medio internacional que informó de la jornada dejó de registrar el tamaño de la movilización opositora versus la del oficialismo, y por ser la primera de gran envergadura en los últimos dos años y medio.

A eso se agrega la difusión de encuestas, a lo largo del año, acerca de la merma del respaldo popular al gobierno de Maduro  -cae por el tobogán del desabastecimiento y la carestía-  y del crecimiento de la opción de su salida por medios democráticos, la cual alcanza hasta 80 por ciento del electorado, según algunos sondeos.

Esa nueva mayoría la oposición quiere medirla antes del 10 de Enero de 2017, cuando un referendo revocatorio del mandato de Maduro, con resultado adverso al gobernante, implicaría la elección de un nuevo presidente. Ganarlo después de esa fecha dejaría en el poder por al menos dos años más al vicepresidente y al actual grupo que gobierna.

Ganó la paz, perdió el golpe

Para Maduro la jornada del 1 de Septiembre fue “una victoria del pueblo, de la paz, de la revolución”, pues la movilización oficialista se erigió como muro contra intentos de desestabilización, golpe o violencia, y llamó al pueblo a “declararse en defensa permanente de la paz y la estabilidad social”.

El mandatario y sus colaboradores, incluido el ministro de Defensa y jefe operacional de las fuerzas militares, el general Vladimir Padrino, han denunciado que sobre Venezuela hay una operación del golpe de Estado dirigida desde Estados Unidos y con respaldo de factores de la derecha política nacional y del exterior.

El analista Alberto Aranguibel, identificado con el gubernamental Partido Socialista Unido (PSUV) consideró que la jornada fue un triunfo para la democracia y un revés para los proyectos de golpe de Estado, un fantasma que ronda el debate político venezolano desde que el fallecido ex mandatario Hugo Chávez fue brevemente depuesto en 2002.

Del lado opositor, Henry Ramos Allup, presidente de la Asamblea Nacional, destacó que con la movilización a la vez multitudinaria y pacífica “desmontamos la patraña del Gobierno, de que el 1-S era para un golpe de Estado”.

“¿Cómo explica el Gobierno que queramos golpe si tenemos a la oposición ganando elecciones, encuestas, y ahora marcha exigiendo votar?”, preguntó Torrealba en un diálogo con corresponsales extranjeros.

Para Uzcátegui “la oposición ratifica su ruta electoral y constitucional para quitar del poder al bolivarianismo (los partidarios de Chávez y Maduro). Los partidos opositores han abandonado las estrategias insurreccionales, que los caracterizaron en años anteriores, cuando eran minoría. Hoy es el gobierno quien apela a los caminos confrontacionales”.

Tras finalizar la marcha en el sureste de Caracas hubo algunas escaramuzas entre jóvenes revoltosos y fuerzas del orden, y en la noche un toque de cacerolas pareció mostrar el deseo de los manifestantes de proseguir acciones para demostrar constancia en sus demandas.

¿Y ahora qué?

El politólogo John Magdaleno considera que “el objetivo político de la oposición se logró, al mostrar la dimensión de la demanda por el referendo revocatorio”, lo que evidencia la cobertura del evento por medios internacionales, incluso de algunos cuyos enviados no fueron admitidos por las autoridades de inmigración al llegar a Caracas.

Torrealba había considerado que la jornada sería un éxito si resultaba irreverente y al mismo tiempo bajo control del liderazgo opositor “pues no somos un grupito sino la nueva mayoría nacional”. También inscribió la “toma” dentro de un proceso de organización de las fuerzas que se oponen al Gobierno.

Un tercer objetivo era “salir con una agenda clara de lucha en la presente etapa”, lo que esperan haber conseguido con el cronograma de nuevas demostraciones en las próximas dos semanas para presionar porque el referendo se realice este año.

La MUD debe cubrir el requisito constitucional de recoger las firmas de 20 por ciento del padrón electoral (casi cuatro millones de voluntades) y el arbitral Consejo Nacional Electoral (CNE) aún no ha fijado fecha para dar ese paso.

El 7 de Septiembre la MUD prevé movilizarse durante seis horas a las sedes regionales del CNE en demanda de esa fecha. El organismo ha indicado que puede anunciar la fecha el día 13 y la MUD movilizará sus huestes el día 14, para defender condiciones adecuadas y no restrictivas en el proceso de recolección.

Cuando se recojan las firmas  -quizás a finales de Octubre-  la MUD movilizará a sus seguidores durante 24 horas. El anuncio de estos plazos permite a los ciudadanos prepararse con antelación para marchar y agrega expectativa y publicidad a la movilización. Es otra enseñanza del 1 de Septiembre.

Del lado oficialista se anuncia resistencia a la nueva embestida opositora. Maduro y el PSUV anunciaron que sus fuerzas seguirán en las calles para contrarrestar a la derecha.

El Gobierno presentó al cuerpo diplomático evidencias de acciones violentas de desestabilización que implicaron detener a varios activistas de oposición. Y el jefe del Estado dijo que removerá mediante un decreto la inmunidad que la Constitución otorga a los parlamentarios, evidentemente para poder detenerlos si los considera incursos en alguna forma de subversión.

Anular esa inmunidad común en la mayoría de los parlamentos del mundo “sería un error muy grande en este momento en que Venezuela está bajo observación internacional y cuando hay incertidumbre acerca del futuro de este país”, observó la docente de Estudios Internacionales Giovanna de Michele.

El flanco internacional terminó de subrayar la atención sobre Venezuela al despuntar Septiembre, al agregarse, a los muchos llamados este año en favor de entendimientos entre los protagonistas políticos en Caracas, un pedido conjunto del anciano ex presidente demócrata estadounidense Jimmy Carter (1977-81, Nobel de la Paz 2002), y del uruguayo Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos.

Ambos se congratularon por la demostración pacífica del 1 de Septiembre, condenaron “la existencia constatada de presos políticos en Venezuela”, pidieron su liberación, y “coincidieron en la necesidad de que el referendo revocatorio se realice en 2016”. Como un broche para cerrar la jornada