Un nuevo estudio navarro revela que los vasos sanguíneos del fondo del ojo registran las alteraciones cardíacas de los pacientes con covid-19. Muchos de ellos han padecido infartos u otros problemas cardiológicos, sin tener condiciones previas de riesgo
Los ojos son el espejo del alma y un nuevo estudio sugiere que también del coronavirus. Científicos de la Universidad de Navarra, en España, demostraron que un análisis del fondo del ojo puede alertar y ayudar a prevenir sobre eventos arteriales que agraven a pacientes con covid-19.
Se trata del estudio Microangiopatía retiniana por covid-19, publicado en la revista científica Journal Internal of Medicine, en el que se investiga esa situación después de que durante la pandemia los facultativos hayan visto que en muchos pacientes con COVID-19 se producen lesiones de vaso pequeño.
«La visión directa de los vasos (sanguíneos) del cuerpo solo se puede hacer a través del estudio del fondo del ojo», explica Manuel Landecho, de la Clínica de la Universidad de Navarra e investigador del estudio.
Analizaron a 30 pacientes positivos con neumonía grave, de los que seis presentaron lesiones similares a las que se ve en el contexto de personas con factores de riesgo cardiovascular.
Esto, además, aporta la probabilidad que cerca de una quinta parte de los positivos con covid-19 avanzado, sufra problemas cardíacos.
El director de Oftalmología de la clínica y también investigador del estudio, Alfredo García Layana, señala que realizaron un estudio del fondo de ojo «bastante completo». Es la única parte del cuerpo donde se pueden ver directamente los vasos y cómo inciden en ellos las afectaciones sistémicas.
«Podemos hacernos una idea de lo que está pasando en otras partes del cuerpo. En concreto, lo que detectamos es lo que se llama exudados algodonosos, es decir, pequeños microinfartos en la capa de fibras de la retina. Esto lo que puede sugerir es la aparición de lesiones arteriales en otras partes del cuerpo», añade .
Una de las complicaciones de la covid-19 ha sido el desarrollo de problemas cardiacos en personas que no eran de riesgo, sin hipertensión ni diabetes. Por ello es tan importante encontrar un biomarcador, como el estudio del fondo de ojo. Así se predice si el paciente es de riesgo para tomar medidas preventivas.
«Los eventos arteriales podrían prevenirse con la inclusión de la aspirina en su tratamiento base, al igual que se hace con la heparina para los venosos. La investigación continúa en esta línea de añadir al proceso de diagnóstico el estudio del fondo del ojo. En los pacientes que se vean lesiones se deben introducir dosis bajas de aspirina. Esto previene la posibilidad de desarrollar consecuencias cardiacas más graves», concluye Landecho.
