Salud

Ángel Céspedes no pudo ser médico: falleció esperando un trasplante de riñón

Ángel luchó por cuatro años para conseguir sus diálisis y un trasplante de riñón. Soñó con ese día y, en su espera, falleció sin poder hacer realidad su vocación: la Medicina. Este miércoles 9 de febrero fue su funeral, pero su historia será siempre una denuncia de la realidad de un paciente venezolano que busca un donante para sobrevivir

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Daniel Hernández |El Estimulo

Semana tras semana, desde hacía cuatro años, Ángel Céspedes viajaba desde Los Valles del Tuy, en el estado Miranda, hasta Caracas para recibir su tratamiento en la unidad de diálisis Juan Pablo II, ubicada en la avenida Victoria. Esas dos horas de incómodo viaje Ángel no las hará más: falleció el martes 8 de febrero como consecuencia de una varicela que complicó su diagnóstico nefrológico.

Madre de Ángel y su otra hija durante el velorio.

Su historia la publicó El Estímulo el 6 de octubre de 2021 y hasta ese momento, Ángel estaba medianamente bien. Era un niño que tenía ganas de vivir y lo decía en voz alta. En distintas oportunidades solicitó que reactivaran los trasplantes no solo porque él necesitaba uno, sino porque su vida dependía de ello.

Yohelys Cespedes junto a la urna de su hijo.

Antes de que la varicela llegara, su estado de salud desmejoró aún más. Su mamá vendió rifas para reunir dinero, pero igualmente no alcanzó a costear los exámenes y medicamentos que requería. Acudió a laboratorios privados con la ayuda de organizaciones y personas que lo apadrinaron virtualmente.

Su velorio se realizó este miércoles 9 de febrero con la presencia de pocos familiares y amigos.

El inicio de la enfermedad

El diagnóstico de Ángel llegó en 2017, pero la realidad de un paciente con hemodiálisis la conoció desde antes, ya que la enfermedad renal ha sido recurrente en su familia. De hecho, en todos sus recorridos para limpiar su sangre, lo acompañaron su madre Yohelys Céspedes y su tío, quienes continúan batallando con el mismo padecimiento.

Fotografía de Daniel Hernández.

La diferencia entre ellos y Ángel fue que sus dos riñones ya no trabajan lo suficiente para mantener su cuerpo medianamente saludable. Esa era la razón por la cual soñaba a diario con que llegara el día para recibir su trasplante en el J.M. de Los Ríos.

Lo que en otros países se ha convertido casi en cirugías de rutina, es decir los trasplantes de riñón, en Venezuela es un imposible, pues el gobierno de Nicolás Maduro los suspendió hace cuatro años. Esto ha causado decenas de muertes evitables, incluida la de Ángel.

Mientras esperaba, su familia y él siguieron haciendo un trayecto agotador para dializarse. Él y su madre no podían, por protección, usar el Metro de Caracas o El Ferrocarril de Los Valles del Tuy. La razón se hacía evidente a los ojos de quienes los veían: sus pasos eran lentos al caminar por las aceras para evitar tropezar, ya que Ángel tenía limitaciones para subir y bajar las escaleras. Ahora la ruta solo la caminará Yohelys.

A ambos les cuesta caminar, debido a la patología renal familiar que padecen. Foto Daniel Hernández

Estudiar para salvar vidas

Durante el primer encuentro, su madre contó que, por su condición médica y la pandemia, Ángel no asistió más al salón de clases. Sin embargo, en sus recorridos hasta Caracas, y quizás por su misma condición, encontró su vocación: la Medicina.

Con voz suave decía que quería ir a la universidad para poder ser médico y ayudar a las personas, así como sus doctores habían luchado por él. A pesar de todo, su padecimiento lo motivaba, pero también lo obligó a madurar.

Eso es algo que su mamá notaba en el J.M. de Los Ríos pues, aunque Ángel se divertía, siempre trató de no tener lazos con los demás pacientes. «Le afecta mucho cuando otros niños mueren esperando un trasplante», admitió Yohelys Céspedes.

Ángel cumplió el 6 de enero 15 años, pero tenía la estatura de un niño de 10, debido a su condición y a las dificultades para alimentarse correctamente. Foto Daniel Hernández

Un número por un día más de vida

Aunque siempre supieron que la situación era crítica, Ángel y su mamá tenían la esperanza de que él fuera uno de los niños que recibiera un trasplante de riñón y mejorara su calidad de vida.

«Él no merece tener esta angustia por una intervención (…), es un chico muy despierto y cuando se siente mejor, por momentos, también sube su ánimo», manifestaba Yohelys Céspedes, quien también es madre de otros dos jóvenes.

Ella, que siempre intentó dividirse para compartir con todos sus hijos, señaló que era duro sobrellevar la situación, ya que Ángel la necesitaba mucho.

Foto Daniel Hernández.

«Él está cansado y sabe lo difícil que es llevar una rutina por 4 años de diálisis sin que llegue la noticia que lo puede ayudar: la reactivación de los trasplantes. Quiere un riñón nuevo y quitarse el catéter que tiene en el cuello, que muchas veces se le infecta. Quiere estar sano pronto y empezar a estudiar para ser un médico que ayude a los demás».

Es por eso que a través de su cuenta en Instagram @angeldialisis, él y su familia hacían activismo para que se reactivaran los trasplantes. Además también le servía de plataforma para conseguir fondos y así cumplir con sus diligencias médicas.

Ahora su cuenta es un recuerdo de su historia, sus denuncias y la lucha constante de su madre.

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Texto editado por María José Dugarte y Giuliana Chiappe

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