María Martínez, Claudia Rendón, Juan Carlos Guzmán, Martín Guzmán, Francisco Urreiztieta y Jorge Ramos, fueron retenidos el 25 de febrero, durante dos horas, en cuartos aislados de seguridad, con las luces apagadas, despojados de todo su equipo técnico y material grabado como: teléfonos celulares e instrumentos de trabajo.
Los periodistas fueron liberados y acompañados a su hotel bajo vigilancia policial del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), para que el 26 de febrero fueran obligados a salir del país.
“Teníamos una entrevista con el líder Nicolás Maduro y después de aproximadamente 17 minutos de entrevista a él no le gustaron las cosas que le estábamos preguntando sobre la falta de democracia en Venezuela, sobre la tortura, los prisioneros políticos y la crisis humanitaria que se está viviendo».
El socialista se levantó de la silla y abandonó el lugar después de que le mostrara un video de unos niños comiendo de la basura.
«Inmediatamente su ministro de comunicación, Jorge Rodríguez, vino a decirnos que la entrevista no estaba autorizada y nos confiscaron todo el equipo”, explicó Ramos a Univisión.
La Asociación de Corresponsales de Prensa Extranjera en Venezuela afirmó: “La denuncia de Ramos muestra un atropello a la libertad de información, al derecho de los periodistas a ejercer su trabajo libremente, a la dignidad e integridad de los trabajadores de la prensa».
La asociación también criticó la confiscación de la propiedad y uso de equipos y materiales por parte de los medios de comunicación de su personal e indicó que todos los acontecimientos en contra de los periodistas nacionales e internacionales, muestran una señal de intimidación al trabajo de la prensa.
La comunidad de prensa extranjera en Venezuela, expresó su solidaridad con los periodistas de Univisión que fueron afectados, y recalcó el llamado a todas las autoridades venezolanas para que adecuen sus prácticas a las normas nacionales e internacionales que protegen el ejercicio de los periodistas.