Los sujetos, quienes portaban fusiles R-15 (armas de guerra), llegaron a bordo de un peñero llamado “Jakera”, a eso de las 12:00 del día y comenzaron a disparar al aire.
Hombres, mujeres y niños se asustaron tanto que se escucharon gritos como sacados de una película de terror, relataron algunos testigos a El Tiempo.
Los hampones, usando pasamontañas, le ordenaron a todas sus víctimas mantener la calma, pues de lo contrario “correría sangre”. En actitud violenta uno de los sujetos, de voz muy ronca, le exigía a los ciudadanos abrir los bolsos y entregar sus pertenencias.
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